martes, 16 de octubre de 2012

Temáticas nacionales e internacionales...


Los restos de   Piero Hernández, nuevo
mártir de la PDI  son velados en la
Escuela de Investigaciones, anoche se
realizó un responso en que participó su
familia  altos mandos de la institución
y el Ministro Rodrigo Hinzpeter.

Un saldo de 16 detenidos y seis
Carabineros heridos deja marcha
en pro de la causa mapuche,
encapuchados anarquistas
destruyeron y saquearon todo a su
paso por el centro de Santiago.

Vargas Llosa pide defender al español,
la lengua "más pujante" tras el inglés,
sosteniendo el escritor que  ‘’Es un
patrimonio que debemos defender y
promover porque nos enriquece a todos’’.

Bolivia destruyó a mano más de 8
mil hectáreas de coca entre enero
y octubre, periodo en que incautó
28 toneladas de pasta y 3,8 de
clorhidrato de cocaína, 389
toneladas de marihuana,

El Subsecretario General de la ONU
dijo que la crisis siria crea un ‘’terreno
fértil’’ para que se cometan ‘’todo
tipo de acciones terroristas", desde
violaciones de derechos humanos y
detenciones arbitrarias hasta torturas
y ejecuciones arbitrarias.


Jefe de las FARC confirma voluntad de
paz de la guerrilla, ‘’Timoleón Jiménez’
’ dijo que ‘’la mesa en aras de la
reconciliación de los colombianos es
una realidad’’.





Hacia un nuevo trato para nuestros pueblos originarios, por Sebastián Piñera, Presidente de la República.


La globalización ha significado un verdadero renacimiento de las identidades locales y de los pueblos originarios en muchos países del mundo, incluido Chile. Actualmente, más de un millón 300 mil compatriotas se identifican con las comunidades aimara, atacameña, quechua, diaguita, colla, rapa nui, mapuche, alacalufe o yagán, entre otras, cuyos ancestros habitaban estas tierras desde mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles. Esto, lejos de significar un problema, representa un motivo de orgullo y una fuente inagotable de riqueza étnica y cultural, que los países sabios debemos saber reconocer, valorar y proteger en toda su dimensión y profundidad.



Pese a ello, transcurridos casi tres siglos de coloniaje español y dos desde el nacimiento de nuestra República, es justo reconocer que seguimos manteniendo una deuda histórica con nuestros pueblos originarios, cuyas oportunidades de progreso material y espiritual no han estado a la altura de sus necesidades ni de las capacidades de nuestro país. En efecto, se trata de un grupo muy significativo de habitantes que viven mayoritariamente en condiciones precarias, con índices de desempleo y pobreza por sobre la media nacional, y con niveles de salarios, escolaridad, alfabetismo y oportunidades inferiores a los del resto de la población.



Por estas razones, tan pronto asumimos el Gobierno de Chile, nos propusimos pasar de los diagnósticos a la acción y avanzar decididamente hacia un nuevo trato para nuestros pueblos originarios. Este nuevo trato está fundado sobre cuatro pilares, tal como la tierra, el agua, el aire y el fuego representan los cuatro cimientos sobre los que descansa el acervo cultural indígena.



El primer pilar es facilitar y promover el reencuentro con nuestros pueblos originarios, pasando de una cultura de la negación y la indiferencia a otra de pleno reconocimiento y compromiso. Para ello, estamos impulsando una reforma Constitucional que asuma a Chile como lo que es: una nación multicultural, en que dentro de un mismo territorio y bajo la jurisdicción y soberanía de un mismo Estado, coexisten diversas identidades étnicas, todas ellas con el derecho a expresarse y participar de la vida en común y con el deber de reconocerse y respetarse mutuamente. Este reconocimiento Constitucional, unido al Convenio 169 de la OIT, les permitirá participar y contribuir más activamente en la sociedad y organizarse conforme a sus propias visiones, costumbres y valores.



