lunes, 10 de diciembre de 2012

Rápida mirada a los temas del fin de semana....



Centenares de miles de peregrinos llegaron el
 fin de semana a Lo Vásquez a rendir
su homenaje, orar y asistir a las misas, en honor
 a la Virgen María en la conmemoración  de la
 bula del Papa Pío IX, que estableció el dogma la
Inmaculada Concepción.



El Diputado Iván Moreira, UDi, miembro de la
Comisión de Relaciones Exteriores de la
Cámara sostuvo que la demanda formulada por
Perú ante la Corte de La Haya, se
construyó en base a una ‘’mentira histórica’’.



El ex Canciller Hernán Felipe Errázuriz sostuvo
que  "Los argumentos peruanos son todos
fabricados o inconducentes" criticando la estrategia
de  Perú ante La Haya y aseguró que la demanda
 marítima limeña "afectó la confianza" de Chile en
 las relaciones con el país vecino.



Miles de chilenos se agolparon, el 10 de diciembre
 de 2006, en la Escuela Militar para despedir  al
General Pinochet y agradecerle haber cambiado a nuestro
país del estado miserable en que lo  recibió  a una
nación pujante y progresista con una fuerte proyección
al desarrollo.



Luego de que el dictador venezolano, Hugo Chávez
 Frías, anunciara el sábado que deberá volver
a operarse por la reaparición de células cancerígenas,
los chavistas realizaron multitudinarias oraciones
en plazas públicas.




La principal coalición opositora egipcia rechazó ayer
 el proyecto de Constitución que el Presidente islamista
 Mohamed Mursi quiere someter a referendo el 15 de
diciembre, y llamó a manifestarse el martes.



Cumbre del clima en Qatar terminó sin compromisos en
temas medioambientales, al menos los  194 países
reunidos en Qatar acordaron extender Protocolo de 
Kioto, que expiraba este año, hasta 2020.




Programa espacial ruso vuelve a fallar al no colocar en
 órbita un satélite, el bloque acelerador Briz-M
 se desenganchó antes de tiempo desde el cosmódromo
 de Baikonur, sumando un  Nuevo  traspié para el centro
 espacial Jrunichev.



Cumbre del clima en Qatar terminó sin compromisos en
temas medioambientales, al menos los  194 países
reunidos en Qatar acordaron extender Protocolo de
Kioto, que expiraba este año, hasta 2020.



En electrizante final Huachipato dio vuelta el
resultado que favorecía a Unión Espala y en los
penales se alzó como el ganador de la Copa de
Clausura,  provocando el delirio de sus parciales
en el Estadio CAP de Talcahuano.






"Quod erat demonstrandum",
por Axel Buchheister.


Así es, ha quedado demostrado en los alegatos ante la Corte Internacional de Justicia -como sentenció en latín el jurista James Crawford- que nuestro país tiene la razón, la verdad y el derecho de su lado. Existen tratados que fijan la frontera marítima con Perú, que fue reiteradamente reconocida por el vecino del norte antes de empezar a fabricar un caso y asumida por las partes durante decenios.



Si no se ha informado sobre el asunto y alberga algún temor recóndito sobre la solidez del caso nacional, le sugiero leer el libro La defensa de Chile en La Haya (Luis Winter, Ediciones LyD). De modo sencillo, pero erudito, expone en apenas cien páginas en qué consiste la posición chilena y por qué tenemos incontestablemente la razón. Lo lee y queda como avión en el tema.



El único que parece no estar como avión ha sido el ex Senador Carlos Ominami. Puso en duda nuestro planteamiento al decir que el de Perú no es un caso artificial, porque si fuera inventado no estaríamos en un pleito. Flor de sofisma. No sólo eso, también puso en duda que sea un tratado la declaración de ambos países denominada “Convención sobre Zona Especial Fronteriza Marítima” (nombre sugerente, cuando no dirimente), porque tiene sólo una página y no posee cartografía ni precisión técnica. Que se haya registrado por Perú y Chile como tratado en la ONU, y que obedezca a la definición que para éstos da la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, no es suficiente para él. No, tienen que ser gruesos y con anexos. Entonces, cuando se traza un límite mediante una línea imaginaria en el mar siguiendo un paralelo, no basta con decirlo así, hay que escribir y dibujar harto para tener la razón. Vaya teoría.



