martes, 14 de septiembre de 2010

Rápida mirada histórica...




¿Que celebramos el 18 de septiembre?

Se ha planteado que este año Chile celebra el Bicentenario de su vida independiente, lo que simplemente no es cierto, el 18 de septiembre conmemoramos la primera Junta de Gobierno, que se organizó para cuidar el reino para el Rey de España Fernando VII, que se encontraba prisionero del Imperio napoleónico, y en cuyo trono había sido reemplazado por José Bonaparte, al que los españoles motejaban como Pepe Botella.


El acta de Instalación de la Excelentísima Junta Gubernativa del Reino explica con claridad absoluta los motivos y objetivos por los que se constituye esta instancia de Gobierno Local, en la que juran “defender al reino hasta con la última gota de su sangre, conservarlo al señor don Fernando Séptimo y reconocer al Supremo Consejo de Regencia”.


Creemos que es una fecha importante, pues después de este paso de repudio a los Gobernantes franceses instalados en España y de apoyo al legítimo Gobernante de la península, fue el primer acto político de acción independiente, el que sin duda alguna provocó el germinar de las ideas independistas de los “criollos” al amparo del Ejercito Nacional, creado por la Junta el 2 de diciembre de 1810.


La Primera Junta de Gobierno fue encabezada por Mateo de Toro Zambrano y Ureta y compuesta como Vice Presidente por el Obispo José Martínez de Aldunate y los vocales Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Juan Enrique Rosales y Francisco Javier de Reina, y como secretarios Gaspar Marín y Gregorio Argomedo.


Primer Congreso Nacional:

El ambiente era de un creciente independentismo respecto a España, aunque el Primer Congreso Nacional del 4 de julio de 1811 fue dominado por posiciones moderadas, fue un claro quiebre con la tradición colonial, lo que provocó una violenta reacción de los grupos realistas que el primero de abril, fecha en que debía elegirse el Congreso, que con Tomás de Figueroa junto con las tropas a su mando se amotinaran, motín que fue rápidamente sofocado y su cabecilla fusilado.


La primera sesión de este Congreso se realizó el 4 de julio de 1811, en el Edificio de la Real Audiencia, en la que los más exaltados independistas eran minoría, lo que provocó una nueva ola de agitación encabezada por Juan Martínez de Rozas, comenzando una abierta conspiración contra la mayoría moderada al sentirse excluidos de la Junta Ejecutiva que debía hacerse cargo de los asuntos públicos mientras se dictaba una Constitución Nacional.


Con este ambiente revuelto irrumpió en la escena política un joven militar, José Miguel Carrera y Verdugo, que se transformaría en el líder de los sectores que propiciaban la libertad política, los que el 4 de septiembre de 1811 dieron un golpe de Estado que derribó a la mayoría conservadora del Congreso, sin mayor resistencia, logrando que la instancia tuviera una mayoría afín a sus ideas republicanas y libertarias.


Fue un periodo complicado, bastante anárquico, en el que Carrera asumió el poder dando los primeros pasos autónomos de Chile, con la abolición de la esclavitud, en el que se produjeron enfrentamientos entre los militares carrerinos y Martínez de Rosas, que estuvieron a un tris de provocar una guerra civil, cuyo fantasma se disipó con la formación de la nueva Junta Provisional de Concepción, conformada básicamente por grupos de militares leales a Carrera, que siguió ejerciendo el poder.


En esta etapa Carrera impulso una serie de medidas destinadas a la consolidación de la causa independentista, como la creación de la “Aurora de Chile”, cuya misión periodística era publicitar las ideas de Carrera, la creación de los primeros emblemas nacionales; la dictación de un Reglamento Constitucional que declaraba la autonomía de Chile, el establecimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, la creación de la Biblioteca nacional y el Instituto Nacional.


La derrota del Caudillo en Chillán, en agosto de 1813, produjo la remoción de Carrera en el cargo y su reemplazo por Bernardo O´Higgins Riquelme, lo que inició una fuerte confrontación entre ambos líderes. Los secesos militares enardecieron las posiciones de quienes reclamaban el derecho a elegir a nuestras propias Autoridades. Lo que luego de la captura de Talca tuvo como consecuencia la asunción de Francisco de la Lastra como Director Supremo y la proclama de un nuevo Reglamento Constitucional en marzo de 1814.


