viernes, 3 de febrero de 2012

Notas para meditar....

Visite la página de SENDA, allí encontrará este
medidor de alcohol, que le ayudará a saber cómo
le afecta y a evitar fuertes sanciones.



¿Qué te pasó, Claudio?,
por Gonzalo Müller.

Un buen alcalde que quiere ser candidato presidencial y un partido que no comparte su anhelo, es el resumen de otra novela de este verano tan activo en lo político.

No es fácil argumentar audacia en la decisión de Claudio Orrego -en esto, Marco Enríquez-Ominami y su campaña de 2009 le dejaron la vara alta-, pero sí valentía, ya que su trascendida intención de postular a Presidente tiene elementos suficientes de credibilidad y capacidad para pensar en la seriedad y convicción que mueven su decisión.

Pero Claudio Orrego no había terminado de declarar su intención de postular a representar a la Democracia Cristiana, cuando desde su propio partido se argumentaba que se le necesitaba, por tercera vez, de alcalde en Peñalolén, y que la plantilla municipal de la colectividad se debilitaría en demasía sin su presencia. En resumen, el mensaje fue que no lo ven de candidato presidencial, pero sí de alcalde.

¿Qué paso en realidad? Es una pregunta válida y necesaria, si pensamos que en ningún partido, menos en la DC, abundan los buenos candidatos. En ese análisis, nos aparecen al menos dos vallas o intereses que se oponen a la postulación de Claudio Orrego. Primero, en la actual directiva de la DC, presidida por Ignacio Walker, la participación de Orrego fue fundamental en conseguir el apoyo territorial de los alcaldes para formar la mayoría que llevó a los «príncipes» al poder interno. Sin embargo, desde el inicio la complicidad entre ambos no fue tan entusiasta, ya que legítimamente el propio Walker veía en un buen desempeño del falangismo a nivel municipal una plataforma suficiente para competir como candidato presidencial. Desde esa perspectiva, es difícil que quien espera la oportunidad para sí vea sino como una incómoda competencia la postulación de su socio.

Segundo escollo, y quizás el más decisivo, son muchos los que en la DC ya tienen candidata presidencial, y sólo miran el reloj esperando se pasen rápido los días. Son los que apuestan a que el acuerdo con el Partido Socialista asegure la continuidad del partido más allá de todo riesgo electoral, garantizando diputaciones y senaturías a cambio de plegarse rápidamente a la opción Bachelet. Ello pasa por evitar a toda costa lo único que puede poner en duda el regreso de la candidata: un ambiente de desorden y alta conflictividad al interior de la Concertación. Así se entiende que no hayan sido entusiastas oyentes del inicio de un camino propio en la apenas declarada candidatura del edil de Peñalolén, salvo que en este caso podrían decirle «no es nada personal».

Es imposible suponer que una tan largamente meditada candidatura como la de Claudio Orrego no haya tomado en consideración las dificultades ya mencionadas, y no tenga resuelto que la única viabilidad de superar estas vallas pasa por primero insistir y anticipar los tiempos. Con ello deja a Ignacio Walker fuera de combate, por sus responsabilidades en la propia DC, lo que lo limita fuertemente: él y no Orrego es quien está verdaderamente atado a la elección municipal. Y quizás la más importante lección, su candidatura sólo será viable en la medida en que se atreva a desafiar a los partidos, partiendo por el propio, y esté dispuesto a sobreponerse a sus intereses y estructuras de poder. El apoyo que necesita sólo lo puede encontrar en la gente, sintonizando con las demandas de renovación y con las fuerzas de cambio, pero esto último sí requiere audacia; ser capaz de sorprender es el déficit de un candidato sobre el cual nadie duda de sus capacidades personales.

El liderazgo necesario y convocante que una empresa de esta envergadura requiere pasa en gran medida por atreverse y apostar fuerte por un cambio al statu quo. Si no, el orden natural ya le tiene un lugar, más allá de sus buenas intenciones. El mensaje fue claro: lo necesitan pero no en La Moneda, sino en Peñalolén.