En el juicio ya todo está dicho. Aunque resten alegatos de réplica, la artillería pesada ya fue descargada, y fue demoledora. Si los fallos de la CIJ, como han remarcado los expertos, se basan en el derecho, el que se dicte deberá favorecernos sin ambages. Eso creyó también Colombia que sucedería. Los expertos corrigen: no había tratado y nosotros sí lo tenemos. No es tan exacto, porque lo había (Esguerra-Bárcenas). La diferencia estaría en que el nuestro trata específicamente sobre el límite marítimo y no de la soberanía en una zona. Difícil desconocerlo entonces, aun para Tribunales que les tienta ser salomónicos.



Lo bueno del fallo Nicaragua-Colombia fue que sacudió la desaprensión de la calle sobre la causa chilena. Y no crea que eso no importa, porque los Jueces internacionales son más impresionables de lo que se cree. Sucede que las Cortes internacionales se basan en la adhesión de los Estados que se someten a su jurisdicción para resolver sus conflictos con las armas de la Ley y no con las otras. Pero si sus Jueces creen que la juridicidad la hacen ellos y que los derechos que asisten a las partes valen poco, entonces ya no interesa estar ahí. Si naciones con creciente prestigio se salen del sistema, como Colombia -que ya se retiró- y luego sucediera con Chile, que tendría que considerarlo si no se respetan sus derechos, eso no será indiferente para la CIJ, simplemente porque se puede quedar sola. Y todo comienza con lo que la ciudadanía demanda a sus líderes, que por cierto, han estado a la altura.



La mejor foto de Piñera,
por Andrés Benítez.


Hay momentos que retratan a la gente. Que las muestran tal cual son, sin las máscaras propias que todos llevamos para aparentar algo, ya sea debido a que es bien percibido -lo que otros esperan que uno sea- o para cumplir un rol que la sociedad asimila como natural a un cargo o a un individuo. Porque las personas tienen algo de personajes, de andar por la vida siguiendo un guión preestablecido por otros, lo que es más patente en aquellos que tienen cargos o vidas públicas, porque están más expuestos al escrutinio social.



Pese a ello, pese al fuerte control de la opinión pública, hay contados momentos en que aparece la esencia de las personas, las que son de verdad. Son pequeñas rebeliones, muchas veces inconscientes, que de tanto en tanto dejan al desnudo al personaje y cuyo resultado siempre es inesperado. Porque estos arranques de sinceridad pueden decepcionar al resto, como también entusiasmar.



De alguna manera, el caso de La Haya ha significado uno de esos momentos para el Presidente Piñera. Verlo encerrado en su oficina, siguiendo los alegatos durante toda la semana, lo refleja tal cual es. Una persona estudiosa, matea más bien, preocupada de los detalles de manera obsesiva, tomando notas que sólo él entiende y sacando conclusiones que sorprenden incluso a los abogados del caso.



Esta imagen, más bien rara para cualquier Mandatario, agranda a Piñera. Primero, porque le sale natural; es lo que más disfruta. Por otra parte, es un escenario que le acomoda. Aquí, las sonrisas y la buena onda tienen poco o nada que decir. Se trata de un asunto donde sólo valen la solidez de los argumentos. Y eso lo motiva por sobre todas las cosas. Se podría decir, entonces, que el caso de La Haya está casi diseñado para el Presidente. Algo que se notó claramente en su entrevista el pasado domingo en televisión, donde se lo vio serio, informado, seguro. En definitiva, a cargo de la situación, que es lo que la gente espera de un mandatario en estas situaciones.



