viernes, 26 de octubre de 2012

Meditaciones a poco más de 48 horas de las elecciones....

Piñera se reunió con Altos Mandos de
Carabineros y de la PDI, anunció mano
dura contra los policías que cometan
delitos, el firme apoyo Gubernamental
a las instituciones policiales  y llamó a
la ciudadanía a apoyar a las entidades
policiales.










Tú, hipócrita elector...,
por Cristián Warnken.


No pretendo de ninguna manera insultarte con el título de esta columna. Tengo la más alta opinión de tu calidad de ciudadano de la República y considero que eres o debieras ser el verdadero protagonista de la política, esa con "p" mayúscula que pensara e inventara un lúcido griego hace varios milenios. Sólo estoy jugando con unos versos del poeta Charles Baudelaire, que en el poema inicial de su libro "Las flores del mal" de pronto interpela directamente al lector y le dice: "Tú, hipócrita lector, mi semejante, mi hermano". Baudelaire acababa de enumerar los "monstruos" que están enquistados en lo más profundo de nuestro ser: la mezquindad, la tontería, el error, la laxitud. Pero hay uno -según el poeta- que es el más malvado, el más inmundo y lóbrego de todos, y ése es el Tedio ( spleen , que es la palabra inglesa que usa Baudelaire, podría también traducirse como "aburrimiento").



El "Tedio" lo devasta todo; con un solo bostezo "devoraría el orbe". Por lo demás, nuestra sociedad del espectáculo y la farándula se sustenta en el miedo que todos le tenemos al aburrimiento. Huimos de él, no lo enfrentamos, no queremos estar a solas con él. Heidegger, en cambio, celebra el aburrimiento, porque lo considera la antesala de la angustia, y es sólo a través de la angustia que tocamos los bordes de nuestro ser más profundo. No se trata de quedarse pegados en la angustia por la angustia. Una vez vivida a fondo, con coraje y autenticidad, podemos volver a la vida con un nuevo entusiasmo, y celebrar un nuevo comienzo.



Toda esta larga digresión es para invitarte, lector, a asumir tu condición de elector con plena lucidez y responsabilidad e, incluso, gozo. Baudelaire le dice al lector que es hipócrita, porque éste hace como si lo que el escritor escribiera no le estuviera sucediendo a él; por eso lo llama "mi semejante, mi hermano". El no hacerse cargo de lo que ocurre en el país es ser hipócrita, asumiendo el deber cívico con tedio, pasividad e incluso cinismo.



Es fácil que culpemos a los políticos por el estado lamentable de nuestra política. Si ellos están ahí, es porque los hemos dejado hacer, porque muchas veces o los hemos votado sin informarnos, por pura inercia, o no hemos ido a votar porque creímos que ya no era posible cambiar nada. En ambos casos, hemos sido cómplices de la decadencia, hemos sido "hipócritas electores".



Lo importante no es votar o no votar: ése no es el dilema. Si votas, hazlo con plena conciencia, infórmate y piensa. Que la raya sobre el voto no sea un gesto vacío y azaroso. Si votas por un candidato-cualquiera éste sea-, hazlo por sus cualidades y proyectos, y no por "tincada" o resignación. Y si votas nulo, que éste sea un voto nulo activo, reflexivo, de protesta con esperanza, porque no te conformaste con los "ofertones" o los "saldos" que te ofrecen los partidos políticos como alternativas esta vez, pero estarías dispuesto en la próxima elección a aceptar una oferta política de mejor calidad. O sea, con tu voto nulo estás obligando a los partidos a hacer mejor su trabajo.



Y si decides no ir a votar, es tan radical (aunque legítima) tu opción, que la entiendo y respeto, siempre y cuando estés dispuesto a participar activamente en la creación de nueva política, mejor que ésta. Te estoy invitando, por lo tanto, a asumir la condición de elector con "oficio de ciudadano", como propone el filósofo español Fernando Savater.



Hipócrita elector, mi semejante, mi hermano: a pocas horas del rito ciudadano, no te dejes confundir ni por los cantos de sirena del marketing vacío ni por las campañas de terror que andan circulando por estos días contra el voto de legítima protesta. Decidas lo que decidas, que esa decisión, secreta y sagrada, sea el resultado no de una indiferencia hipócrita, sino de una angustia comprometida: la angustia por el estado de nuestra política, que empieza a importarte cuando descubres que la política también eres tú.


