¿Qué nos trae
este nacimiento?.
por José Miguel Ibáñez
Langlois.
Este niño que nace en la pobreza de Belén y
muere en el desamparo de la cruz, ¿qué ha traído al mundo, al hombre, a la
historia?
Años atrás, el teólogo Joseph Ratzinger
contestó así: nos trae a Dios. Esta respuesta parece irrespetuosa para con los
monoteísmos no cristianos, que los cristianos apreciamos altamente;
irrespetuosa también para con los innumerables sabios que han levantado su
intelecto hasta dar con el Ser infinito, y a quienes tanto tenemos que
agradecer. ¿No nos han hablado todos ellos del Dios único?
Y sin embargo... lo diré con palabras muy
superiores a las mías, las de François Mauriac: "Confieso que si no
hubiera conocido a Jesucristo, Dios sería para mí una palabra vacía de sentido.
El Ser infinito me resultaría inimaginable. El Dios de los filósofos y de los
eruditos no ocuparía ningún lugar en mi vida moral. Fue necesario que Dios se
sumergiera en la humanidad, y que, en un preciso momento de la historia, en un
determinado punto del globo, un ser humano, hecho de carne y sangre,
pronunciara ciertas palabras, cumpliera ciertos actos, para que yo cayera de
rodillas".
¿Qué palabras, qué actos? Todos los de Jesús:
su nacimiento en Belén, su muerte en la cruz, su resurrección, todo su ser,
todas sus palabras y gestos y miradas, todas sus parábolas.
Yo no conozco, por ejemplo, en la entera
literatura universal un par de páginas que digan de manera más profunda y
conmovedora ¡y sencilla! el gran secreto del mundo: la relación de Dios
misericordioso con el hombre pecador, tal como la dice la parábola del hijo
pródigo, esa historieta al alcance de los niños, ese texto que ni todos los
teólogos de la historia consiguen agotar.
Por eso entiendo bien la razón de los soldados
que fueron a aprehender a Jesús por encargo de los sumos sacerdotes y de los
fariseos, y que, habiéndolo escuchado hablar por unos minutos, vuelven con las
manos vacías y, ante el enojo de sus superiores, explican por qué no osaron
ponerle un dedo encima: "Es que nunca jamás habló así hombre alguno sobre
la tierra".
Podemos añadir que este niño, este crucificado,
nos trae la liberación del pecado. Es cierto que muchos contemporáneos sonríen
ante este nombre y prefieren llamar simplemente error o desliz al mal profundo
del corazón humano.
Citaré a todos los últimos Papas, que repiten
esta sentencia de Pío XII: "El peor pecado de la modernidad es haber
perdido el sentido del pecado". Pero cuando se expulsa a éste de la zona
clara de la conciencia es sólo para hundirlo en sus rincones oscuros, desde
donde reaparece en forma de imprecisos sentimientos de culpabilidad, miedo,
angustia, todos esos fantasmas que acosan al hombre de nuestros días.
Es Cristo quien nos salva de la raíz última del
mal, se lo llame como se lo llame. Salvación es aquella meta última, que
seguiría pendiente incluso si el hombre hubiera alcanzado todas las demás metas
posibles de la existencia.
Salvarse es ser acogido dentro del corazón
infinito de Dios, en el tiempo y en la eternidad. Justamente eso es lo que el
niño de Belén y el crucificado del Gólgota trae a este pobre mundo nuestro que,
más allá de la prosperidad, el placer o la tecnología, es la salvación de
Cristo la que, lo sepa o no, está pidiendo a gritos porque imperiosamente la
necesita.
No hay muerto malo,
por Joaquín Fermandois.
No cabe duda del resonante triunfo de Chávez,
primero en las elecciones Presidenciales y después en las de Gobernaciones.
Éstas tienen importancia en un país Federal, a pesar de que el Comandante,
dentro de su omnipotencia Constitucional, socava a los Gobernadores de
oposición, restándoles de un plumazo atribuciones y presupuesto. Todo esto
sucede en medio de las emociones que han desatado las noticias del avance de su
enfermedad y la posibilidad de un pronto fallecimiento. Hasta ahora, salvo por
las filtraciones en general acertadas, la enfermedad tenía un parecido al juego
de la gallina ciega.