Interesante también es que, en este caso, pareciera que la política comunicacional de La Moneda se tuvo que adaptar al Presidente. Da la impresión de que no fue una situación construida para mostrarlo de una cierta manera, sino todo lo contrario. Simplemente tomaron lo que había, porque, de seguro, Piñera se encerró en su oficina, sin pensar si era bueno o malo para su imagen. Y, entonces, no les quedó otra que mostrarlo tal cual, en mangas de camisa -sin la chaqueta que parece aprisionarlo-, sentado en su escritorio, con el televisor al frente, lleno de mapas y papeles. En pocas palabras: en su hábitat natural.



Y así, sin pensarlo, resultó ser su mejor foto. De alguna manera la gente vio, como pocas veces, a Piñera en todo su potencial. Apareció la mejor cara del Presidente. Pero, ojo, que de esto no hay que sacar conclusiones rápidas, porque el Mandatario tiene otras facetas naturales, como sus salidas de libreto -las ya famosas “piñericosas”-, que a la gente no le gustan. Digamos, entonces, que esta vez el verdadero Piñera fue un activo, algo que no es menor si se piensa lo que está en juego en La Haya para Chile. Porque, al final, siempre se agradece que las personas saquen lo mejor de sí en los momentos importantes.



Debilidad social de la democracia
por Pablo Rodríguez Grez.


La democracia en Chile atraviesa por una etapa de soterrada inestabilidad. Los partidos políticos, que deberían ser sus mayores custodios y sostenedores, parecen no advertir que cada día aumenta la anemia que padece. El problema es muy profundo y, me temo, no se quiere develar en toda su magnitud. Comencemos por recordar que en el ámbito de la democracia liberal, la plenitud del poder la detentan los partidos políticos, concebidos como depositarios y promotores de diversas ideologías (hoy se habla de "relatos"). A partir del siglo XIX estas colectividades comienzan a identificarse con las clases sociales, asumiendo, cada una de ellas, la defensa de intereses perfectamente definidos. La división tripartita -derecha, centro e izquierda- no hace más que reconocer esta realidad, que tiende a acentuarse a medida que se agita la contienda política y, con ella, la "lucha de clases", tónico del que se nutre el extremismo. No es difícil descubrir que la mayor parte de los dirigentes ven en los tradicionales tres tercios la fórmula ideal para conquistar el poder y estimular los resentimientos y rencores. De aquí la constante hostilidad que desata el sistema binominal, que impide la reconstrucción del modelo que colapsó en 1973.



Las últimas elecciones Municipales dejaron en evidencia que la democracia carece de sustento social, puesto que la participación ciudadana, a la hora de hacerse voluntaria, se expresa minoritariamente, revelando una indiferencia que mientras predominaban los tres tercios movilizó a las grandes mayorías nacionales. A la apatía anterior debe unirse el desarrollo económico que se ha logrado en los últimos 30 años (el cual atenúa el descontento) y, sobre todo, la expansión de los medios tecnológicos que han permitido que se expresen, organicen y movilicen las fuerzas sociales que confluyen en la base de la comunidad.



La receta que se nos ofrece para superar esta falencia no pasa de ser un utópico reencantamiento ciudadano capaz de resucitar los anhelos y sueños del pasado, manteniendo en manos de los partidos políticos la plenitud del poder, sin contrapeso alguno.



La única forma de corregir las debilidades de la democracia del siglo XXI es ensanchar los cauces de participación, permitiendo que el poder social, sin contaminación ni manipulación política, pueda expresarse y ejercer, al menos, una cuota de poder. Mientras esto no ocurra, todo esfuerzo por fortalecer el régimen democrático será vano, porque no se expresa en él aquello que gravita en lo más hondo de la comunidad ciudadana. Tarde o temprano, Chile deberá encarar esta realidad y modernizar sus estructuras políticas para que tengan expresión en ella las todavía invertebradas corrientes sociales, que se hacen sentir por medio de un caudal cada día mayor de juicios y opiniones espontáneas y libres. No es fácil construir nuevas instituciones capaces de ampliar la libertad de las personas y que no sean subterráneamente dominadas por los nostálgicos del pasado. No es suficiente, tampoco, sólo oír a los trabajadores, a los profesionales, a los estudiantes, a la familia, a los grandes y pequeños empresarios -como ha sucedido hasta hoy- sino construir los canales que les permitan una participación real y efectiva en la marcha de la Nación.



