lunes, 15 de febrero de 2010

Entrando a tierra derecha.....

Piñera se acerca a La Moneda.
esperamos le dejen Gobernar.
Solo 24 días faltan para el cambio
que Chile eligió en las elecciones.


Politización de los Sindicatos.

Desde el retorno a la democracia hemos sido testigos de una creciente politización de los sindicatos de trabajadores, lo que ha quedado en evidencia con las declaraciones de las principales agrupaciones de trabajadores, después de la segunda vuelta de las presidenciales, con descalificaciones y acidas criticas al Gobierno electo por una gran mayoría de los chilenos, al que amenazan con fuertes movilizaciones.

Creemos importante recordar que estas actitudes, además de inmorales, pues privilegian las personales posturas políticas de los dirigentes de estos sindicatos con la necesaria defensa de los derechos e intereses de sus afiliados, además de contravenir, de manera flagrante, la legislación que les prohíbe la participación de esas agrupaciones colectivas en la política contingente.

Las amenazas y descalificaciones de la CUT, Central Unitaria de Trabajadores, algunas agrupaciones de la minería del cobre, sindicatos de la salud o de los Empleados Públicos y las realizadas ayer por el Colegio de Profesores, su Presidente, nos advierten que estas entidades, claramente manejadas por partidos políticos de la concertación, intentan convertirse en brazo político de esos conglomerados para recuperar el poder.

Nos parece brutal, ridículo y hasta impresentable que se ataque a un Gobierno que todavía no ha asumido, asunción para la que faltan 24 días, sin darle siquiera la oportunidad de iniciar su trabajo, realizando los cambios encomendados por la ciudadanía, antes de recibir estos embates con los que se pretende abortar la determinación del 52% de los chilenos que se inclinó por la propuesta de Piñera.

Las oligarquías sindicales, que abandonaron o vendieron miserablemente a sus asociados al la concertación gubernamental que dirigió el país durante 20 años, y que son ampliamente minoritarios tanto en el ambiente laboral como en el político, aceptando que los trabajadores tuvieran condiciones misérrimas de trabajo y remuneraciones, deben entender que no tienen no el apoyo que requieren ni la moral requerida.

Los sindicatos y los partidos derrotados en el último proceso electoral parecen conformar un espurio contubernio destinado a negarle al Gobierno que asumirá la sal y el agua, retrotrayendo nuestra política a los años 70, con el riesgo inminente de provocar, por el mal uso de sus entidades y mañosas actitudes, situaciones cercanas al quiebre institucional de los años 70 que ningún chileno racionalmente puede querer se repitan.

Hoy, para llegar a estadios de mayor desarrollo y justicia social, pareciera ser contraindicado volver a las odiosidades del pasado y a la agudización de la lucha de clases, siendo la Unidad Nacional, y el esfuerzo mancomunado del Estado, las empresas privadas y los trabajadores, la única formula que nos lleve a superar la problemática social, dura por demás, que complica a millones de chilenos.

Consideramos nefastas las señales que están dando al país las clases dirigentes, sean estas sindicales o políticas, que nos están mostrando con las posiciones que están tomando no haber entendido nada de lo sucedido en los últimos 50 años, y, además, lo poco que les interesa la situación de los más humildes, cuyos intereses son subordinados a las ambiciones de poder de cúpulas inescrupulosas y escasamente representativas.

No es el estatismo, que algunos promueven por posiciones dogmáticas y otros por consideraciones oportunistas, lo que sacará a Chile de las aflicciones e injusticias, el camino necesario es el de las libertades de emprendimiento, el de las libertades personales, como lo han demostrado hasta la saciedad las sociedades que han logrado derrotar a los flagelos que heredamos de los malos Gobiernos de la concertación.

Aunque Sebastián Piñera no es el Presidente que más nos interprete, en lo ideológico, creemos que es de personas respetuosas del la voluntad popular, dejar que el Presidente electo demuestre esas capacidades que sabemos que tiene para enderezar una situación complicada, que de continuar, amenaza el futuro nacional e implica mantener la falta de oportunidades que agobia a nuestras juventudes.

Desafío chileno.

Los principales desafíos que deberá afrontar el Gobierno de Sebastián Piñera, serán logar crear los centenares de miles de plazas de trabajo que se requiere con urgencia, mejorar la calidad de la educación y la salud, ganar la batalla a la delincuencia.

Junto a estos retos la nueva Administración tendrá que jugársela por ganar la guerra que ha establecido la delincuencia contra la ciudadanía, sanear la Administración pública de la corruptela que se ha enseñoreado en el personal de confianza y demostrar que las cosas se pueden hacer bien.

Un especial énfasis deberá poner el nuevo Gobierno en las políticas sociales, en la capacitación de los chilenos, el despolitizar las empresas públicas, para transformarlas de pagadoras de favores políticos en unidades eficientes de producción en beneficio del pueblo.

La tarea es inmensa, pues el periodo de 4 años, que consideramos insuficiente, sobre todo porque no es posible la reelección es muy corto para solucionar los inmensos problemas que afectan a nuestro país por décadas de malas Administraciones.

Una dificultad adicional será la de cambiar el paradigma concertacionista, que reemplazaba la capacidad y la eficiencia por una incesante campaña publicitaria, en la que los medios han sido cómplices, para tapar las deficiencias de los Gobernantes.

De vital urgencia resulta mejorar las relaciones con nuestros vecinos con posiciones claras y una defensa irrestricta de nuestros territorios, sean estos continentales, insulares o marítimos, y desactivar, a la brevedad, el conflicto Mapuche que puede tener consecuencias nefastas.

Piñera y su Gabinete, con antecedentes de académicos y éxitos en la vida privada, deberán demostrar, apenas asumidos sus capacidades para trabajar bajo fuertes presiones, mostrándole al país con más hechos que palabras la capacidad de conducción.

La nueva forma de Gobernar ofrecida por el Mandatario electo tendrá que encarnarse en una Administración capaz de escuchar a la ciudadanía, estudiar su problemática y convencer al pueblo soberano de la factibilidad y factibilidad de las soluciones propuestas.

Recomendamos a nuestros amigos y amigas, en nuestra sección cartas, tres misivas de candente actualidad que tocan temas de alto interés nacional. Para revisar esta sección, pinche AQUÍ.


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