Lo segundo es dejar atrás la estrategia de asimilación y sustituirla por una de verdadera integración, que, en esencia, significa no sólo tolerar, sino valorar y promover la cultura, historia, cosmovisión, lenguas y formas de vida de nuestros pueblos originarios. Para ello, además de promulgar una ley que prohíbe y sanciona toda forma de discriminación arbitraria, pusimos en marcha programas de educación bilingüe en más de 300 establecimientos de alta concentración indígena; fundamos cinco liceos de excelencia en Purén, Villarrica, Loncoche, Temuco y Angol, a los cuales sumaremos un sexto en Ercilla; incorporamos su medicina tradicional a los programas de salud; dictamos un instructivo para que sus lonkos y autoridades reciban la debida consideración en todas las ceremonias oficiales, y hemos avanzado mucho en la definición de criterios de autoidentificación y reconocimiento de sus costumbres como fuentes de derecho.



El tercer pilar es promover un desarrollo mucho más dinámico, tanto en el plano económico como social. Esto nos ha exigido reemplazar la aproximación puramente asistencialista que tradicionalmente ha existido hacia ellos, por otra mucho más participativa, que los estimule a confiar y desarrollar más sus propias capacidades y talentos. A través de los planes Arauco y Araucanía, hemos incrementado en un 50% los fondos públicos regionales de inversión, con énfasis en vivienda, salud, educación e infraestructura deportiva, vial, sanitaria, productiva e interurbana; perfeccionamos y extendimos las políticas de entrega de tierra para evitar abusos y promover su desarrollo productivo; fortalecimos los programas de apoyo al emprendimiento; triplicamos el número de beneficiarios indígenas de Indap y llegamos con banda ancha e internet a prácticamente todas sus comunidades. Todo ello nos ha permitido, en sólo dos años, dar un fuerte impulso a las exportaciones y el crecimiento económico regional y reducir en forma significativa los índices de pobreza y desempleo, gracias a la creación de 16 mil nuevas empresas y más de 35 mil nuevos puestos de trabajo.



El cuarto y último pilar es asegurar la paz, la seguridad, el orden público y la plena vigencia del Estado de Derecho en las zonas indígenas, pues esto es, sin duda, la primera y mayor responsabilidad de un Gobierno. No vamos a permitir que la violencia e intolerancia de unos pocos frustren ni posterguen el desarrollo que nuestros pueblos originarios y regiones del sur tanto han esperado, necesitan y merecen. Por lo mismo, seremos implacables con quienes cometan delitos contra la vida o la propiedad ajena, pero seguiremos adelante en nuestra política de diálogo respetuoso, abierto y fecundo con las más de 2.800 comunidades indígenas de todo el país, que están integradas mayoritariamente por hombres y mujeres de honor y esfuerzo, amantes de la paz y profundamente orgullosos de ser chilenos.



Nuestros pueblos originarios forman parte esencial de la historia de Chile. Llegó el tiempo de hacerlos también protagonistas de su destino. Si el pasado ha dividido a los hijos de esta tierra, sólo el futuro nos puede reunir. Por eso, termino estas palabras invitando a todos mis compatriotas, a los herederos de Caupolicán y Lautaro, de O'Higgins y Carrera, a dejar atrás siglos de desencuentros, abrazar unidos el futuro y construir juntos esa patria libre, próspera, respetuosa, justa y fraterna que siempre hemos soñado.



Modernizar el Estado para comprar bien
por Axel Buchheister.


Políticamente complicado se ha visto el Gobierno con el caso de las adquisiciones de densímetros y fibroscopios para el Plan Frontera Norte. Razones hay varias: sucede en el área de seguridad ciudadana, en la cual se suponía que un Gobierno de centroderecha haría la diferencia y no ha sucedido; entrega más munición a los que cuestionaron el poco elegante reclutamiento del “Fiscal Peña” y amenaza con convertirse en un caso de corrupción que se siga extendiendo.



Las responsabilidades administrativas, las penales -de haberlas- y políticas tienen que determinarse y hacerse efectivas. Pero si se revisa la situación sin pasión partidista, se verá que no es un suceso que específicamente afecte a este Gobierno, sino que también al anterior y a órganos independientes, como al Ministerio Público, que realizó por compra directa un costoso sistema de interceptación telefónica al mismo proveedor, que -como coletazo- quedó bajo la lupa. Lo que hay es un problema generalizado con las adquisiciones del Estado, en las cuales anualmente están involucrados recursos monumentales. Y si no hay corrupción, cuando menos un ejercicio de las funciones totalmente amateur.