Las recientes elecciones han demostrado que cuanto proponíamos en el pasado y calificábamos como el gran desafío institucional que debía enfrentar el Gobierno militar, apuntaba a lo medular del problema. Sin embargo, se optó por el restablecimiento de la democracia liberal con resguardos -bautizados peyorativamente por los adversarios del régimen como "enclaves autoritarios"- los que han ido desapareciendo, uno a uno, a medida que se han ido reconstituyendo las mismas estructuras del pasado.



Con todo, lo que no puede desconocerse ni menospreciarse es la voluntad, cada día más resuelta, de conquistar el desarrollo económico, lo cual, si tenemos éxito, extinguirá muchas tensiones y provocará un respaldo significativo en favor de quienes ejerzan el poder. Un crecimiento equilibrado, y sobre todo compartido, probablemente sea el antídoto más eficiente contra el descontento y el inconformismo. A largo plazo, si no equivocamos el camino, se irán abriendo nuevas fórmulas de participación, tanto en lo económico como en lo político, dejando atrás los desencuentros históricos que aún nos dividen.



Temas económicos: ¿Avanza o retrocede nuestra productividad?


La PTF mide básicamente la parte del crecimiento que no se explica por el crecimiento de los recursos productivos, trabajo y capital. En otras palabras, corresponde a un residuo, y es precisamente así cómo se calcula. Según el estudio preparado por la U. Adolfo Ibáñez y financiado por Corfo, nuestra economía creció 5,5% durante el segundo trimestre de 2012. En ese mismo período, el crecimiento del capital (corregido por la intensidad de su utilización y ponderando debidamente su relevancia en la producción agregada) alcanzó a 1,8%, explicando el 32,7% del crecimiento total de la economía. Del mismo modo, el crecimiento del trabajo, ajustado por su calidad y ponderado por su relevancia, alcanzó a 0,5% (9,1% del 5,5). Esto explica que en el segundo trimestre del 2012 la PTF haya experimentado un alza de 3,2% (5,5 menos 1,8, menos 0,5).



Esta variación es positiva en el contexto de nuestra historia económica reciente. Los estudios que han analizado la evolución de la PTF para Chile identifican el período 1990-1997 como el de mayor aumento en nuestra productividad, con crecimientos anuales superiores al 3%. Sin embargo, los efectos de la crisis asiática significaron un estancamiento en esta materia durante los últimos años de la década de 1990 y primeros de la siguiente. La PTF sólo se recuperó a partir de 2004, para luego volver a retroceder desde 2008 en adelante (en 2009 cayó 2,2%), de acuerdo con el estudio de la U. Adolfo Ibáñez. Los datos recientes sugieren que el país está retomando la senda del crecimiento.



Metodología y datos: se discuten no sólo en Chile.
Sin embargo, entre los expertos no existe unanimidad respecto de la metodología para medir los cambios en productividad. Este problema no afecta solamente a Chile, sino que se discute en la literatura especializada. La naturaleza residual de lo que entendemos por PTF hace que su cálculo sea usualmente objeto de críticas, revisión y debate. Asimismo, los ajustes que se realizan sobre los factores productivos, capital y trabajo, pueden crear dudas sobre la precisión de las estimaciones. De hecho, un análisis detallado de las cifras que explican el crecimiento del 3,2% en la PTF para el segundo trimestre de 2012 sugiere que un porcentaje importante se explica por una caída de 1,4% de la contribución de la utilización del capital, la misma que había aumentado en 1,3% en el trimestre inmediatamente anterior. Esto demuestra la importancia de contar con una clara y precisa descripción de todos los supuestos utilizados por los expertos al cuantificar los avances en productividad.