En realidad, Chávez, no sin apuesta de valor y
sacrificio por el cargo, devaluó su gesto al ponerles esa nota de melodrama a
estos últimos 18 de meses de su gestión, y ahora las cosas parecen
precipitarse. Hubiera hecho bien en recordar otros ejemplos, como el silencioso
cumplimiento del deber hasta el último día del Presidente francés Georges Pompidou
en 1974, o la lucha con la enfermedad sin exhalar queja alguna de François
Mitterrand, para morir meses después de entregar el mando, en 1995.
La gravedad de su salud no parece haber jugado
un papel en la reelección. Chávez ganó porque ha logrado seducir a la mayoría
de los electores. En las recientes de Gobernadores, su partido se reforzó con
su enfermedad. Era que no. La posible inminencia de la muerte hizo imparable el
efecto político de las lágrimas genuinas, e incluso los adversarios políticos
debieron verter las consabidas lágrimas de cocodrilo. Se vio cómo repercutió en
las elecciones del pasado 16, haciendo más fuerte el predominio semidemocrático
del chavismo. Si Chávez fallece en un futuro cercano, al igual que lo observado
con el efecto Kirchner, hará casi invencible a su heredero, Nicolás Maduro u
otro.
Nosotros conocemos algo de eso. La muerte de
Aguirre Cerda en 1941 ayudó al triunfo del candidato de su partido, Juan
Antonio Ríos; y la muerte de éste en 1946 ayudó a lo mismo, con el triunfo de
Gabriel González Videla. Gabito sobrevivió al término de su mandato, en 1952,
casi tres décadas con salud rozagante, por lo que el candidato radical de ese
año, Pedro Enrique Alfonso, no pudo sacar partido a un dolor público. En el
caso de Allende, otorga vida simbólica y reconocimiento mundial a la izquierda
chilena, pero no le sirve -hasta el momento- de faro para navegar a políticas
acordes con su visión, puesto que por ahora se esfumó el mundo de la crisis
ideológica que empapó gran parte del siglo XX.
El problema radica en que no es sólo asunto de
penas y lágrimas. Éstas son síntomas de que el llamado populismo ha tenido y
todavía tendrá larga vida. No sólo desde el peruano APRA y desde el albor del
peronismo en la primera mitad del siglo XX, llevamos 80 años. Y no se trata
sólo de la política de masas en democracias inmaduras, que parece ser un pilar
de esta especie. El aliento que lo originó viene de más atrás, de los caudillos
y Jefes de tribus y clanes que siguen a la independencia, de cuya sombra
todavía no nos distanciamos lo suficiente.
El populismo nació como una revolución
antiliberal aunque también no marxista (incluso antimarxista en el peronismo
original), aun cuando en Venezuela ha avanzado un paso más hacia el tipo de
revolución totalitaria, sin atreverse o sin poder (o no querer) dar el último y
decisivo paso, que es probable nunca se dé. Esto lo veremos en los capítulos
siguientes del teledrama. Entretanto, es necesario reflexionar qué hace que
surja en nuestra política latinoamericana. Aunque de otro signo, existen en
latitudes distintas, pero desgraciadamente es como la caricatura de nuestro
sur, una plaga a la cual en Chile no estamos del todo inmunes.
Victoria
simbólica para Chile
por Ricardo
Leiva.
El litigio limítrofe que enfrenta a Chile y
Perú no sólo se desarrolla en el Palacio de la Paz, sede de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya. También se libra, día a día, en un
territorio más dinámico y abstracto: el de las percepciones y las imágenes
-insumos esenciales de la política- en el que los medios de comunicación
registran, transmiten y recrean los acontecimientos. Así, una declaración
contundente emitida a un lado de la Línea de la Concordia tiene su respuesta
casi inmediata en la otra parte, como lo grafica este ejemplo claro y reciente:
Alvaro Vargas Llosa publicó su “Carta a Torre Tagle” el sábado 16 en La Tercera
pronosticando que Perú se llevará las manos vacías, y la prensa de su país lo
acusó de “Judas”, “demente” y “burro”.