Nota de la Redacción:
Generalmente no estamos de acuerdo con las opiniones políticas de don Cristián Warnken, aunque debemos reconocer que le admiramos cuándo toca los temas culturales, que consideramos simplemente magistrales.


Creemos que esta columna, publicada por el Mercurio, es un llamado clarísimo a enfrentar las elecciones del domingo con responsabilidad y seriedad ciudadana, votando por los mejores o absteniéndose  cómo protesta.



Año de la Fe,
por Luis Eugenio Silva.


Benedicto XVI ha proclamado un “Año de la Fe” para los creyentes, los agnósticos, los que vacilan, los ateos o los que tienen su fe debilitada.



Fe es garantía de lo que se espera, prueba de realidades que no se ven (Hebreos 11,1). Esta definición del don de la fe se escribió cuando los cristianos de origen hebreo del siglo I se encontraban descorazonados por las persecuciones y sus divisiones internas. El autor señala que la fe está orientada hacia el futuro y no se adhiere más que a lo invisible. Fe es, entonces, una posesión anticipada y garantizada de realidades celestiales, pero no un escape al mundo, pues exige construir una fraternidad en la comunidad humana.



Pero, siguiendo a Feuerbach, Marx, Compte, Nietzsche, Freud, Sartre y otros, ¿no es la fe una pura proyección humana, al captar el hombre su límite y poner sus deseos de plenitud en un Dios inexistente?



El Cardenal jesuita H. de Lubac, eximio teólogo del siglo XX, escribió un libro formidable: El drama del humanismo ateo, donde, con un profundo respeto a los intelectuales no creyentes que estudia, desentraña su conflicto y contradicción desde una perspectiva cristiana.



Creer, para la fe cristiana, es un don que Dios da, y lo da en diversos grados y en variadas formas. Cree el hombre y en la propia Iglesia se da, como en las personas, la fe. Creen los hinduistas, algunos budistas, confucionistas y taoístas; creen los monoteístas islámicos y judíos; creen los adeptos a religiones que impropiamente tenemos como primitivas, como los animistas y afines. Es decir, la inmensa mayoría de los seres humanos cree.



Pero nos preguntamos, entonces, ¿por qué el agnosticismo, el ateísmo o el materialismo actuales en Occidente? Muchas son sus causas. Tal vez la más importante está en la Ilustración del siglo XVIII y en el cientificismo actual. Pensar que el conocimiento científico fundamental y liberador es el único que puede dar la respuesta definitiva es un error; pensar que todo puede reducirse a números y ahí encontrar explicación, no parece ser cierto. La ciencia busca explicar el cosmos y el hombre, pero se le escapan en su sentido más último, y pasan a ser un misterio inabarcable y al final inexplicable en su origen, como si fuera fruto toda la realidad del puro azar o de la mera evolución. La fe cristiana tiene a Cristo como fuente y verdad, y aspira a una plenitud que se dará al final. Pero no es un escapismo ni un opio, ya que quien cree tiene una tarea: hacer del mundo algo mejor, y siempre tratando de buscar la fraternidad que el amor origina.



Hoy la fe debe buscar un modo de expresión inteligente para el hombre moderno, afectado de escepticismo, individualismo y materialismo. Debe formularse una nueva antropología que, conservando el fundamento de la fe, exprese inteligentemente, y en categorías modernas, lo que el hombre es, debe ser y su relación con el misterio divino. No hay que tener desconfianza en la ciencia, porque, como dijo San Anselmo, filósofo y teólogo, en el siglo XI, mucha ciencia hace humilde al hombre y acerca a Dios; poca ciencia lo envanece y lo aleja de su Creador.



Este domingo,
por Cristina Bitar.


Las elecciones Municipales de este fin de semana tendrán un sello especial: son las primeras en realizarse con un padrón electoral nuevo, tras instaurarse la inscripción automática; las primeras con voto voluntario, y también la primera medición electoral a la que se someten Gobierno y oposición desde que asumió el Presidente Piñera. Sin siquiera haber enfrentado una sola elección, se escuchan voces que dicen que hay que volver a un sistema de voto obligatorio, ya que anticipan una baja en la participación (o quizás en sus votos). Pero sólo el domingo sabremos si la participación electoral aumentó o no tras los cambios realizados. Una mayor participación, unida a un sistema de libertad individual, sería claramente un progreso, pues mostraría que la ciudadanía se compromete más con el sistema democrático cuando se le permite hacerlo sin la coerción estatal.