El juego de los totalitarios,
por Máximo Pavez.

Alguna vez, un amigo me contó la siguiente historia: en una casa se reunió un grupo de ciudadanos de diversas posiciones ideológicas para jugar a las cartas. La mayoría eran demócratas, pero había además algunos representantes de ideologías totalitarias. Antes de comenzar, los demócratas dudaron sobre si aceptar o no a los totalitarios. Luego de mucho divagar, uno de los demócratas señaló que era insostenible no dejarlos jugar, pues tenían el deber de darle cabida en el juego democrático a todo aquel que quisiera sumarse.

El demócrata dueño de casa comenzó repartiendo las cartas y se fueron turnando uno a uno, hasta que le tocó a uno de los totalitarios. Este, al terminar su juego, no entregó el mazo y señaló: "Ustedes son demócratas y han sido consecuentes con su posición. Yo soy totalitario y también soy consecuente: desde ahora, yo reparto las cartas y decido cuáles corresponden a cada uno". Los demócratas se miraron perplejos; nadie supo qué decir y optaron por irse a jugar a otro lugar de la casa. Hasta ahí llegaron nuevamente los totalitarios, exigiéndoles a los demócratas ser consecuentes y dejarlos jugar. La historia se fue repitiendo en toda la casa. El cuento termina con la siguiente reflexión: una minoría fiel a sus principios no sólo ganó todos los juegos, sino que además se quedó con la casa.

¿Será esta historia un cuento fantástico y absurdo? Veamos. Durante los últimos meses en Chile un determinado sector político ha protagonizado movilizaciones violentas con destrozos a la propiedad, además de maltrato de obra a la fuerza pública; funas con violencia verbal y física a personas que homenajeaban a un senador asesinado; protestas violentas frente a decisiones o expresiones de alcaldes referidas al conflicto estudiantil; expresión de condolencias frente a la muerte de Kim Jon Il; protestas destempladas en prensa y redes sociales por el uso de la expresión "régimen militar" en vez de "dictadura"; recibimiento y apoyo a uno de los condenados a extrañamiento por la muerte de un militar, y, finalmente, silencio elocuente ante la muerte de un disidente cubano por oponerse a la dictadura castrista.

¿Qué tiene que ver el cuento con estos hechos? Que hay un sector político que, siendo fiel a sus orígenes y tradición, considera legítimo el uso de la fuerza contra sus adversarios cada vez que sus intereses están en juego. Son los mismos que se sienten "agredidos" cuando, dentro de las reglas del juego democrático, sus adversarios hacen algo que no les gusta: aplicar las leyes, expresar ideas, homenajear personas, imponer el orden público y un largo etc.

Me parece que los dichos de Camila Vallejo sobre que el PC "nunca ha descartado la posibilidad de la vía armada, siempre y cuando estén las condiciones" no sólo representan una amenaza totalitaria hacia el futuro, sino que son la expresión de la izquierda fascista en el presente.

Aniversario de la guerra de las Malvinas-Falkland,
por Hernán Felipe Errázuriz

No hay acuerdo ni siquiera en el nombre de las islas, ni sobre su soberanía. Los argentinos las llaman Malvinas por los franceses y las consideran propias; también los británicos, y las llaman Falkland. Naciones Unidas optó por designarlas Malvinas-Falkland. Los chilenos las llamamos Malvinas. LAN anuncia sus vuelos a las islas como Mount Pleasant. Tiene razón la línea aérea en no meterse en el incordio. La Presidenta Fernández amenazó con terminar esos vuelos. La medida contradice a sus predecesores y a su cónyuge. Ellos abogaban por mantener la vinculación física de la isla y permitir a sus ciudadanos honrar a sus deudos allí enterrados.