Parecer derrotado de antemano es una herejía,
pero lo contrario también es desaconsejable: “Agrandarse” más de la cuenta y
asumir a priori una actitud victoriosa puede ser una imprudencia política que
se traduzca en la pérdida de miles de votos. Después de todo, cuando se conozca
la sentencia de los Jueces estaremos a pocos meses de la siguiente elección Presidencial
en Chile, y la percepción de una victoria o derrota sin paliativos traerá
consecuencias palpables.
Si sólo fuera una cuestión de imagen y
percepciones podríamos aseverar que Chile sacó beneficios concretos de la ronda
de alegatos que finalizó el viernes 14 en La Haya. Según un estudio que
realizamos con los profesores Alberto López-Hermida y Cristóbal Benavides, de
la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes, el equipo jurídico
de Chile fue más efectivo que el de Perú en hacer llegar su posición a los
observadores independientes. De 216 informaciones sobre los alegatos publicadas
por los medios de comunicación de América, Asia y Europa, excluidos los
chilenos y peruanos, el 41% reflejó la posición de Chile, el 37% mostró la de
Perú, y el 22% fue neutral o mixto. De hecho, el individuo más citado fue
el agente chileno Alberto van Klaveren, seguido
del Canciller Alfredo Moreno y del agente peruano Allan Wagner.
La explicación del conflicto desde el punto de
vista chileno por parte de los medios de comunicación norteamericanos fue clave
para que Chile lograra este triunfo simbólico. Chile tiene efectivamente buena
prensa en Estados Unidos: más del 70% de las informaciones que publicaron entre
diciembre de 2011 y noviembre de 2012 diarios como el Wall Street Journal sobre
nuestro país son positivas, frente al 14% que son negativas. En el caso de
Perú, sin embargo, la realidad es exactamente contraria: el 80% de las
informaciones del WSJ sobre Perú son negativas y sólo el 6% son positivas.
Chile aparece ante los ojos de los
norteamericanos como un país estable, serio, macroeconómicamente bien conducido
y empresarialmente pujante. Esto no será suficiente para inclinar la balanza a
nuestro favor en un tema tan específico como el conflicto marítimo, pero
servirá para paliar los efectos de una eventual derrota o sacar ventajas Diplomáticas
de una circunstancial victoria. Pues cuando las cosas se hacen bien durante un
período prolongado, la prensa internacional termina reconociéndolo, y aunque
sólo de buena fama no se vive, sin duda que es mejor contar con ese codiciado
atributo que carecerlo.
La ruina de
Estados Unidos,
por Axel
Kaiser.
A principios del siglo XX, Estados Unidos ya
había logrado convertirse en el país más rico del mundo. Era por supuesto
también el país más capitalista, contando con un Estado que en total no gastaba
más de un 6% del PIB. Según la teoría marxista, era precisamente en ese país en
que la revolución proletaria debía estallar antes que en cualquier otro, pues
el capitalismo supuestamente agudizaría las contradicciones de clase hasta
tornar el sistema insostenible.
Intentando dar una explicación al fracaso de la
predicción marxista, en su famoso ensayo ¿Por qué no hay socialismo en Estados
Unidos?, el sociólogo socialista alemán Werner Sombart llegaría a concluir que
Estados Unidos ofrecía excelentes condiciones de vida a los proletarios,
agregando que estos tenían una "participación emocional en el
capitalismo". Para Sombart entonces, el hecho de que no existiera un
movimiento socialista relevante en el país más capitalista del mundo se debía,
en gran parte, a que las masas de trabajadores no sólo se beneficiaban del
capitalismo, sino que creían y querían el sistema en el que vivían. Sombart
tenía razón.
La libertad y la responsabilidad individual
fueron el eje intelectual sobre el que se fundó la idea de Estados Unidos y
siempre contó con un fuerte anclaje en la cultura del país. A fines del siglo
XIX, sin embargo, los círculos intelectuales comenzaron a difundir con creciente
intensidad ideas contrarias a la filosofía libertaria que diera origen al
milagro americano.
En el mundo religioso, el Social Gospel emergió
como un movimiento intelectual que se lanzó en picada en contra de la
industrialización, promoviendo una activa participación Estatal para
"purificar" a la sociedad del pecado social y lo que consideraban
excesos del capitalismo. Justicia social, igualdad, salarios éticos y la
creación de una economía cristiana en que los empresarios no buscaran
exclusivamente su interés fueron las nuevas ideas que este movimiento liderado
por pastores intelectuales promovería con gran impacto.