Probablemente la inscripción automática traerá problemas, ya que hay gente que no sabe que fue cambiada de mesa debido a algún trámite realizado ante el Registro Civil. Esto puede llevar a que un número importante de personas vean frustrado su deseo de sufragar y se levante una fuerte crítica a los cambios realizados. Ello no debe confundirnos; una cosa es la implementación administrativa del sistema de inscripción y votación, pero otra muy distinta es la forma en que motivamos a una mayor participación de la gente en las elecciones y, por ende, un mayor compromiso con la democracia.



Ya sea con el sistema electoral anterior o con el nuevo, creo que el próximo domingo, al igual que en 2008, la derecha va a obtener un triunfo importante. Va a ganar Comunas emblemáticas y superará, nuevamente, a cualquier otro contendor en el porcentaje de votos a Alcalde. La Alianza ha ido creciendo su votación Municipal de forma contundente en las últimas dos elecciones, llegando a superar a la Concertación (que en 2008 también iba en dos pactos) en el porcentaje de votos para Alcalde. Incluso, si consideramos que en la última elección la Alianza quedó atrás de la Concertación tan sólo por 3 Alcaldes (144 a 147), entonces no es difícil pensar que el resultado de la Municipal puede ser histórico. Además, creo que la derecha mantendrá su hegemonía en las Comunas emblemáticas que ya tiene en su poder, tales como Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Providencia y Las Condes. Al mismo tiempo, podrá dar la sorpresa y recuperar La Florida y ganar el sillón en Maipú. Todo esto se debe a un buen trabajo en terreno de los partidos de la Alianza, sumado a que la Concertación se encuentra en su peor momento histórico de aprobación.



Además de medir las fuerzas electorales, esta elección será un verdadero examen que nos permitirá medir mucho de lo que verdaderamente está ocurriendo con los chilenos. Me atrevo a anticipar que, si la elección refleja cambios, éstos serán considerablemente menos dramáticos de lo que plantean algunos agoreros. La elección de Concejales, realizada con un sistema electoral absolutamente proporcional, nos arrojará una vez más que ambas coaliciones, así como los partidos políticos con representación Parlamentaria, siguen identificando a la mayoría de los chilenos. Ese Chile que no está todo el día en internet ni comentando en redes sociales, considera que la estabilidad tiene un valor muy superior al que muchos políticos y analistas sobreideologizados suponen. La gente sin duda quiere cambios, pero en el sentido de mejorar lo que hemos construido en las últimas tres décadas, y no para echar por la borda lo hecho y embarcarse en aventuras que nadie puede anticipar en qué terminan.



De verdad espero que la elección del domingo deje como resultado un respaldo a los avances en materia de libertad electoral y al trabajo de la Alianza y del gobierno del Presidente Piñera, quien sin duda puede salir muy fortalecido.




El país de la corrupción sustentable
por Juan Ignacio Brito.


No es casualidad que la corrupción no distinga color político y que golpee de manera ininterrumpida a lo largo del tiempo. Desde el caso Kodama hasta el de los sobreprecios en el Ministerio del Interior, los cuestionamientos afectan a este gobierno tal como en el pasado lo hicieron con sus predecesores, desde el desmalezado de Concón a las platas de Chiledeportes. Cambian los nombres y las épocas; siguen estallando escándalos.



Ninguno es suficientemente grave para generar una crisis severa, pero tampoco tan insignificante para ser descartado sin más. Al final, este goteo sostenido sugiere que no somos tan limpios y puros como nos gusta creer. En contradicción con el mito nacional, la excepcionalidad chilena no consiste en que seamos un país libre de corrupción, sino en que nuestra sociedad exhibe una “corrupción sustentable”, como dijo alguna vez Nicanor Parra.



Igual que el enfermo con poca fiebre, no estamos mal, pero tampoco bien. Así que tomamos píldoras sin seguir nunca un tratamiento radical. Convocamos comisiones que elaboran informes y proponen cambios legales, al estilo de la Comisión Nacional de Etica Pública creada por el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, y promovemos “reformas al Estado”, como la impulsada tras los acuerdos Lagos-Longueira a raíz del caso MOP-Gate.



Todo eso ayuda, por supuesto. Ha habido reformas significativas, como la institucionalidad pro transparencia. Sin embargo, el continuo estallido de casos como los que ahora se conocen debería convencernos, por fin, de que la ley sola no nos salvará de la corrupción.



