Fin de un
Gobierno e inicio de una nueva administración.
Aunque hemos sido bastante críticos de Piñera, básicamente
por no haber cumplido su promesa de campaña sobre los presos políticos y por
sus malas políticas comunicacionales, sería absolutamente inmoral no reconocer
que su administración tuvo éxitos resonantes en la recuperación del crecimiento,
en la creación de empleos, avances sociales como el post natal y el salario ético
familiar, mejorías en educación, en la creación de oportunidades, el aumento de
salarios, la desburocratización, el cambio de mentalidad para una vida más sana
o la construcción de decenas de soluciones hospitalarias, y una reconstrucción ejemplar de los inmensos
daños del terremoto y maremoto del 27F de 2010,entre otros.
Creemos que el Presidente Sebastián Piñera, que
hoy deja el Palacio de La Moneda, se puede ir bastante satisfecho por los
logros de su administración, a la vez pensamos que se aleja del cargo dejando al
debe un manejo comunicacional absolutamente deficiente, una impresionante falta
de sintonía para que llegaran al público las inmensas realizaciones de su
Gobierno, la pulverización de los
partidos que le llevaron a la Primera Magistratura y la enorme cantidad de
heridos que dejó entre los que le apoyaron con el manejo irracional que se dio
a los 40 años de la caída de Allende y la suma del Gobierno de derecha a la falsificación
monstruosa de la izquierda de nuestra historia reciente.
De la administración que llega, de Michelle
Bachelet, no esperamos mucho porque fuimos testigos de su mediocre Gobierno
anterior, de la falta de capacidad con que Gobernó y de la absoluta carencia de
honestidad de parte importante de quienes la apoyaron en su cuatrienio. Su proyecto
programático para esta nueva administración nos parece populista y tememos que
las medidas económicas anunciadas nos vuelvan a descarrilar del camino al desarrollo,
sumiéndonos en una crisis similar a la que sus amigos han causado en países
mucho más ricos que el nuestro, como Argentina o Venezuela, terminando de paso
con muchas de nuestras libertades.
A pesar de lo anterior, y de considerarnos
opositores al nuevo Gobierno de Doña Michelle, esperamos equivocarnos en
nuestros temores y esperamos que la “señorita” actué con sentido nacional,
dejando de lado promesas insostenibles y planes descabellados, para que realice
un Gobierno serio que a diferencia de los regímenes que admira, como la
dictadura cubana, mejore la calidad de vida de los chilenos, tome las medidas
necesarias para el desarrollo de nuestra nación y aleje el fantasma tétrico de
la crisis que creará si es que insiste en aplicar su programa politiquero y persiste
en Gobernar para esas minorías que desde
las calles gritan más fuerte o en la sumisión a los dictados de un anacrónico partido
comunista.
Desde hoy somos opositores
y no nos cansaremos de fiscalizar.