Si se revisan los precios, las variaciones son enormes. Los valores para un densímetro entre 2007 y 2012 oscilaron entre $ 9,1 millones y $ 25,6 millones. ¿Eran lo mismo o tenían capacidades diversas? No se sabe. Pero otro dato: en 2010 se compró uno en $ 22,2 millones y los siguientes, en 2012, fueron 52 por $ 19,7 millones la unidad, un 11% menos. Pareciera que el incremento del volumen habría justificado una rebaja más sustancial en el precio. Buena parte de la explicación estaría en la forma que se convocan las propuestas, a las que se presenta un único proveedor o sólo queda uno, pues los demás suelen quedar fuera de bases. Es muy habitual que al final no quede otro proveedor para competir. Entonces, la explicación es que no hubo otra opción que aceptar la única oferta.



También tiene que ver la forma inorgánica en que se hacen las compras: algunos densímetros los compraron, aunque en distintas épocas, las policías, otros los Gobiernos regionales (Intendencia o Gobernación) y ahora el Ministerio del Interior. Entonces no hay continuidad, no se evalúa la necesidad global y se pierde la experiencia; y cunden las asesorías.



Casos hay muchos. Por ejemplo, un helicóptero polaco que compró Conaf para combatir incendios forestales, operación que fue muy cuestionada. Tanto, que a poco andar se pensó que mejor era venderlo y ni eso se ha podido lograr. Cuando llegó no podía volar, porque aparentemente nadie pensó que había que incluir en la operación el entrenamiento de tripulaciones. Ahora está sin seguro, por problemas con su licitación.



Hay una preocupante frecuencia con que se escucha de equipos adquiridos que quedan sin uso, porque no encajaron con el sistema que operarían o no cumplen las regulaciones para ello. E imagínese la cantidad de casos de los cuales nada se sabe.



Todo ello es una sangría enorme de recursos públicos y base de ineficiencias a todo nivel. Está bien que se aclaren responsabilidades, pero básico sería sacar una lección no partidista: la gran reforma pendiente es la modernización del Estado.



"La capucha es el rostro del pueblo"
por Alfredo Jocelyn-Holt.


La consigna que me sirve de título corresponde a un rayado callejero afuera de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile que quedara tras el paso de una de las tantas marchas estudiantiles a que se nos tiene acostumbrados. Seguramente proviene de la misma mano detrás de otros excesos verbales -“Somos la Jungla”, “Caos Sosial” (sic)- y de un sinnúmero de actos violentos por todos conocidos.



El que estos rayados anónimos se sitúen fuera del campus Beauchef podría hacernos pensar -seamos generosos- que quienes llaman a estas manifestaciones están exentos de responsabilidad. Así y todo, ¿también debemos librar de responsabilidad a la comunidad académica que acepta que se exhiban murales y “animitas”, de dudoso valor estético e ideológico, que ensalzan a estos “encapuchados” y a la vía armada (v. gr. una mujer-metralleta y un “con amor y rabia los recordaremos”) en el patio central de otro de los campus de la misma universidad? Aludo a la Facultad de Filosofía y Humanidades, en el campus Juan Gómez Millas.



Es que, más grave aún, en esta facultad, la semana pasada, un profesor fue brutalmente agredido por encapuchados. Sufrió un intencional botellazo con pintura, quebrándole la nariz y comprometiendo un ojo. Amenazaron con matarlo y, no menos desafiantes, vociferaron que incendiarían la facultad. Auto y acompañantes rumbo a la clínica fueron también atacados.



Consternación y condenas no han faltado. Ello no obstante, algunos académicos culpan a Carabineros, apostados afuera del recinto, por no interceder. Académicos que, seguro, serían los primeros en repudiar cualquier atropello de la supuesta “autonomía” territorial. Por su parte, grupos anarquistas en sus blogs han tildado al profesor de colaboracionista porque habría tratado de impedir a los “capuchas”, de ahí que “no se la sacara barata”; “quienes quieren actuar como policías han de ser tratados como tales… ya sabemos qué hacer con esos hombrecillos”, proclama el blog.