Una parte del problema es que a menudo se hace hincapié en los “efectos devastadores” de la corrupción, pero se presta menos atención a las causas que la originan. Quien comete faltas a la probidad a menudo está dando otro paso en un camino que recorre desde que empezó a confundir medios con fines, a ver a las personas como si fueran cosas y a reducir sus aspiraciones a meros deseos en una búsqueda desordenada de la fama, el poder o la riqueza.



Para inhibir la corrupción son útiles las leyes y también la cultura. De hecho, sólo un ambiente que rescate el valor público de la virtud puede pretender derrotarla de manera definitiva, porque, como decía Josef Pieper, la virtud desarrolla el potencial humano desde adentro (lo que se es) hacia fuera (lo que se hace).



Esto suena anacrónico, pero no por ello es menos cierto. Ya hace 80 años, Paul Valéry señalaba que la virtud “está muerta o, a lo menos, muriendo”. Según Alasdair MacIntyre, vivimos en un mundo “después de la virtud”. Obviamente, la pérdida más grave es la del contexto que le daba sentido a la virtud, un orden basado “en creencias prácticas y hábitos de pensamiento, sentimiento y acción, en el cual los juicios morales eran entendidos como Gobernados por estándares impersonales justificados por una concepción compartida del bien común”, dice MacIntyre.



Sería iluso creer que todos están dispuestos a actuar de manera virtuosa. No obstante, recuperar el ambiente que hace posible educar a las personas en las virtudes puede resultar un antídoto mucho más eficaz -aunque lento y difícil- contra las faltas a la probidad, que pasarse la vida discutiendo reformas al Estado y armando comisiones de expertos cada vez que estalla un escándalo.


Nota de la Redacción:
Creemos que el periodista Juan Ignacio Brito le hace un bien al país sacándole esa venda que nos hace vernos como impolutos y probos, en señalar que la educación es capaz de hacernos recuperar las virtudes perdidas, aunque creemos que se equivoca al comparar una corruptela desatada en las esferas Gubernamentales, que resultó permanente en el tiempo, de los Gobiernos de la concertación con los escasos problemas que se han detectado en la Administración de Piñera, que son puntuales y básicamente no realizados por personal instalado en sus cargos por motivos políticos.



Igualdad de género en Chile.


Han llamado la atención los resultados del último ranking global de igualdad de género elaborado por el Foro Económico Mundial, donde Chile aparece cayendo más de cuarenta puestos respecto de 2011 y ubicándose en el lugar 87. Y es que tal desempeño se registra en un momento en que, por otra parte, ha habido positivas noticias respecto de la situación de las mujeres en el país: su participación laboral se viene incrementando sostenidamente y hoy supera el 47% (cifra todavía insatisfactoria, pero que refleja un aumento de tres puntos en comparación con marzo de 2010), en tanto el 63% de los empleos creados el año pasado fueron para ellas. Además, ya desde el anterior Gobierno viene desarrollándose un esfuerzo importante de inversión en salas cunas, en la idea de facilitar la incorporación femenina al mundo del trabajo, y se han impulsado iniciativas emblemáticas, como la extensión del posnatal. Por lo mismo, más que iniciar un debate ocioso respecto de si las mujeres chilenas están hoy mejor o peor que hace un año, el ranking ahora conocido debiera servir para focalizar la atención en ciertos puntos que aparecen allí como críticos, cuales son la desigualdad salarial y la participación femenina en puestos de decisión política.



En un primer acercamiento al tema, es evidente que las mujeres enfrentan situaciones socioeconómicas más difíciles que los hombres. Ya la encuesta Casen mostró que sus niveles de pobreza son mayores, y que hay una fuerte relación entre esa condición y las jefaturas de hogar femeninas. Ello muestra la importancia del señalado incremento en la participación laboral como un primer paso hacia una mayor equidad entre los géneros. Y desde esa perspectiva, no cabe sino valorar los esfuerzos en marcha por remover obstáculos e intensificar dicha tendencia, como el subsidio al empleo de las mujeres pobres incorporado en el ingreso ético familiar o la anunciada reforma al financiamiento de las salas cunas.