Tampoco hay coincidencia sobre la nacionalidad de los descubridores y antiguos poseedores de esas tierras. Se menciona a holandeses, franceses, ingleses y españoles. Ocupadas por breve tiempo por argentinos, demandan que les pertenecen por sucesión natural bajo el uti possidetis. A veces fueron abandonadas y consideradas res nullius. Cualquier país podría haberlas adquirido. Los británicos alegan tener sólidos títulos de dominio y consideran la reclamación argentina manifestación de colonialismo, que contraviene el derecho internacional y el principio de autodeterminación de los pueblos. Así también lo sostienen la Unión Europea y el Caricom. Los habitantes de las islas, los kelpers, tienen derechos y se oponen a que esos territorios sean transferidos a Argentina.

La disputa sobre las islas cobra vigor por el próximo trigésimo aniversario de la guerra y por los descubrimientos de petróleo. Galtieri y sus generales anticiparon que, luego de recuperar las Malvinas, se harían cargo de la Patagonia chilena. El delirio de los generales provocó la muerte de cerca de un millar de militares argentinos y británicos. El 2 de abril las invadieron y el 14 de junio los británicos las recuperaron. Esa fecha será celebrada por los británicos, y tres días después por los argentinos: el 17 se desplomó el gobierno de Galtieri y se inició la transición a la democracia argentina.

Chile ha solidarizado con la reclamación de Argentina, hasta en los momentos más tensos, con abstracción de sus apoyos a Perú y a Bolivia y a su incumplimiento del fallo del Beagle. Las relaciones con Argentina son nuestra primera prioridad internacional; los británicos, a quienes consideramos amigos, deberían comprender. Pero no debemos contribuir al escalamiento, ni dejarnos arrastrar en los excesos de nuestros vecinos. Así como no los apoyamos en sus aventuras bélicas en 1982, tampoco deberíamos sumarnos a sus medidas de aislamiento de las Malvinas: son contrarias al derecho internacional y a las libertades de navegación aérea y marítima y de comercio, a políticas de estado a favor del interés nacional y que están reconocidas en tratados vinculantes con Argentina. Nuestra mayor contribución a resolver este contencioso es favorecer la negociación entre ambas partes.

Llegando a la gente,
por Joaquín Fermandois.

Se ha discutido con abundancia acerca de la debilidad política del Gobierno. Habría que añadir a la Alianza, si no fuera porque la Concertación no está mejor, y la seguidilla de cambios en el gabinete al final le han dado al Ejecutivo una voz con más estrategia, aunque ahora expresada por los ministros. Es lo que recogió el artículo del Financial Times, no sin un dejo de arrogancia, y sin olvidar que a la prensa europea conservadora le encanta "con sin razón" distanciarse de las derechas latinoamericanas.

Sin embargo, el artículo de marras puso el dedo en la llaga. A pocos cabe duda de que aun administrando bien el país, el gobierno actual ha carecido de un lenguaje político, de un mensaje estratégico que le confiera un liderato en torno a lo que se quiere de Chile. La debilidad en el mensaje político se notaba antes del conflicto del 2011 y, en realidad, mal que mal este último obligó a La Moneda a sacar ases bajo la manga en maniobras que por un momento parecían desesperadas, logrando un respiro. También, a pesar de ser la chilena la derecha latinoamericana más consistente a lo largo de su historia, existe una debilidad en su cultura política que se trasluce en esta circunstancia en que habiendo accedido al poder en democracia, explota una crisis que quizás no es más que una manifestación de la normalidad de la vida republicana.

Con todo, es en la persona del Presidente donde comúnmente se ubica el origen de esta fragilidad semántica (de paso, hay que decir que se produciría el mismo problema con un Primer Ministro, ya que algunos acarician el sueño parlamentarista). Se debiera sacar a luz las fortalezas del Presidente, ya que para las debilidades hay suficientes altoparlantes. Sebastián Piñera es brillante sometido a cuestionamiento incansable y exigente ante grupos pequeños, de 20, 50 o 100 concurrentes. Me ha tocado presenciarlo en algunas pocas ocasiones (eso sí, debe cuidarse de los chistes) y sabe comunicar un sentido; el oyente sale con una sensación de haber digerido una voluntad política y una estrategia, además de razonamientos contundentes sobre cada uno de los temas con el carácter reluciente de un gran gestor, que lo es.

