martes, 19 de enero de 2010

Ecos de las elecciones del domingo...

Bachelet visitó y felicitó al Presidente electo.
Caras de la noche del domingo, en el comando freista,
anunciaban la degollina que se inicia.
Haití, espanto y ocupación.

Pasada la euforia triunfal.

Pasada la euforia y las celebraciones del histórico triunfo que lleva a Sebastián Pinera a ser el próximos Presidente de Chile, todos los sectores deben ponerse a trabajar, para desde sus oposiciones, cooperar a la construcción de un país mas integrador, más unitario y por cierto más justo.

Las directivas de la coalición por el cambio deberán abocarse a solucionar las diferencias que quedaron entre RN y la UDI después de una elección Parlamentaria durísima, junto con prepararse para asumir cargos de dirección en lo que esperamos sea el mejor Gobierno de nuestra Historia.

Por el lado de la concertación sin duda alguna deberán enfrentar los evidentes quiebres en la alianza, las divergencias serias existentes entre los partidos que la conforman y a un cambio generacional que reemplace a políticos que han llenado la actividad de odios y resentimientos.

Desde marzo en adelante todos, tanto el Ejecutivo, que estará recién asumiendo, como la nueva oposición deberán enfrentar el desafío de solucionar los acuciantes problemas que afectan a los chilenos y que sin duda alguna provocaron el desenlace electoral del domingo.

Esperamos que ambos bandos, cada uno desde sus posiciones, decidan trabajar poniendo el interés nacional por delante, no queremos que no haya oposición, pero si esperamos que esta sea constructiva y que por medio del dialogo se llegue a los acuerdos que Chile necesita.

Esperamos que se depongan las actitudes “sucias” e intolerantes de la campaña, el nuevo Gobierno necesita a todos los chilenos trabajando y tirando el carro para lograr mejorar educación, salud, seguridad ciudadana y crear oportunidades para todos los chilenos.

Esperamos que los sectarismos y la soberbia sean reemplazados por un genuino amor a nuestra Patria y por verdaderos afanes de justicia social que deje en el pasado divisiones artificiales y nos aboquemos a lo que realmente interesa a nuestro pueblo.

No nos moviliza interés alguno de revanchismos ni vendettas, pero ciertamente creemos que deben salir de la Administración todos aquellos operadores políticos que tanto daño han hecho y que tantas heridas han dejado en estas 2 décadas que terminamos.

Las generaciones del Bicentenario fueron llamadas por Piñera a conformar el Gobierno de los mejores, y por cierto las mejores, en un brillante discurso que dejó entrever que junto con el progreso, que debe incluir a todos, llamó a todos los sectores a incorporarse a su Gobierno.

Viviremos días de intenso movimiento y negociaciones, en los que los ganadores se aprestarán a asumir sus nuevas funciones y los derrotados pasarán la cuenta a aquellos que consideran responsables de la inesperada derrota que cosecharon.

Por Chile esperamos que el nuevo Gobierno satisfaga las aspiraciones de quienes votaron por el ganador, como las necesidades de aquellos que votaron por su adversario, ojalá nunca más tengamos las frustraciones de las promesas no cumplidas que nos han dejado las 2 décadas concertacionistas.

Las primeras declaraciones del Presidente electo, en Puente Alto nos han llenado de optimismo, aseguró que “Nada terminó ayer, al revés, esto está recién comenzando”, advirtiendo "no tenemos derecho a perder un minuto" en la solución de los problemas de la gente.


Piñera afirmó en esta manifestación “no pretendemos hacer tabla rasa de nuestra historia ni de la obra de los gobiernos anteriores. Hay cosas buenas y hemos dicho una y otra vez que las vamos a mantener y fortalecer, pero también hay cosas que no están bien”.

Aseveró el próximo Presidente que su Gobierno va a estar a la altura, ratificando “todos y cada uno de los compromisos” adquiridos en la campaña, “Voy a trabajar sin descanso porque estoy consciente que no podemos perder ni un solo minuto habiendo tantos problemas que resolver, tantas angustias por disipar y tanta gente que una vida mejor y un futuro mejor”.

También nos agradaron las posiciones adoptadas por los principales asesores de Piñera, que adelantaron que no tendrán vacaciones para llegar a La Moneda con las tareas hechas y con el “acelerador a fondo” en temas cruciales como el empleo, la protección social y la productividad, poniéndoles un prioridad inmediata.