Con todo, siendo fundamental una mayor participación laboral, ésta no necesariamente significa la reducción de las brechas salariales. De hecho, según la Superintendencia de Pensiones, ellas se han incrementado en Chile en 1,5% en el último año, producto de un efecto paradójico: hay más mujeres trabajando, pero las que se han incorporado al empleo están menos calificadas y por tanto acceden a sueldos más bajos que los hombres. El punto deja en evidencia que, más allá de iniciativas bien intencionadas pero de difícil implementación, como la «ley de igualdad salarial» de 2009, cabe avanzar en otra área: el perfeccionamiento del actual sistema de capacitación laboral, una reforma que beneficiaría a ambos géneros, pero donde —precisamente por partir desde una situación más desmedrada— las mujeres vulnerables tendrían mucho que ganar. Interesante resulta, además, la idea de promover de modo especial la incorporación femenina a aquellos sectores económicos más dinámicos y que hoy pagan las mejores remuneraciones. En este sentido, destaca el plan Mujer y Minería que impulsan el Gobierno y empresas privadas.



Respecto de la otra gran debilidad que presenta Chile en estas materias (la baja presencia femenina en puestos de decisión política), la situación también tiene algo de paradójica: habiendo sido el nuestro parte de la minoría de países que han tenido una Gobernante mujer, ello no dio pie a un fenómeno generalizado de participación política femenina. Se han entregado desde explicaciones culturales hasta de estructura del sistema para explicar el fenómeno, y cada tanto revive el antiguo debate sobre la conveniencia o no de una ley de cuotas, sin lograrse mayores avances en el tema. Frente a ello, tal vez resulte más productivo evaluar la construcción de acuerdos que, antes que establecer imposiciones, apunten a incentivar las candidaturas de mujeres no incumbentes, vía, por ejemplo, el financiamiento electoral.



Declaraciones Presidenciales relevantes:
El Presidente Sebastián Piñera, acompañado por el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y los Subsecretarios del Interior, Rodrigo Ubilla, y Prevención del Delito, Cristóbal Lira, sostuvo ayer en La Moneda una reunión de trabajo con el General Director de Carabineros, Gustavo González, y el Director General de la Policía de Investigaciones, Marcos Vásquez.



Después de la cita con los máximos directivos de ambas policías, el Presidente Piñera se dirigió al país, en lo que consideramos declaraciones relevantes que reproducimos in extenso a continuación:



“Muy buenas tardes:




Junto al Ministro del Interior y los Subsecretarios, hemos tenido una reunión de trabajo con el General Director de Carabineros, el Director General de la Policía de Investigaciones, y algunos miembros de su Alto Mando.



En primer lugar, quiero reiterar, a título personal y del Gobierno, nuestro más firme y profundo respaldo y apoyo a la labor que realizan los 45 mil carabineros y los más de 6 mil detectives que todos los días, con esfuerzo, e incluso poniendo en riesgo sus propias vidas, luchan y entregan lo mejor de sí mismos para poder darle a todos los ciudadanos y a todas las familias chilenas, una mayor seguridad y una mayor tranquilidad.



Este es un esfuerzo permanente y muchas veces incomprendido, pero que merece y requiere el respaldo y apoyo del Gobierno y de la ciudadanía.



Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones se han ganado, a lo largo de su historia, con su trabajo, su esfuerzo y compromiso, el respeto, la confianza y el aprecio de la inmensa mayoría de los ciudadanos chilenos.



En segundo lugar, quisiera también compartir con todos mis compatriotas los resultados que conocimos ayer. Ayer conocimos resultados en lo que se refiere a delitos de alta connotación social y esos resultados muestran que, si bien la delincuencia sigue siendo un enemigo formidable, estamos avanzando en la dirección correcta.



En los primeros 10 meses del año el número de delitos disminuyó en un 10% y en el último trimestre, en un 14%. Eso significa 48 mil delitos menos en los primeros 10 meses de este año y 24 mil delitos menos durante el tercer trimestre de este año.



Eso, sin duda, es una noticia buena, que sólo nos motiva a trabajar con mayor esfuerzo y dedicación para seguir avanzando en esa noble tarea de darle a nuestros ciudadanos y familias una vida con mayor tranquilidad y paz.