Desde el mundo laico el progressive movement
redefiniría la idea de libertad equiparándola con la de igualdad y abogaría por
la ingeniería social, confiando a expertos la solución de todos los problemas.
Este movimiento, cuyos principales exponentes políticos fueron los Presidentes
republicanos Theodore Roosevelt y Herbert Hoover y los demócratas Woodrow
Wilson y Franklin Roosevelt, lograría poner fin a la tradición libertaria
norteamericana, reemplazando una filosofía centrada en la libertad y
responsabilidad personal, por una enfocada en la idea de justicia social,
igualdad y responsabilidad colectiva.
Este triunfo intelectual de la izquierda, si
bien no llevó a una revolución socialista, condujo a una creciente expansión
del Estado que se iniciaría con Wilson y la introducción del impuesto a la
renta, la aprobación de numerosas regulaciones y la creación de la Reserva
Federal en 1913, la que probaría ser catastrófica pocos años después. En
efecto, el nuevo intervencionismo Estatal daría origen a la gran depresión, la
que a su vez serviría de excusa para la creación del Estado de bienestar bajo
el Gobierno de Franklin Roosevelt.
De ese cambio en la filosofía y política
dominante, Estados Unidos jamás logró recuperarse y como consecuencia el Estado
no dejó de crecer hasta nuestros días. Hoy, este consume más del 40% del PIB,
mientras el déficit Fiscal se acerca a un 10% del PIB, la deuda pública supera
un 100% del PIB y las obligaciones contraídas por políticos en nombre de los
derechos sociales ascienden a un 700% del PIB. Si Estados Unidos hubiera
permanecido fiel a la filosofía de sus padres fundadores, nada de eso habría
pasado. Y es que para ellos el Gobierno era un mal necesario que debía
mantenerse estrictamente limitado si quería evitarse la ruina del país.
De ahí que Thomas Jefferson advirtiera que la
libertad merece eterna vigilancia y Thomas Paine enseñara que el deber de todo
patriota es proteger a su pueblo de su Gobierno. Estas lecciones, por cierto,
son válidas para todas las naciones del mundo que aspiren a vivir en libertad.
Cambio
cultural en las iniciativas solidarias.
El desarrollo de una cultura de la solidaridad,
entendida como la disposición de las personas a destinar voluntariamente parte
de su esfuerzo o de su patrimonio a ayudar gratuitamente a otros, es un
elemento esencial de una sociedad que confía en la responsabilidad individual
como ingrediente esencial para su fortalecimiento y madurez.
Así como la iniciativa privada fue el motor
fundamental del proceso de desarrollo económico y social que ha llevado adelante Chile en los últimos
30 años, en la medida en que se han logrado hitos relevantes que constituyen
mínimos en esos ámbitos surge cada vez con más fuerza la necesidad y las
oportunidades de que esa iniciativa se despliegue para contribuir al bienestar
integral de las personas.
Lo que muchas veces se le critica a la economía
de mercado es que incentiva el individualismo o que desprotege a los que no
tienen las habilidades para competir. En esa crítica hay una base errónea,
porque el rol que le corresponde a un sistema económico es simplemente asegurar
una utilización eficiente de los recursos con que cuenta un país y maximizar su
disponibilidad para resolver las necesidades de las personas, pero son los
individuos, las asociaciones que ellos forman y el Estado los que deben hacerse
cargo de suplir sus deficiencias o de otros requerimientos que no puede
satisfacer.
Ahí es donde deben jugar un papel cada vez más
relevante las personas y las acciones de solidaridad que pueden llevar a cabo,
de manera que el Estado sólo asuma aquello que los particulares no logran
hacer. Por ejemplo, cuando se trata de la promoción de la cultura; de la ayuda
a quienes enfrentan alguna discapacidad que los limita; del apoyo a quienes
buscan la rehabilitación de una adicción, o de la asistencia a quienes se
encuentran en una pobreza que aparece cada vez más compleja. En cada uno de
esos campos, las iniciativas privadas pueden ser mucho más eficientes que el
Estado al asumir con flexibilidad cada realidad y buscar las soluciones más
eficaces.
