Valparaiso: el foco del
incendio ha sido la corrupción.
Por
años, la ciudad de Valparaíso fue administrada por la misma coalición hoy
gobernante, convirtiéndola en un gigantesco foco de
corrupción que consumió los fondos que le habrían
permitido, entre muchas cosas, atender el desarrollo ordenado de la oferta
inmobiliaria y dotarse de capacidad de respuesta para emergencias como el
incendio que arrasó con los poblamientos irregulares.
Aunque el poblamiento de la ciudad-puerto empezó en el borde costero, el crecimiento de la población obligó a encaramarse en los cerros, pero eso se enfrentó con la debida planificación y respeto al ordenamiento de la propiedad.
Estos procesos, que ofrecían significativas dificultades constructivas y de ingeniería dieron al puerto la atractiva fisonomía que desde hace mucho ha despertado la admiración de los arquitectos y urbanistas.
Pero en esos tiempos era inimaginable que alguien fuera a tomarse por la fuerza un paño de terreno y parando cuatro tablas exigiera urbanización y servicios sin pagar un céntimo.
En los últimos años esa ha sido la tónica. Las zonas amagadas por el incendio corresponden a sectores de tomas de terrenos a las que la autoridad, lejos de impedirlas, les dio un reconocimiento precario autorizando a las compañías para que extendieran sus servicios a esa área. Luego de eso, siguiendo con la demagogia y la corrupción, compraron los terrenos a sus dueños consolidando así un sector urbano totalmente apartado de planificación alguna.
Esa falta de planificación ha sido la que con
descaro algunos achacan a las fuerzas del mercado. En la edición del 14 de
abril del panel "La orquesta del Titanic",
de
Bio Bio TV, Guido Girardi y Alberto Mayol culpan del gigantesco incendio de
Valparaíso a "la égida y la ideología del mercado", porque arrasó con
viviendas precarias levantadas "sin planificación estatal, sin ningún tipo
de regulación".
La
verdad es todo lo contrario. El de Valparaíso ha sido otro incendio que
ha dejado al descubierto la miseria de la demagogia y de la corrupción, sin
que el mercado tuviera arte ni parte. ¿Otro? Claro, el incendio del penal de San Miguel, en el que
murieron calcinados 81 reos, es otro ejemplo devastación y muerte con las
mismas causas.
Valparaíso, declarada patrimonio de la humanidad años atrás, ha sido objeto del más descarado esquema corruptivo de que haya registro histórico. Y eso no tiene nada que ver con las ciegas fuerzas del mercado ni con el modelo neoliberal, al contrario. Casi no ha habido actividad porteña donde no se haya metido mano, incluyendo los aportes internacionales para mantener su condición patrimonial.
Y, lo peor, es que bajo este gobierno eso no tiene
esperanzas de cambiar. En vez de reforzar los presupuestos locales para que la
autoridad local (que hoy no es corrupta ni pertenece a la coalición gobernante)
pueda afrontar debidamente la emergencia, el gobierno designa delegados
especiales que, aparte de tener malos
antecedentes y cobrar subidas
rentas, sólo cumplen los roles de canalizar la ayuda directa del gobierno y de
evitar que el alcalde opositor pueda cubrirse de gloria haciendo lo que no se
hizo antes.
Es decir, la UP/DC terminará reduciendo a polvo el mentado patrimonio de la humanidad.
Tomado de www.cardenaldo.blogspot.com