Encapuchados, barricadas, vandalismo, quema de buses y enfrentamientos periódicos con Carabineros no son ninguna novedad en Gómez Millas. Se ha asaltado depósitos de libros para luego quemarlos. Autoridades han sido amenazadas de muerte. Profesores que objetan estas prácticas han sido “funados” por redes sociales; a otros se les insulta en la cara. Tengo entendido (o si no corríjanme) que ningún alumno ha sido sumariado y expulsado por estos actos. Al contrario, autoridades suelen negar la participación de universitarios, lo cual contradice lo que otros académicos (ninguno reaccionario) afirman en privado. Y, bueno, sí, están también las “animitas” y un ubicuo espantapájaros encapuchado (ángel guardián) que recién mencionábamos.



Unos “memoriales” cuyo sustento ideológico hemos de entender como ¿exógeno, extraacadémico?; o más torcido el argumento, ¿puramente “académico”? ¿Nadie de “adentro” permite, fomenta, celebra, este clima y sesgo ultrista? ¿Nadie alberga la esperanza y convicción de que la Universidad de Chile puede, debe, convertirse, gracias a esta coyuntura convulsionada en la que estamos, en una institución puramente “popular”, y este campus en su vanguardia más de punta? La celebración del “capucha” comprometido, hasta ayer, seguía donde mismo.



Chile en la cima de la Región.


Las nuevas cifras de ingreso per cápita difundidas por el Fondo Monetario Internacional sitúan a Chile a la cabeza de América Latina. Este año, según la estimación, tenemos un PIB per cápita de 18.354 dólares, superando a Argentina como la nación más rica de la Región. Es motivo de sano orgullo y obra de más de tres décadas de esfuerzos de ahorro, inversión, trabajo y productividad de todos los chilenos, alentados por un modelo económico que ha probado su eficacia. A comienzos de la década de 1980 nos superaban en PIB per cápita no sólo Argentina, sino también Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay. A todos les hemos dado alcance, y bien podemos ser la primera economía latinoamericana en cruzar el umbral del desarrollo.



Aunque son perfectamente válidas las comparaciones para un mismo año de los niveles de producto per cápita de los diferentes países, conviene advertir que las cifras del FMI dan una idea exagerada de la tasa de crecimiento a lo largo del tiempo. El problema es que ellas se presentan en dólares de cada año, sin corregir por la inflación de esa moneda. Así, nuestro ingreso aparece casi duplicándose desde el año 2000, cuando el incremento real en dicho período, esto es, medido en moneda de poder adquisitivo constante, alcanza a poco menos de 50%, según las cifras del Banco Central. Esto representa un aumento anual de 3,3% -respetable, pero no sobresaliente.



El FMI también publica sus proyecciones de la evolución comparada del PIB de los distintos países durante los próximos cinco años. Pronostica que Chile superaría los 20 mil dólares per cápita en 2014 y alcanzaría a casi 24 mil en 2017. Parecería, pues, que la promesa del Presidente Piñera de llevar a Chile a un ingreso semejante al de Portugal de entonces -que era de alrededor de 22 mil dólares- antes del fin de esta década estaría en vías de cumplirse. Pero, nuevamente, al no corregir por inflación, parte del crecimiento previsto es mera ilusión monetaria. En efecto, el incremento del ingreso real per cápita que el FMI vaticina para Chile es de 3% al año, muy inferior al necesario para cumplir la meta oficial.



Las cuentas alegres a que puede llevar una lectura errada de las cifras del FMI no son inofensivas. Con razón, a los dirigentes políticos, sociales y religiosos -que palpan día a día las estrecheces que viven demasiados hogares chilenos- los alardes de prosperidad les suenan chocantes. Desconociendo las limitaciones de las estadísticas comentadas, imaginan que los recursos están a la mano y que sólo falta la voluntad para distribuirlos mejor. Pero en el concierto internacional Chile sigue siendo un país de la clase media, con altas aspiraciones y expectativas, pero al que le faltan aún años de sacrificios y de esfuerzos para alcanzar la cumbre.



Fracaso en investigación del caso bombas e inseguridad ciudadana.