Degollina en la concertación

No han pasado muchas horas de la debacle electoral y ya se está pidiendo las cabezas de los Escalona, Latorre entre otros, llamando de paso a sus generaciones a dar un paso al lado para permitir savia nueva no contaminada con los malos hábitos políticos.


La silbatina que recibieron los Presidentes de los partidos de la concertación mostró que se iniciaría una verdadera caza de brujas tras los responsables de la derrota, alzándose voces, casi inmediatamente de conocidos los resultados, pidiendo la cabeza de los Presidentes de los partidos.

Nosotros, que no pertenecemos a los partidos concertados creemos que el resultado electoral se produjo por demostraciones peligrosas de totalitarismo, inclusive en la designación del postulante, y a una soberbia que no les permitió escuchar la molestia de la gente con su accionar.

Consideramos que el resultado ha sido una fiel expresión de molestia al ver que el conglomerado había quedado con absoluta carencia de ideas, lo que se trató de ocultar exhibiendo los presuntos éxitos de las cuatro administraciones y en la pretensión, infundada, que lograrían el respaldo de la gente que evalúa bien a la Presidente Bachelet.

Para medir la cuantía del desastre solo se requiere recordar que la Mandatario cuenta, según todas las encuestas, con el apoyo de un 81% de los chilenos y que en primera vuelta Frei, su candidato, logró solo un 29% de los votos y tras pactos irrisorios en la segunda vuelta llegó solo a un 48% de los sufragios.

La juventud socialista de Valparaíso se tomó la sede de la colectividad política exigiendo la salida de Camilo Escalona de la Presidencia del Partido, acusándole de ser el responsable de la derrota, acusándole de despotismo, malas practicas y de ser un pésimo dirigente. La toma es por plazo definido solo por la salida del dirigente.

Los jóvenes de la democracia cristiana, que mantienen tomada la sede central de la agrupación falangista, exigen la salida del Presidente del partido, Juan Carlos Latorre, al que acusan de arrogante, además de reclamar que esa tienda política no puede seguir en manos de tres familias (Latorre. Martínez y Walker) y exigen democracia interna.

Haití, una tragedia espantosa.

La tragedia haitiana es difícil de entender en países más avanzados y con un Estado en forma que permite reaccionar a tiempo ante las emergencias, contando con la indispensable credibilidad de la ciudadanía en sus capacidades y en que pueda movilizarse tras una catástrofe de estas dimensiones.

El terremoto destruyó construcciones mal confeccionadas, sin que existan reglamentos mínimos que obliguen a características antisísmicas o a condiciones que protejan al pueblo de los permanentes huracanes que dejan desalado a ese pobre país, con inmensas estelas de sufrimiento y muerte que agobian a la población.

En este caso los muertos ascenderían a varias decenas de miles, las operaciones de salvataje han sido suspendidas ante la imposibilidad de encontrar gente con vida, las exhumaciones se han tenido que hacer sin identificar a las víctimas en gigantescas fosas comunes a las que se ha puesto cal viva para evitar una emergencia sanitaria.

La hambruna de un pueblo que mayoritariamente vive sólo con centavos se ha acrecentado, a pesar de la inmensa ayuda internacional, por la falta de estructuras, sean estas de control o distribución, desatando intensas olas de pillaje, saqueos y enfrentamientos de una población que sufre de hambre y sed.

La situación se ve agravada por las fuerzas de Naciones Unidas, varios miles de soldados que están actuando como fuerzas de ocupación, dejando un amargo sabor en un pueblo que ha sido siempre alegre a pesar de las desgracias que le afectan permanentemente y sobreponiéndose a un Estado completamente inexistente.

El drama de este país solo podrá ser superado con una inmensa ayuda material, para cuya reconstrucción se requieren más de 10 mil millones de dólares, y un esfuerzo de la comunidad internacional para instaurar un Estado, siguiendo las normas y costumbres haitianas, que sea capaz de impulsar el desarrollo de esa parte de la isla.

El nuevo envío de tropas norteamericanas, más de 7 mil efectivos nuevos, ha provocado molestia en los Gobiernos de Francia y Venezuela que han manifestado que no se trata de ocupar el país, sino de ayudarle a que recobre la vida.



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