Lamentablemente, en nuestra sociedad existe un
sesgo Estatista que no sólo se manifiesta en lo económico, sino también cuando
frente a un problema se tiende a pensar que la solución son más impuestos y una
burocracia estatal que los asuma. En los
países desarrollados, en cambio, existe entre los ciudadanos más disposición a
ver cómo cada uno -o en colaboración con otros- puede aportar a resolver las
carencias o promover bienes que benefician a todos.
Un cambio esperanzador en este aspecto es la
multiplicidad de iniciativas solidarias que llevan adelante hoy los jóvenes: a
la tradicional realización de trabajos sociales y campañas para ayudar a los
más pobres en colegios y universidades se han agregado proyectos y
emprendimientos en que destinan todo su esfuerzo profesional con un propósito
de ayuda a los demás y de mejoramiento de la sociedad.
Más allá de la discusión de si debería haber
más apoyo o beneficios a estas iniciativas -con la que se suele simplificar el
debate en este tema-, nuestra sociedad debe reconocer y alentar el cambio
cultural que significa que las personas asuman por sí mismas esta responsabilidad.
Cambios a la
acreditación universitaria.
El Presidente de la República ha anunciado un
proyecto de Ley que cambiará por completo el sistema de acreditación
universitaria vigente. "Hemos heredado un mal sistema de aseguramiento de
la calidad de la educación superior", dijo. Tras las experiencias
recientes será muy difícil que alguien sostenga lo contrario. El antiguo
sistema, aunque fue el resultado de un prolongado debate nacional de varios
años, en el que participaron los académicos más distinguidos, además de las Autoridades
y Parlamentarios de la época, no da garantías de seriedad, ha perdido la
confianza del público y se ha prestado para toda suerte de abusos. El país está
informado de que ha habido desde extorsión por parte de quienes dirigían la
comisión Estatal, hasta prácticas corruptas que permitían violar la Ley. Cabe
presumir que la institucionalidad creada en el primer quinquenio de este siglo
ha decepcionado profundamente a sus impulsores, quienes tal vez no querrán
recordar las palabras con que celebraron este supuesto avance educacional.
El Gobierno actual cuenta ahora con la ventaja
de que el país está consciente de la indispensabilidad de hacer un cambio, pero
puede anticiparse que el debate será tan intenso como el anterior. Para
facilitar la discusión sobre un asunto complejo, el Ministro Beyer informó que
el proyecto se enviará al Congreso sin urgencia, de modo que serán los Parlamentarios
quienes deban responder a la inquietud nacional, promoviendo una tramitación
sin demoras. Pero por muy rápido que quieran avanzar, es anticipable que no
será fácil alcanzar acuerdos. Mediante un sistema de acreditación y
aseguramiento de la calidad, el Estado de Chile echa sobre sus hombros la
responsabilidad de garantizarles a los estudiantes mínimos de calidad, algo
que, quizá, no está en condiciones de hacer. En el debate anterior se planteó
que, de seguirse este camino, para asegurar que el Estado pudiera dar esas
garantías se terminaría por establecer sistemas de control con estándares
rígidos, definidos por instituciones Fiscales, y que eso conduciría a criterios
uniformadores atentatorios contra la diversidad del sistema. Por cierto, la
primera reacción a los escándalos, tanto del Gobierno como de la oposición, ha
sido justamente endurecer la acreditación, haciéndola obligatoria, con mayores
consecuencias y, posiblemente, con estándares más precisos y rígidos.
Algunos lineamientos que se han dado a conocer
incluyen la apertura a agencias internacionales de acreditación, lo que a todas
luces sería muy positivo para el sistema chileno. Las pocas experiencias que ha
habido hasta ahora son en extremo valiosas. En cambio, la propuesta de que
todas las acreditaciones sean por seis años ya ha encontrado detractores en las
universidades más grandes, que quieren aprovechar el sistema para diferenciarse
de los planteles menores. Cabe esperar una tenaz oposición a este enfoque.