En fallo unánime, la sexta sala de la Corte Suprema desestimó los recursos de nulidad presentados por la Fiscalía Sur y el Ministerio del Interior, mediante los cuales se recurría en contra del fallo del Tribunal oral que absolvió del delito de colocación de bombas y financiamiento a un grupo de anarquistas que fueron imputados por el organismo persecutor. De esta manera se puso fin al llamado caso bombas, que al terminar sin culpables tras seis años de investigación constituye un inexcusable fracaso que involucra a la Fiscalía, por tener ésta la responsabilidad de dirigir la investigación, las respectivas policías y el Ministerio del Interior, encargado de velar por la seguridad ciudadana y parte en el caso. También corresponderá evaluar el criterio con que los Tribunales ponderan las pruebas y el rol que le corresponde desempeñar en el combate al delito.



La gravedad de lo ocurrido obliga a revisar este caso en sus distintas dimensiones y es indispensable que se busque corregir cuanto antes las deficiencias que han llevado a este fracaso, pues la seguridad de la ciudadanía es la que está en riesgo. No puede olvidarse que desde 2006 a la fecha se han registrado más de 140 atentados con explosivos en la Región Metropolitana, que han afectado a distintas entidades, entre las que se cuentan sucursales bancarias, medios de comunicación y embajadas. Sin que estos hechos sean debidamente investigados y sancionados se encierra el riesgo de que se extiendan con total impunidad, generando no sólo un evidente cuadro de desprotección a la ciudadanía, sino también dañando la imagen internacional del país. El Departamento de Estado de EEUU advirtió recientemente acerca de lo que podrían ser indicios de cierto “terrorismo doméstico” en el país, antecedente que no debería ser ignorado.



El hecho de que la Corte Suprema haya señalado que las pruebas presentadas por la Fiscalía a lo largo del proceso judicial resultaron “insuficientes” para formar la convicción de condena, sugiere que el órgano persecutor enfrenta problemas para cumplir adecuadamente con su tarea de dirigir la investigación. Fue motivo de gran revuelo cuando en octubre del año pasado el tribunal de garantía excluyó más de 4.000 pruebas presentadas por la fiscalía en este caso, decisión que luego fue confirmada por tribunales superiores.



Es imprescindible que la entidad revise sus métodos en la recopilación de pruebas, pues de ello depende en gran medida que un juicio llegue a buen término. Allí también cabe analizar si fue acertada la decisión del fiscal nacional de cambiar el Fiscal a cargo del caso, a mediados de 2010, determinación en parte motivada por reclamos desde el Ministerio del Interior por la falta de resultados concretos a la fecha. Cabe en ello un especial cuidado para no acelerar artificialmente una investigación ni ceder a protagonismos personales o urgencias dictadas por criterios ajenos a lo judicial. Se trata, entonces, de un episodio aleccionador, que debe ser tomado en cuenta respecto de otros casos que se tramitan en los tribunales y que también están relacionados con atentados explosivos.



 Es importante que quienes han sido autores del conjunto de errores que se acumularon para que se produjera finalmente este desenlace asuman su cuota de responsabilidad de manera efectiva tras haber defraudado fuertemente a la ciudadanía.



Un duro como posible sucesor de Chávez.


Con seis años más de Gobierno asegurados, Hugo Chávez quiso reforzar la continuidad de su modelo político-económico al designar al Canciller Nicolás Maduro como nuevo Vicepresidente de Venezuela. Así, pone en la primera línea de sucesión a un hombre probadamente leal a su persona y al "socialismo bolivariano" en caso de que su enfermedad lo obligue a alejarse temporal o definitivamente del poder.



En la semana que siguió a su triunfo electoral, Chávez envió dos mensajes relevantes y contradictorios. El primero reconoce el peso político de la oposición -que obtuvo el 44% de los votos- y afirma que mantendrá una línea de diálogo con sus dirigentes. El segundo anuncia que profundizará los cambios para hacer que el socialismo sea irreversible en Venezuela. Las conversaciones con los opositores debieran ser, precisamente, sobre las diferentes maneras de enfrentar el futuro, las reformas y la economía, pero si el Gobierno es inflexible en su proyecto, difícilmente el diálogo será fructífero.