La larga extensión del conflicto Militar, además del declive de las fuerzas revolucionarias chilenas, además de la recuperación del trono por parte de Fernando VII, determinó negociaciones con las fuerzas españolas que plasmaron el tratado de Lircay, en el que los chilenos reconocían la autoridad de Fernando VII, lo que no fue reconocido por Carrera, que el julio de 1814 dio un nuevo Golpe de Estado, con el que recuperó el poder, pero dejando a las fuerzas patrióticas trisadas por las querellas.


La profunda fisura del bando chileno se cristalizó en la batalla de Tres Acequias en septiembre de 1814, en el que las tropas del gobierno de Carrera se enfrentaron con las fuerzas lideradas por O’Higgins, resultando las tropas o´higginistas derrotadas y desbandadas, sujetando a O´Higgins a la Autoridad de Carrera, mientras esto sucedía, el virrey Abascal del Perú, desconoció el acuerdo de Lircay y envió a Chile un nutrido contingente militar encabezado por el general español Mariano Osorio, que reorganizó las tropas monárquicas e impuso una fuerte derrota a los revolucionarios en Rancagua, 1 y 2 de octubre, en la batalla conocida como el desastre de Rancagua, que puso fin a la Patria Vieja.


Después de la derrota de Rancagua Bernardo O’Higgins y José Miguel Carrera se alejaron de Chile, llegando ambos próceres a Mendoza, con destinos distintos, O´Higgins, apoyado por la Logia Lautarina, organiza junto con José de San Martín el Ejercito Libertador, mientras Carrera viaja a los Estados Unidos a conseguir armamento para la liberación de la Patria, a la que nunca pudo regresar, siendo fusilado en Mendoza por orden de San Martín y O´Higgins.


Después del desastre o sorpresa de Cancha Rayada, 18 de marzo de 1818, en que comenzó a correr el rumor de la muerte de O´Higgins, Manuel Rodríguez arengó a los chilenos diciéndoles “aún hay Patria Ciudadanos” y se designó como Director Supremo, en el que duró 30 horas, hasta que O’Higgins retornó a la capital y se hizo nuevamente del poder.


El 5 de abril de 1818 las tropas patriotas y las realistas se encontrarían por última vez, los chilenos comandados por San Martín, infringieron una severa derrota a los españoles de Osorio, que se retiraron a Concepción sin volver a intentar una vuelta a Santiago, con los que quedó asegurada la independencia. Después de la contienda O'Higgins fue a saludar a San Martín, al que motejó de salvador de la Patria, dándose el ya famoso abrazo de Maipú.


El Acta de la Independencia, por medio de la que Chile declaró solemnemente su independencia de la corona española, fue redactada en enero de 1818, aprobada por el Director Supremo Bernardo O´Higgins en 2 de febrero de ese mismo año en la ciudad de Talca, aunque fue datada con fecha 1 de enero de 1818 en Concepción, procediéndose a la ceremonia de jura de la Independencia el 12 de febrero de ese año, en conmemoración del primer aniversario de la Batalla de Chacabuco.


19 de septiembre: día de las Glorias del Ejército.

El Ejercito nació en los albores de nuestra independencia, el año 1915, mediante una Ley, el Presidente Ramón Barros Luco, instauró como reconocimiento a la entrega y al patriotismo brindado por el Ejército de Chile, el Día de las Glorias del Ejército, destinándolo al recuerdo de todas las Glorias del Ejército, que se celebra el 19 de septiembre, por considerarse el primer día de libertad de la corono española.


Por eso, en esta fecha se realiza la gran Parada Militar en recuerdo y homenaje a la memoria de todos los soldados que han contribuido a llevar a Chile al sitial que hoy ocupa, por lo que en esta ceremonia llena de significado las instituciones de la Defensa, Carabineros, la Armada y la Fuerza Aérea, muestran su afecto al Ejercito, desfilando junto a los hombres y mujeres de gris.


Cueca, Baile Nacional. (1)

La cueca es la danza nacional de Chile, la protagonista de las celebraciones y festividades criollas. Su origen no está claramente definido, ya que investigadores la vinculan a culturas como la española, africana, peruana, así como también a la chilena. Incluso, los bailes de la zamba, la zambacueca, zamacueca y cueca chilena parecen ser esencialmente las mismas danzas, pero evolucionadas de acuerdo a sus variantes regionales.