El análisis de estas cifras también confirma la importancia de contar con estadísticas sólidas y de calidad. Si bien Chile goza de una reputación internacional en esta materia, principalmente por la labor e independencia del Banco Central y del Instituto Nacional de Estadísticas, es determinante poder asegurar la comparabilidad de las series en el tiempo, como lo aprendimos durante 2009 y 2010 con los cambios en las series de empleo. En esa oportunidad, la modernización de los cuestionarios implicó una modificación significativa en el concepto de empleo, y si bien se han realizado esfuerzos para poder empalmar las series, ellos no han sido del todo satisfactorios. Es de esperar que los avances en materia de institucionalidad del INE eviten que se repitan situaciones como esa, y sea posible un análisis estricto y desapasionado de los avances o retrocesos de nuestra economía.



En todo caso, urgen reformas pro productividad.
Por su naturaleza, los cambios en la productividad (PTF) no son fáciles de cuantificar. Se pueden producir por múltiples razones -avances tecnológicos, cambios en la eficiencia de la estructura productiva, y factores estructurales, tales como políticas de estabilización macroeconómicas o reformas microeconómicas-.



¿Qué explicaría entonces los datos recientes respecto a aumentos en la productividad? Probablemente, los avances de la Agenda de Impulso Competitivo han contribuido. Una mayor confianza en la economía también puede haber incentivado el desarrollo de actividades de innovación y desarrollo, lo que afecta directamente el uso eficiente de los recursos y la productividad. Esto permite pensar que la agenda a desplegar en 2013 en el marco del Año de la Innovación puede consolidar los avances recientes observados en este campo.



Pero no cabe dejarse estar. Chile necesita cambios estructurales apremiantes en varias materias. Urge una modernización del Estado, en el sistema de educación básica y media y en el mercado laboral, así como un impulso resuelto a la cartera de proyectos energéticos. Se han realizado avances en los dos primeros temas, pero preocupa cuán poco se ha avanzado en los dos últimos. Implementar una agenda integral y transversal de reformas pro productividad será lo que nos asegure el crecimiento de la productividad y, en definitiva, alcanzar el desarrollo.



Nuevos alcaldes, nuevos desafíos.


Con variadas ceremonias, en las 345 comunas del país asumieron los alcaldes electos el 28 de octubre pasado. Es interesante e importante notar que la mitad de ellos son figuras que no estaban ocupando anteriormente ese cargo. De hecho, ésta es la elección Municipal de los últimos 20 años con la menor tasa de reelección, rasgo indicativo de una sana mayor incerteza en los resultados electorales, que probablemente seguirá repitiéndose en el futuro y que -es presumible- debería producir efectos en la forma en que los nuevos Ediles enfrentarán su gestión.



Las causas de este fenómeno tienen relación, desde luego, con el cambio del sistema electoral: no se previó la abstención que el voto voluntario provocó en la masa votante ya inscrita -también por decisión voluntaria-. Pero otro aspecto que asimismo influyó fue el sostenido y creciente nivel de fiscalización que las personas ejercen hoy sobre las Autoridades locales y nacionales, apoyados por las herramientas tecnológicas que facilitan su capacidad de organización y de presión sobre aquéllas.



En este sentido, hay casos decidores en Comunas muy importantes, que son indiciarios de la demanda ciudadana por renovación que impera en el país, y no sólo en cuanto a rostros, sino también a ideas y estilos. Y, por cierto, éste ha sido un llamado de atención para Alcaldes que llevan varios períodos en el cargo y que, pese a haber ganado en octubre pasado con mayor o menor holgura, advierten que hacer más de lo mismo puede no ser ya suficiente para seguir en el mismo. De hecho, lo probable es que el proyecto de Ley que ahora se discute en el Congreso, de aprobarse el cual se limitaría la reelección de los Alcaldes a un máximo de tres períodos, sea sobrepasado por la realidad, con una ciudadanía más demandante que antaño, que haga eventualmente improbable la tercera gestión consecutiva de una autoridad Edilicia.