Cualquiera sea el sistema que finalmente se
adopte, tendrán que contemplarse mecanismos para cerrar establecimientos que no
cumplen con los mínimos, pero eso deberá hacerse asegurando el destino de sus
alumnos, especialmente si al ingresar a una institución ésta estaba acreditada
en el sistema nacional. Al parecer, eso no tiene una solución clara en el
sistema imperante, lo que ha planteado problemas graves con los estudiantes de
la U. del Mar, cuyo cierre fue solicitado por el Ministerio de Educación.
Aunque el Gobierno hace evidentemente bien al procurar una solución de raíz a
los problemas que ocasiona un mal sistema de acreditación, no puede eludir
situaciones ya creadas que requieren soluciones inmediatas, como es el caso de
los 18 mil estudiantes que quedarían fuera del sistema. Asimismo, no parece
posible que se mantenga sin cambios el sistema actual mientras se discute y
tramita un nuevo método de acreditación en el Congreso. Junto al estudio de
largo plazo, hay una necesidad innegable de hacer ajustes urgentes a la
Comisión Nacional de Acreditación existente, mediante una segunda Ley de
trámite rápido.
Competencia
en telecomunicaciones.
El Tribunal de Defensa de la Libre Competencia
(TDLC) ha dictado un instructivo para las empresas de telecomunicaciones,
ordenándoles hacer cambios en sus planes comerciales para aumentar la
competencia en el mercado. El Subsecretario de Telecomunicaciones ha concordado
con estas disposiciones y declarado que el mercado está más concentrado que lo
razonable, lo cual se debe a la existencia de barreras competitivas, como
aquellas erigidas por las conductas que el TDLC ahora ha prohibido.
La primera medida del Tribunal es eliminar los
planes que establecen diferenciación entre llamadas on- net y off-net, esto es,
aquellas entre clientes de una compañía y aquellas a clientes de otras
empresas. El TDLC ha observado que estas diferencias de precios pueden llegar
al 150%, sin que esto responda a diferencias de costos. Si bien en parte dichas
diferencias se deben a que las llamadas off-net deben pagar un cargo de acceso
regulado mucho mayor que los costos reales, las diferencias en los precios de
ellas exceden con mucho el cargo de acceso. Esto favorece a los clientes de
empresas grandes, que tienen un gran grupo de suscriptores a los que pueden
llamar a costos on-net.
No obstante, este diferencial es al mismo
tiempo una barrera de entrada, pues para los clientes de empresas más pequeñas,
o que ingresan al mercado, casi todas sus llamadas son off-net y, por lo tanto,
caras. Esto reduce el atractivo de las nuevas empresas para los clientes, lo
que les impide crecer y competir. Y de allí que la presión competitiva en el
mercado sea menor, lo que permite que las mayores empresas obtengan rentas
excesivas.
Siendo así, la referida medida dispuesta por el
TDLC es acertada y del todo similar a la que ha sido recomendada por
especialistas en los países desarrollados, y que nos pone en la avanzada de
esta clase de regulaciones.
La segunda medida del Tribunal es algo más
atrevida y no existe consenso entre los especialistas sobre su conveniencia: el
TDLC limita los descuentos que se ofrezcan en los paquetes de servicios de
telecomunicaciones, lo cual pone en desventaja a las empresas que no pueden
ofrecer el conjunto de servicios. En particular, cuando se trata de paquetes
que combinan servicios proveídos por redes móviles y fijas, no podrán ofrecer
descuentos por la compra de ambos servicios. En el caso de otras combinaciones
de ellos, se limitan las rebajas por comprar paquetes. Cuando se consideran dos
servicios "empaquetados", la venta conjunta no debe tener un valor
inferior al del producto más caro vendido por separado, y cuando se trate de
tres o más productos, la rebaja máxima se limita al precio del servicio de
menor costo para el cliente.
Esta medida del Tribunal resulta justificada
cuando los referidos descuentos permiten evadir la prohibición de diferenciar
entre llamadas on-net y off-net, pero es menos clara en otros casos. Los
investigadores han mostrado que las rebajas en los paquetes pueden ser usadas
con objetivos anticompetitivos, pero también admiten que las rebajas producen
beneficios, por lo que los efectos son ambiguos. En general, las
recomendaciones son menos agresivas: por ejemplo, se obliga a vender los
servicios por separado, o se exige (como lo hizo el TDLC) no cobrar un precio
negativo por un servicio.