Cuando la comunicación presidencial se ha convertido en un problema, habría que aprovechar un activo de este tipo, una especie de conferencia de prensa ampliada. Podría, por ejemplo, escogerse a pequeños grupos como aquellos -algo así como "focus groups" ampliados"-, alimentados con preguntas exigentes de partidarios y críticos. Deberían ser instancias relativamente cortas, nada que ver con los interminables "Aló Presidente" de Hugo Chávez. Más bien, tendrían similitud con las "fireside chats" (conversaciones por radio a la hora en que la familia escuchaba en los hogares la radio en torno a la chimenea), de Franklin Roosevelt, de hace más de setenta años, quien fue el primero en usar los medios para saltarse vallas y alcanzar a la gente común y corriente. Se evitarían los fastidios de otra época, como la "cadena nacional obligatoria", de la que fue víctima el mismo Frei Montalva entre 1964 y 1967 (¿recuerdan, después de almuerzo?), y sería un intento de superar la valla que busca el político moderno de cómo llegar a la gente.

La idea que vaya a emerger debe ser muy sencilla, como todo lo profundo. Chile en las últimas décadas ha seguido sistemáticamente el camino de las sociedades abiertas que han sido la vanguardia de la civilización moderna. La experiencia de los últimos cien años de nuestra historia nos debe hacer conscientes de que jamás se había dado un momento donde, más allá de una medianía quejumbrosa, se han avizorado tantas posibilidades prometedoras como en el Chile actual.

Una carta para meditar:

Señor Director:

Desempleo y oposición.

A pesar del extraordinario logro del gobierno del Presidente Piñera en materia de reducción del desempleo, circunstancia claramente notoria en prácticamente todo el país, hasta el día de hoy ningún dirigente político de la oposición ha tenido la hidalguía de reconocer públicamente el éxito de las autoridades económicas en esta materia.

Sergio Reiss Greenwood

Tolerancia 0:
Alcohol y conducción.
Quien maneja bajo la influencia del alcohol, o en estado de embriaguez, no solo arriesga si vida, se transforma en un asesino en potencia por la evidente disminución de los reflejos y una completamente distorsionada apreciación de las distancias, es falso que alguien maneje mejor y con más cuidado con unos tragos en el cuerpo.

Hoy más que nunca es recomendable que ante cualesquier cantidad de ingesta de bebidas espirituosas tengamos la responsabilidad de no manejar, sea entregando la conducción del móvil a una persona que no haya consumido alcohol o simplemente tomar un vehículo de alquiler para retornar a su hogar.

Estamos totalmente de acuerdo con las modificaciones a la Ley del Tránsito, que entran en vigencia en marzo, que endurecen las sanciones a quienes conduzcan bebidos, las que inclusive llegarán a la suspensión definitiva de la licencia de conducir, la que rebaja la cantidad permitida de alcohol en la sangre a 0,3 gramos por litro.

Que implica la rebaja de los guarismos permitidos de alcohol en la sangre, que con una copa de vino o un poco más de una cerveza se considerará que conduce bajo los efectos del alcohol, lo que alcance o supere el umbral de los 0,5 gramos por litro simplemente será considerado como conducción en estado de ebriedad.

Para conocer los efectos de una cantidad de consumo de bebidas alcohólicas en cada persona, porque depende del peso, edad y estatura, recomendamos entrar a la página de SENDA, en la que encontrará una calculadora personalizada que simula en la persona descrita el estado en que queda ingiriendo una cantidad de licores.

Posted by Picasa

BUSQUEDA EN ALGUNOS BLOG

Google
 

Visitantes....

Snap Shots

Get Free Shots from Snap.com

New acount

Nuevo Contador de visitas.