Por eso mismo, los Alcaldes recién asumidos tienen nuevos retos que enfrentar. El cambio que deben asumir es considerable, y tiene su raíz en lo que hoy espera la ciudadanía de sus Autoridades, en especial las locales. Involucramiento y participación son hoy expresiones que los Alcaldes no pueden soslayar (de hecho, no pocos subrayaron este último concepto al tomar posesión de sus cargos), como tampoco el buen aprovechamiento de las redes sociales para facilitar y dar cauces útiles a esa inédita comunicación constante. Así, más allá de lo que sean sus resultados en la práctica, las nuevas propuestas planteadas por muchos alcaldes en el acto de asumir tendrán seguramente numerosas réplicas en la misma línea, con variadas manifestaciones. Eso será predeciblemente demandante en un comienzo, y naturalmente habrá aciertos y errores, pero son positivos el mayor contacto, cercanía e interacción con los ciudadanos. Idealmente, debería redundar en una mejor gestión Alcaldicia, con mayores grados de transparencia, eficiencia y responsabilidad compartida.



Nivel de corrupción en Chile.


El reciente informe sobre Percepción de Corrupción -que mide a un total de 176 naciones- elaborado por Transparencia Internacional ubicó a Chile como el país menos corrupto de la región, subiendo dos espacios respecto de la medición anterior, para situarse en el lugar 20, justo por detrás de Estados Unidos. Se trata de un avance que aparece relevante, especialmente si se considera que a nivel latinoamericano la corrupción sigue siendo un fenómeno muy extendido. Venezuela, por ejemplo, se ubica en el lugar 165, Paraguay en el 150 y Argentina en el 102. No resulta alentador constatar que a nivel mundial el cuadro sobre corrupción adquiere ribetes inquietantes, pues el informe indica que dos tercios de los países medidos obtuvieron puntuaciones que los sitúan en la condición de “muy corruptos”.



La buena ubicación que obtiene Chile debe ser un aliciente para perseverar en un estricto control de la probidad, y es señal del funcionamiento de la institucionalidad. Por lo mismo, es importante que la sociedad y las autoridades consideren el combate contra la corrupción como una de las grandes prioridades nacionales.



Algunas señales inquietantes conocidas en el último tiempo deben llamar a la preocupación. La existencia de casos bajo investigación en ámbitos tan dispares como las instituciones policiales, reparticiones de gobierno en situaciones relacionadas con el narcotráfico o el sistema de acreditación universitaria -por mencionar los más recientes- constituyen alertas que no pueden ser desatendidas. Uno de los peores enemigos de la lucha anticorrupción es la autocomplacencia. La favorable comparación con nuestros vecinos y el avance en rankings como el publicado esta semana son, sin duda, buenas noticias que tienen que motivar a todos para perseverar en una sana actitud fiscalizadora que enfrente una amenaza que es constante y ubicua.



Valor del título universitario.


Una grave denuncia realizada por estudiantes de la U. del Mar contra uno de sus directivos ha desencadenado una investigación con resultados sorprendentes. La ex directora del Área Salud de esa entidad habría alcanzado ese puesto luego de falsificar certificados de títulos de la U. de Chile, al parecer en connivencia con otros directivos del cuestionado plantel viñamarino.



El alto valor del título universitario, tanto para los estudiantes que lo consiguen como para la sociedad en general, fue el factor determinante para crear un sistema de acreditación que tenía por finalidad asegurar la calidad de la educación superior en Chile. Dicho sistema está ahora en tela de juicio, en parte por situaciones como las que se han conocido en la U. del Mar, y en parte porque se ha comprendido que el diseño global que se estableció hace seis años tiene serias deficiencias que hacen imposible cumplir la tarea que se impuso el Estado, de asegurar a los jóvenes que tendrán una educación universitaria de calidad.



Cada cierto tiempo se descubre algún caso de falsificación de título profesional, por lo general por delincuentes de menor envergadura. Son sin duda situaciones graves, porque defraudan la fe pública y pueden tener serias consecuencias para quienes, como víctimas directas, confían en los servicios de un falso profesional. Pero nunca se había visto que en una universidad, reconocida por el Estado y acreditada por el sistema, se llegara a utilizar títulos falsos con el propósito de engañar a los estudiantes para ofrecer servicios educacionales que culminaban en nuevos títulos profesionales, que hoy pueden haber quedado desprestigiados.