La cueca es el baile nacional de Chile desde que se oficializó a través de un cuerpo legal promulgado el 18 de septiembre de 1979. No obstante, se baila en nuestro país desde aproximadamente 1824.


La rutina de esta danza encuentra -según algunos folcloristas- una explicación zoomórfica por provenir de la “clueca”, concepto con el que se hace referencia a los movimientos que hace una polla cuando es requerida por el gallo.


Es por ello, que el rol del hombre en el baile, se asemeja a la rueda y al entusiasmo que pone el gallo en su conquista amorosa. La mujer, en cambio, sostiene una conducta más defensiva y esquiva.


Según la zona geográfica en que se baile, la cueca presenta algunas variaciones. La La Cueca Nortina o del abajino, la sureña o La Cueca Chilota, como la cueca del marino y del minero tienen características únicas muy definidas.


Las diferencias radican en la vestimenta de los bailarines, en su personalidad y actitud en la danza. En las zonas sureñas son más tímidos, llenos de picardía en la zona central urbana, incitantes en las regiones campesinas y elegantes en la capital. Las tonadas son acompañadas por la guitarra, el arpa y los golpes de manos al compás del ritmo. El huaso saca a bailar a la joven ofreciéndole su brazo. Tras un breve paseo, se colocan frente a frente y se da inicio al baile. Los pañuelos giran suavemente en un comienzo, mientras el huaso persigue y rodea a la mujer intentando traerla a su lado.


Ella, coqueta y esquiva, mueve con gracia el pañuelo y levanta su falda. El zapateo final del huaso refleja su fuerza e intensidad en la lucha amorosa y es aquí donde los pañuelos giran a un ritmo más agitado y efusivo.


Rodeo, deporte Nacional. (2)

El rodeo es un deporte en el cual dos jinetes montados sobre caballos de raza chilena pura deben arrear y atajar un novillo en tres oportunidades consecutivas, sobre dos quinchas acolchadas. Como deporte, el rodeo se origina en la época colonial y surge como expresión de las faenas agrícolas de aparta del ganado. Su principal impulsor fue el gobernador García Hurtado de Mendoza, oficial de caballería experto en adiestramiento y juegos de destreza a caballo. En esa época, al no haber demarcación de campos, el escaso ganado existente se dispersaba por cerros y valles. Para reunirlo, marcarlo y separarlo, el gobernador ordenó que se efectuaran rodeos en la Plaza de Armas de Santiago, durante los días 24 y 25 de julio, fiesta del apóstol Santiago, patrono de la ciudad.


A fines del siglo XVII el rodeo comenzó a reglamentarse, creándose una pista rectangular de 75 metros de largo, para separar el ganado. En ese entonces, se establecieron normas que permitían apreciar la conducción del jinete y la destreza del caballo. En 1860, el rectángulo se transformó en medialuna y en 1920, en el gobierno de Ibáñez del Campo se dictó una ley para regir la práctica del rodeo que fue declarado deporte nacional en 1962, afiliado al Comité Olímpico de Chile.


(1) Tomado de http://www.chile.com

(2) Tomade de http://www.galopaventura.cl/



Nota de la Redacción:

Esperamos que este recuerdo de nuestra historia Patria haga a muchos, especialmente a los políticos, dejar de lado las divisiones que afectan a nuestro país para que todos juntos pongamos el hombro al esfuerzo del desarrollo que necesitamos apremiantemente, sobre todo por nuestros jóvenes y por la gente más humilde, para darles un futuro mejor.


Aprovechamos esta oportunidad para desear a todos y todas nuestros(as) compatriotas una felices Fiestas Patrias, en las que rogamos a todos cuidarse de manera tal que en los próximos días puedan ver las noticias y no sean, como sucede en muchas festividades, parte de la crónica roja que ensangrenta momentos que debieran ser felices.


Con motivo de un fuerte estrés, provocado por la permanente lucha en defensa de nuestros valores, de las libertades y por recuperar la verdad de nuestra historia reciente nos tomaremos un receso de una semana, estaremos de vuelta el martes 21 de septiembre si Dios lo permite, día en el que esperamos seguir contando con el apoyo que nos demuestran con sus visitas.

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