En tercer lugar, quiero también compartir con todos los chilenos, todas las acciones que hemos tomado y vamos a seguir tomando para poder avanzar en esta batalla. El aumento de la dotación de Carabineros, que va a llegar a 10 mil nuevos Carabineros, el aumento en la dotación de la Policía de Investigaciones, que va a llegar a mil nuevos Oficiales, en las calles, en las plazas, en los lugares públicos, protegiendo a nuestros conciudadanos; el sistema táctico de análisis del delito, que es un poderoso instrumento para luchar con más inteligencia y, en consecuencia, mayor eficacia contra la delincuencia y el narcotráfico; el proyecto Barrio en Paz, que ya no solamente se centra en la comuna, sino que se focaliza con mayor precisión en los barrios, tanto residenciales como comerciales; el esfuerzo que estamos haciendo en materia de alarmas comunitarias, para permitir que la ciudadanía tenga mejores instrumentos para protegerse del delito; el trabajo que estamos haciendo para llevar seguridad al transporte público, al Metro, al Transantiago y a los distintos sistemas de transporte público, son algunos de los mecanismos que estamos usando para hacer más eficaz esta lucha permanente contra la delincuencia y el narcotráfico.



Quiero sí, reiterar que la delincuencia y el narcotráfico son enemigos formidables, que actúan con inteligencia, que cuentan con vastos recursos y que no trepidan ante nada ni ante nadie, ni respetan a ninguna persona, con tal de conseguir sus nefastos objetivos.



Por tanto, esta es una  lucha difícil, una lucha que va a exigir el mayor esfuerzo para poder seguir avanzando en la dirección correcta.



También analizamos con los Altos Mandos de Carabineros y la Policía de Investigaciones, los hechos irregulares y eventualmente delictuales que en los últimos días han afectado a cuatro miembros de Carabineros y 10 miembros de la  Policía de Investigaciones.



En esta materia, nuestra conducta va a ser implacable. Vamos a separar de las instituciones a todas las personas sobre las que existan sospechas de conductas irregulares, vamos a hacer las investigaciones administrativas y entregar los antecedentes a la Justicia, para poder castigar como se merecen, con todo el rigor de la ley, a aquellos que traicionan su juramento de proteger a la ciudadanía e incurren en conductas delictuales.



En eso, la acción tanto del Gobierno como de Carabineros y la Policía de Investigaciones, ha sido clara, rápida y tajante, y así va a seguir siendo.



Pero al mismo tiempo, como Presidente de la República, no voy a permitir que un puñado de policías que traicionando su juramento, puedan haber cometido delito, afecten, o involucren o deterioren el legítimo y bien ganado prestigio de nuestras policías, Carabineros e Investigaciones de Chile.



En mis reuniones y recorridos por el mundo y por América Latina, siempre he sentido el aprecio y la admiración por nuestras policías. Es por eso que nuestras policías, Carabineros y la Policía de Investigaciones, son permanentemente demandadas para prestar asesorías, como la que le estamos prestando en este instante a la República hermana del Ecuador.



Por lo tanto, es muy importante que los ciudadanos tengan plena confianza en que, 4 ó 10 personas que actúan en forma deshonesta, no pueden comprometer el trabajo honesto, sacrificado y arriesgado que realizan permanentemente 45 mil policías y más de 6 mil detectives a lo largo y ancho de nuestro país.



Finalmente, reiterar que la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico no es solamente una tarea del Gobierno, del Ministerio del Interior, sino que compromete a muchas instituciones, a los Carabineros de Chile, a la Policía de Investigaciones, a los Fiscales, a los Jueces de Garantía, a los Tribunales de Justicia, a  Gendarmería, y también necesita y requiere el apoyo resuelto de la ciudadanía.



Cuando un eslabón de esa cadena no funciona bien, toda la cadena se debilita. Por eso, como Presidente de Chile, no voy a dudar en alzar mi voz y tomar todas las medidas que sean necesarias para que toda esa cadena funcione con la eficacia que se requiere.



Por eso, reitero nuestro compromiso de enviar durante las próximas semanas un Proyecto de Ley para perfeccionar nuestro Sistema Procesal Penal, y un Proyecto de Ley que también va a buscar perfeccionar la ley penal que se aplica a nuestros adolescentes, porque vemos que cada día son más los menores de 18 años que cometen delito y no podemos permanecer indiferentes frente a esa realidad, ni mucho menos garantizarles impunidad.



Por eso, en esta lucha contra la delincuencia y contra el narcotráfico, que encabeza y dirige el ministro del Interior y Seguridad de nuestro país, van a contar siempre con el compromiso total y absoluto de este Presidente.