Afortunadamente, el Tribunal establece un
límite a su intervención: ha resuelto que las restricciones se eliminarán
automáticamente cuando entren en operación los servicios inalámbricos 4G, que
permiten emular la capacidad de las redes fijas.
Discusión
sobre Ley del Tabaco.
El proyecto de Ley propuesto por el Gobierno,
que busca endurecer la actual Ley del Tabaco -que introduce mayores
restricciones al consumo en lugares públicos y nuevas normas que protegen a la
población menor de edad- ha sido objeto de una larga tramitación en el
Congreso. Tras su aprobación en el Senado, se espera que la Cámara lo apruebe a
comienzos del próximo año. Se trata de una iniciativa que busca desincentivar
un hábito ampliamente extendido en el país, especialmente en población
adolescente, pero que contiene algunas deficiencias que deberían rectificarse,
pues representan un exceso regulatorio que limita la libertad de las personas
más allá de lo razonable.
Chile presenta los mayores niveles de
tabaquismo de la región -más del 40% de la población se declara fumadora- y más
de 16 mil personas mueren al año por causas atribuibles a este hábito. El
proyecto en discusión apunta correctamente a evitar que la población no
fumadora se vea expuesta a los efectos del humo y a desincentivar el consumo.
Para ello se contempla la prohibición total de fumar en espacios cerrados que
reciban público, terminando así con las áreas “separadas” entre fumadores y no
fumadores que hasta hoy existen. Se trata de un grado de limitación que parece
excesivo si se considera que fumar es una conducta lícita.
La disposición que busca prohibir fumar en
estadios resulta también exagerada. Si bien en las indicaciones se contempla la
existencia de áreas de fumadores dentro de los mismos, el hecho de que sean
recintos al aire libre, a los cuales se asiste ocasionalmente, hace que la
eventual exposición al humo sea más bien una molestia antes que un daño a la
salud. Además de resultar una medida de muy difícil fiscalización, no parece ir
en la línea de la protección a la salud y cabría que la Cámara revise su
procedencia o flexibilización.
Ingresos de
empresas nacionales en el extranjero.
El desarrollo económico de nuestro país, basado
en una economía abierta al comercio con todos los demás, no sólo origina
exportaciones de productos chilenos hacia el resto del mundo e importaciones
desde aquéllos hacia Chile, sino que también ha sido acompañado de la presencia
de empresas chilenas en el extranjero, principalmente en Latinoamérica. Esas
actividades les producen ingresos, que complementan la actividad realizada en
nuestro país, y les permiten alcanzar una escala que las hace más competitivas
e importantes en el contexto mundial. Asimismo, parte de esos ingresos o de las
utilidades que esas actividades generen en el exterior pueden volver a Chile,
sea como dividendos, devolución de préstamos o de reinversiones locales,
dependiendo del formato legal con que se hayan estructurado, constituyendo así
una especie de exportación no tradicional de segundo orden.
Un estudio reciente del BCI, que examina esa
actividad en las empresas que forman parte del IPSA (Índice de Precio Selectivo
de Acciones), muestra un interesante aumento del porcentaje de los ingresos de
esas empresas que se originan en el exterior, como resultado de una
intensificación de la tendencia ya señalada. Una parte considerable de ese
aumento se debe a la creciente actividad de las empresas chilenas en Perú, y
más recientemente en Colombia, aparte de lo que ya venía ocurriendo en
Argentina -con menor ímpetu en el último tiempo debido a las condiciones en que
se desenvuelve la economía transandina- y Brasil, cuyo tamaño es de suyo un
importante originador de ingresos para cualquier actor instalado allá.
El año 2012 incluye las inversiones de Cencosud
en Colombia, que recién comenzarán a sumar ingresos importantes a partir de
2013, al adquirir los negocios de Carrefour en 2.600 millones de dólares, y la
fusión de LAN con TAM en Brasil, para generar Latam, cuyo porcentaje de
ingresos provenientes del exterior, y de Brasil en particular, seguirá
creciendo. Pero hay otras compañías de retail que generan ingresos fuera de
Chile, además de forestales, de transporte, de commodities y eléctricas.