Aunque se trata de un hecho aislado, que afecta a un área de una sede de una sola universidad, plantea preguntas inquietantes de orden general. El sistema de acreditación descansa en la idea de que el Estado puede crear un sistema que dé seguridades acerca de la calidad de los procesos educacionales que recibe más de un millón de jóvenes chilenos. Pero pareciera que quien actúe de mala fe tiene mejores posibilidades de engañar a ese sistema que la que tendría de engañar a la sociedad o a las familias interesadas si no existiera ninguna garantía estatal. Argumentos de esta clase ya se habían planteado cuando se discutió el proyecto en el Congreso durante el Gobierno del Presidente Lagos, y la experiencia de lo ocurrido tiende a mostrar que estaban en lo cierto quienes fueron escépticos respecto de la creación de un sistema de acreditación. Antes de persistir y endurecer o no las consecuencias de la acreditación, convendría examinar la filosofía del sistema, quizá abriéndose a acreditaciones internacionales o a otras fórmulas para reconocer los títulos universitarios.



Acuerdo de Vida en Pareja: los tres nudos del debate.

Tras estar más de un año paralizado en el Congreso, el proyecto de ley que crea el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) podría volver a la discusión legislativa la semana entrante. Presentado en agosto de 2011, esta promesa de campaña le valió en ese minuto fuertes tensiones al Gobierno de Sebastián Piñera con parte de su coalición política y con la Iglesia Católica. Pese a que las agrupaciones, como Movilh e Iguales, estuvieron presionando todos estos meses para que avanzara esta iniciativa, aún está en el primer trámite, en el Senado.



En pocas palabras, el AVP es un contrato, que pueden celebrar dos personas, del mismo o distinto sexo, con el propósito de regular los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común. En la versión presentada por el Gobierno, el AVP no altera el estado civil (es decir, no es un matrimonio con otro nombre), pero sí otorga beneficios en temas patrimoniales y hereditarios.



Un 67,8% de los chilenos piensa que el Gobierno no logrará sacar adelante el proyecto que crea el Acuerdo durante su período, según una encuesta realizada en agosto pasado por Imaginaccion, pese a que en la misma encuesta sólo el 16% rechaza de plano legislar sobre la materia. Esta percepción refleja la complejidad legislativa del tema, que es objeto de fuerte presión a favor y en contra, con el fuerte rechazo de las iglesias Católica y Evangélica y de parte de la coalición de Gobierno.



Moneda de cambio.
Como bien es sabido, aquellas definiciones complejas a las que los legisladores prefieren "hacer el quite" se van dilatando a través de prolongados períodos de audiencia. El llamado a exponer ante las comisiones de diversos actores sociales puede fácilmente estancar por meses (y hasta años) proyectos polémicos (recordemos que la ley antidiscriminación se tramitó 7 años y el divorcio, que fue presentado en 1995, sólo se aprobó en 2004).



Y si bien ha sido la UDI la que ha levantado públicamente sus reparos desde el principio de este debate, recientemente pasó a la acción, pidiendo que se realice un cambio en la Constitución que explicite que el matrimonio sólo puede realizarse entre un hombre y una mujer. Este proyecto de reforma constitucional fue originalmente presentado en mayo del 2011 por los entonces Senadores Andrés Chadwick y Pablo Longueira, pero fue posteriormente retirado. Al reponer, esperan al menos tener una garantía de que el AVP no sea el primer paso para legislar sobre el matrimonio homosexual y la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo. Quedará por ver si esta moneda de cambio que ofrecen logra sobrevivir en un ambiente político sensibilizado con la causa antidiscriminación tras el caso Zamudio, especialmente porque el quórum para las reformas constitucionales es mucho más difícil de conseguir que el necesario para el AVP, que se podría aprobar por mayoría simple.