Maduro parece la persona adecuada para que el Presidente venezolano le encargue ambas tareas. El ex Canciller tiene fama de pragmático, buen negociador y con habilidades políticas, al mismo tiempo que es un izquierdista duro, formado en el sindicalismo de base, que apoyó a Chávez desde antes del fallido golpe de 1992. Maduro no pasó por la universidad, pero su experiencia política puede suplir la instrucción formal. Fue miembro de la Asamblea Constituyente como representante gremial, luego resultó elegido Diputado y Presidió la Asamblea Nacional, antes de ser nombrado Canciller en 2006. Durante toda esa trayectoria, su lealtad y cercanía con Chávez han sido incuestionables, y una prueba de ello es que fue uno de los pocos que lo visitaron en su convalecencia en Cuba. Con Maduro, los Castro tendrían asegurada la alianza entre ambos Gobiernos, que permite al régimen comunista de la isla contar con petróleo y divisas para sobrevivir.



Como Canciller, Maduro -afable y simpático en privado, ceñudo y de hablar duro en público- se ha destacado por sus impetuosos discursos "antiimperialistas" en línea con Chávez, y por una política que busca crear referentes para enfrentar a EE.UU. en los foros internacionales. De ahí su entusiasmo por consolidar el Alba y construir la estructura de la Unasur y luego de la CELAC. Se dice que, buscando la independencia económica de EE.UU., su principal comprador de petróleo, es el artífice del acercamiento a Irán, Rusia y China -un posible mercado sustituto.



Con Chávez agotado tras la campaña, será Maduro -con otro estilo pero con las mismas ideas- quien lidere los comicios para Gobernadores en diciembre y Municipales en abril, una especie de ensayo general para su eventual debut como candidato Presidencial si la salud obliga al Mandatario a dar un paso al costado.



Inquietante curso de la crisis siria.
No hay ninguna evidencia de que el hombre fuerte de Siria, Bashar al Assad, tenga intención de cesar la ofensiva, como se lo ha pedido la ONU, contra los grupos armados a los que pretende derrotar usando todo su poder militar, sin medir las consecuencias de la violencia sobre los civiles ni la devastación de las ciudades y del patrimonio cultural. Se estima que el daño causado requerirá de una inversión de hasta cien mil millones de dólares para reconstruir la infraestructura del país.



En el Medio Oriente, polvorín de varias guerras del siglo XX y del actual, están dadas las condiciones para que la lucha interna traspase fronteras y obligue a involucrarse a otros actores. Hace unos días, la tensión creció después de que proyectiles sirios impactaron en territorio turco con resultado de muerte de civiles. La OTAN, de la que Turquía es miembro pleno, le entregó apoyo y solidaridad, pero no una promesa de participar en su defensa. Para eso, Ankara tendría que pedir la aplicación del artículo 5° de defensa colectiva de la Carta Atlántica, que dispone que el ataque a un miembro se considera una agresión a todos. Es probable que ese paso no se dé, al menos, en las actuales condiciones.



Por ahora, ni a la OTAN ni a EE.UU. en solitario parece interesarles entrar en otro operativo al estilo libio. Menos en un país cuyo futuro post Assad es tan incierto. Washington está reacio a involucrarse en conflictos de la zona, aun cuando se ha sabido de la presencia de militares suyos en Jordania, supuestamente para ayudar a sus colegas a lidiar con los refugiados y prevenir cualquier incidente con los arsenales químicos de Siria.



El miércoles pasado, Turquía demandó su derecho a responder al fuego de su vecino y, además, envió una señal potente de hacer valer su poder, al interceptar y obligar a aterrizar a un avión comercial sirio que supuestamente llevaba armamento desde Rusia, principal proveedor de armas a Damasco. En todo caso, el Gobierno turco no parece dispuesto a participar con tropas en terreno y, por ahora, posiblemente seguirá ejerciendo presión en los foros internacionales, mantendrá su presencia militar en la frontera y ayudará a los refugiados y a los rebeldes.



La crisis siria, que ya cumplió 19 meses, tiene un fuerte impacto en la economía mundial a través de los precios del petróleo. Con el aumento de la tensión entre Damasco y Ankara, y el temor de que el conflicto se expandiera por la región, los valores a noviembre saltaron la semana pasada, lo que en el corto plazo se sentirá también en la economía chilena. Asimismo, un gran número de chilenos de ascendencia siria observa con gran preocupación y dolor el desarrollo de la lucha interna, que ha dejado unos 32 mil muertos, miles de heridos y al menos 350 mil refugiados, la mayoría de los cuales han huido a Turquía, Líbano y Jordania.

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