El referido estudio muestra que menos de la
mitad (44,9%) de los ingresos de las empresas estudiadas provino de Chile en
los primeros 9 meses de 2012, y el resto de Brasil (13,6%), Colombia (12,2%),
Argentina (8,8%) y Perú (6,2%), entre otros.
Ésta es una tendencia que sólo puede
calificarse de positiva, pues los ingresos obtenidos por esas compañías no son
a costa de producción nacional, sino adicional a ella, e indican la solidez,
dinamismo y empuje de esas empresas, lo que, en definitiva, ratifica el gran
nivel en que se encuentra nuestra economía.
Unas cartas para meditar:
Señor Director:
Ataque
incendiario
Con profundo dolor he visto en las noticias el
ataque incendiario a la casa de la familia Seco Fourcade efectuado en la
madrugada de ayer en las cercanías de Temuco. La familia Seco es gente de la
zona que invirtió sus ahorros y se fue a vivir a dicho campo, tal como lo hace
la gran mayoría de los pequeños y medianos agricultores de este país. Este
hecho no es aislado, es gravísimo y muy preocupante.
¿Cómo dejar impune a personas que utilizan
métodos contrarios a una sociedad libre y democrática? ¿Cómo el Estado de Chile
no asume con fuerza el desafío de ponderar los derechos ancestrales de dicho
sector con los derechos de propiedad de cada uno de los habitantes de esta
zona, quienes con su esfuerzo y sacrificio también han generado trabajo y
bienestar a un importante sector de la población de La Araucanía?
Y lo que es más angustioso aún es que ni
siquiera algún político se ha atrevido a exponer con claridad esta disyuntiva.
¿Hasta dónde entonces tenemos que llegar para que se alcance una eficaz
solución?
Es así como una vez más los chilenos de trabajo
volvemos a experimentar y vivir los altos costos humanos y materiales,
originados por los sueños y utopías de unos pocos, quienes sin respetar los
derechos de sus semejantes disponen con violencia y odio de la vida y los
bienes de los otros.
Eduardo Bustamante Pérez.
Señor Director:
Burbujas.
Esto de que no se sabe si hay una burbuja hasta
que revienta, me recuerda la lógica del ex Secretario de Defensa de EE.UU.
Donald Rumsfeld: “Hay cosas que sabemos que sabemos y hay cosas que sabemos que
no sabemos, pero lo que más debe preocuparnos son las cosas que no sabemos que
no sabemos”.
Gabriel Guiloff.
Señor Director:
Fuga de
Niemeyer.
La Corte ordena un sumario en un Tribunal por
la fuga de Hans Niemeyer S.; imputado en delito terrorista, pero curiosamente
no va al fondo del asunto, cual es la responsabilidad de quienes determinaron
la medida de arresto domiciliario para un acusado de estas características.
Si el Tribunal hubiese actuado con un poco más
de prudencia, buen juicio y respeto hacia la sociedad, hoy no estaría prófugo.
Contrasta una vez más la simplicidad con que acusados de delitos terroristas
resultan con medidas precautorias irrisorias como el arresto domiciliario;
comparado con otro tipo de delitos menores en que precautoriamente el acusado
queda privado de libertad en un recinto penitenciario.
Quienes hayan determinado que este imputado
merecía como medida precautoria el arresto domiciliario debían haber hecho,
como mínimo, el siguiente análisis de sentido común básico: a) Estoy ante un
acusado imputado por un delito de tipo terrorista; b) Si el acusado se sabe
inocente, no tiene nada que temer y por tanto sólo en ese supuesto caso
ameritaba la medida concedida; c) Si es culpable y él lo sabe, o si cree que
puede ser encontrado culpable sin serlo y no quiere enfrentar la Justicia,
tratará de evitar su arresto, huyendo. Con este simple análisis no podían
haberle dado el beneficio del arresto domiciliario, pues se estaba ante un caso
de graves consecuencias y un peligro para la sociedad.
Creo que hubo descuido, falta de celo,
ingenuidad, etcétera. Así, una vez más, los administradores de la Justicia se
han equivocado.
José Manuel Caerols Silva.
Al menos
123 personas han muerto este año por las bajas temperaturas
de Rusia,
además 1.700 personas que tuvieron que solicitar ayuda debido
a las bajas temperaturas, 880 siguen hospitalizadas.