De esa forma, con la colaboración de todas las instituciones involucradas, vamos a poder seguir avanzando para lograr que nuestros ciudadanos y nuestras familias puedan vivir la vida con mayor tranquilidad y seguridad, puedan disfrutar de nuestros parques y de nuestras plazas y puedan, en síntesis, vivir con mayor libertad y con mayor tranquilidad.



Muchas gracias”.


Un trio de cartas muy decidoras:



Señor Director:



Programa de TV.

La noche del pasado domingo tuve falta de sueño y pude ver entero el espacio "Tolerancia Cero", de Chilevisión. Siempre se me olvida que existe, y se me pasa. Y en otras ocasiones inicio su vista, pero involuntariamente me duermo muy luego.



Me explico esta reacción por la estructura o formato del espacio actual, muy diferente al que tuvo cuando comenzó a transmitirse. Entonces había puntos de encuentro entre los panelistas estables, siempre en buen tono, pero muy distintos en contenido. Contrapuntos que avivaban la conversación y atraían más que la rutinaria modalidad de las entrevistas colectivas actuales. Éstas se ven en todas partes dentro de nuestros canales, no así la contraposición ideológica, alma de un diálogo. Hoy no se entiende lo del título "Tolerancia Cero". ¿Qué se quiere decir?



El pasado domingo ocurrió el desideratum de la ausencia de interés. El comienzo fue manido, cargado de un déjà vu . Y lo que siguió fue digno de un formidable sketch  humorístico. Por un lado, los respetables panelistas buscando una explicación sobre la violencia actual en nuestro país, bien aterrizadamente; y por el otro, el invitado, un ilustre ciudadano académico, hablando desde la estratósfera del austríaco. El punto de conjunción no se produjo, ni lejanamente.



Andrés Rillón.



Nota de la Redacción:
Sin duda alguna el titulo del programa ‘’Tolerancia 0’’ no habla mayormente del programa que se emite en la actualidad, pero creemos que refleja fehacientemente la falta de tolerancia de los panelistas con las opiniones de los demás transformando lo que fue un programa de debate político en un panfleto publicitario de las posiciones izquierdistas de la mayoría de sus panelistas.



Nosotros hemos tratado de verlo después de la salida de Sergio Melnick, pero el tedio que nos produce ver una visión unilateral, sesgada y odiosa nos lleva sencillamente a cambiar el canal, oh, bendito control remoto, o simplemente nos quedamos dormidos por el tedio que produce escuchar a del Rio, Paulsen, y Bofill, siendo las únicas sorpresas las salidas del anarco chascón Villegas.



Señor Director:



Test de drogas.



En 1986, el Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan,  firmó la “Executive Order 12564”, que obligaba a todos los empleados del Gobierno Federal a realizarse un test de alcohol y drogas como parte del programa “Drug Free Work Place”. Por su parte, desde 1991 el Departamento de Transporte de EEUU exige que se realicen testeos de alcohol y drogas a todas las empresas públicas o privadas de industrias, como la aviación, marina, ferrocarriles, buses y camiones de transporte de pasajeros y de carga, etc.



El ejemplo de EEUU lo han seguido desde hace años Estados como Canadá, Inglaterra, Francia y países escandinavos. La pregunta que surge es cuánto nos demoraremos nosotros en seguir las mejores prácticas de esas naciones que dan el ejemplo.



La escasa normativa respecto del consumo de alcohol y drogas por parte de empleados públicos y privados hace que Chile, en esta materia, sea más gato que jaguar.



Patricio Labatut H.



Señor Director:



Fidel.



Fidel Castro dice: “No recuerdo siquiera qué es un dolor de cabeza”. ¡Caramba! Eso sí que es alzheimer severo.



Richard Rodríguez H.



Nuestra determinación para el domingo:
AUNQUE EL VOTO ES SECRETO NO TENEMOS PROBLEMAS PARA MANIFESTAR QUE VOTAMOS EN PROVIDENCIA Y QUE LO HAREMOS POR EL ACTUAL ALCALDE, CRISTIÁN LABBÉ, AL QUE CONSIDERAMOS UN HOMBRE ÍNTEGRO, LEAL, TRABAJADOR, QUE SE HA PREOCUPADO DE LOS PROBLEMAS CIUDADANOS Y DE LA TERCERA EDAD, DE LOS DEPORTES, LA EDUCACIÓN, LA SALUD Y DE LA CULTURA,   REALIZANDO UNA ADMINISTRACIÓN ABSOLUTAMENTE PROGRESISTA Y COMPETENTE.

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