Prudencia en candidatos de la Alianza.
 El lanzamiento de los precandidatos de la centroderecha, que se enfrentarán en primarias en junio próximo, debutó con un acento en temas valóricos. Los matices sobre el aborto llenaron varias portadas, pero a poco andar perdieron fuerza. La conveniencia de legislar sobre el AVP genera consenso entre Andrés Allamand (uno de los impulsores del proyecto desde el Senado) y Laurence Golborne, lo que permite descartar que sea un tema diferenciador entre ambos. En la oposición hay también acuerdo en avanzar, aunque para la izquierda este sea un primer paso de un proceso que en el largo plazo se encamine hacia el matrimonio homosexual.



Pese a que las posturas públicas no difieren, ambos candidatos de la Alianza deberán manejarse con prudencia al interior de los partidos que los apoyan. En la UDI, un grupo de Parlamentarios públicamente se ha opuesto a esta medida, pero en Renovación Nacional, más sigilosamente también hay focos de recelo. Sin ir más lejos, Carlos Larraín, el Presidente del partido, dijo hace unos días que "la discusión por el AVP causa división en nuestro sector y nos pone en una disyuntiva". Cercanos a ambos comandos aseguran que lo más probable es que los candidatos mantengan sus posiciones, pero con la prudencia de no entrar en pasos más allá donde habrá más rechazo.



Los debates técnicos que vienen. Los puntos de debate principal, ya en el terreno del debate legislativo, serán principalmente tres. Primero, hay presiones desde la génesis del proyecto porque cambie el estado civil, lo que hoy no contempla el proyecto. Los detractores aseguran que esto lo equipararía a un matrimonio y que además implicaría dejar fuera parejas de diferente sexo que quisieran usar esta alternativa. Quienes insisten en este punto, aseguran que el AVP debe mirarse no sólo desde los asuntos patrimoniales sino que desde lo afectivo, reconociendo el nuevo compromiso con un cambio de estado civil y el nacimiento de una nueva familia.



Segundo, el proyecto de AVP permite alternativas para oficializar el acuerdo (ante el Registro Civil o ante una notaría). El Movilh y otros grupos plantean que debe ser con las mismas formalidades de un matrimonio, en la práctica, ante un oficial del Registro Civil y que no sólo se regulen los bienes muebles, sino que también los inmuebles.



Finalmente, hay dudas sobre cómo se regularán los asuntos posteriores a un quiebre en una relación de AVP. Además del término por muerte de uno de los contratantes o el matrimonio de uno de ellos, se considera el fin por mutuo acuerdo, la voluntad unilateral o una declaración de nulidad. En el caso del matrimonio se ha perfeccionado en el último tiempo el mecanismo del divorcio, pero quedan dudas sobre si las alternativas que da el proyecto serán suficientes para zanjar las tensiones propias del fin de la vida en común.



A este proyecto le queda largo camino por recorrer y una muestra de lo complejo que será son los invitados a la sesión del próximo 12 de diciembre en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. Desde la Ministro Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez; el ahora precandidato Andrés Allamand y representantes del Movilh y movimientos como Acción Familia e Idea País.



Hace 6 años…
Hace seis años falleció el General Augusto Pinochet Ugarte, con el que Chile ha sido sumamente injusto y absolutamente mal agradecido… Pinochet y la Junta militar nos salvaron de una dictadura de tipo cubana, reconstruyeron el país, que había sido arrasado por la hordas marxistas, lo reinstitucionalizaron y nos devolvieron la democracia en un país proyectado al desarrollo.



Creemos que la obra del Gobierno de las Fuerzas Armadas, que encabezó el General Pinochet, no puede ser descrita en el pequeño espacio del que disponemos, su obra fue de una gran magnitud y de carácter refundacional, el Chile que dejaron los uniformados no tiene nada que ver con la destrucción económica, moral e institucional que heredaron del Gobierno de Salvador Allende.



Se encuentre donde se encuentre, nosotros como católicos sabemos que se encuentra en el Reino de los Cielos, saludamos a este gran hombre, ejemplar patriota y valeroso soldado, al que hacemos llegar, en una época en la que muchos parecen haberse olvidado de lo que le deben, nuestro agradecimiento por salvar a nuestro país y legar a nuestros hijos una Nación con futuro.
 

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