En la imagen
Doña Lucia Tagle Ureta, Q.E.P.D.,
madre de
nuestro Director, a la que rendimos
homenaje y
esperamos Dios ya tenga en su
Santo Reino.
Algunas
meditaciones para vacaciones.
Puntualizando
sobre la historia reciente,
redacción
Reacción Chilena.
Acaloradamente
se ha discutido la posibilidad de que los libros escolares de
historia reemplacen la expresión “dictadura” por la de “Régimen
Militar”, discusión que en momentos ha sido ácida y sin sentido,
pues, desde cualesquier punto de vista que se mire la historia
reciente esta debe mostrar, lo que en los libros actuales es
ocultado, la situación que se vivía, la que provocó la
conflagración y los resultados de ella.
Un
verdadero libro de historia no puede abstraerse de la inmensa
victoria electoral de Eduardo Frei Montalva, usando intensivamente el
anticomunismo en su campaña, como tampoco puede obviar que el ese
periodo comenzó el terrorismo en Chile, ni tampoco soslayar que el
Gobierno sectario de la democracia cristiana, con su demagogia y
populismo le pavimentó el camino a los rojos.
Tampoco
es posible que se siga presentando a Salvador Allende Gossens como un
demócrata ejemplar, cuándo resulta evidente con una simple revisión
de documentos que transgredió las Leyes y la Constitución como lo
demuestran los documentos emitidos por los poderes independientes de
la Justicia y del Congreso, además de los fallos de la Contraloría
que demostraban la ilegalidad del régimen.
Creemos
que no puede analizarse la “dictadura” omitiendo la siembra de
odios que duró más de 10 años, así como tampoco se puede hablar
de transgresiones a los derechos humanos como una invención de los
uniformados, pues, nos consta que durante los Gobiernos anteriores
era la tortura un método corrientemente usado para llegar a la
verdad en ciertos delitos, ni que los presos políticos hayan
existido solo en ese periodo.
Tampoco
nos parce correcto que los actuales Gobernantes pretenden apropiarse
de los éxitos económicos que ha tenido el país en los últimos 22
años, pues parecen haber olvidado que la Unidad Popular dejó un
país destruido, con la industria y la agricultura simplemente
arrasadas, que fue levantado por los Militares que implantaron
un sistema que los opositores calificaron de abominable.
Que
hubo casos de abusos nos parece evidente, pero ni fueron tan masivos
como se pretende, ni tan extensivos como se trata de inculcarles a
los jóvenes, pero, sin lugar a dudas estos hechos son el resultado
inevitable de las odiosidades sembradas previamente, por los que hoy
se presentan como víctimas, con la intención de provocar una guerra
civil para instaurar la dictadura del proletariado.
Chile
vivió, como resultado de la Guerra Fría entre Occidente y el bloque
Soviético, una guerra soterrada entre las superpotencias, las que no
escatimaron esfuerzos, aunque fueran a costa de la vida de chilenos,
para llevar al país a la órbita de cada uno de ellos, una época de
fricciones políticas, de considerar al adversario como enemigo, lo
que desembocó en una guerra soterrada.
Un
hecho que parece ignorarse, en el intento por instaurar una verdad
oficial, es que hubo fuertes enfrentamientos entre las fuerzas
insurreccionales, financiadas por la ex URSS por medio de Cuba, entre
otros países con Gobiernos comunistas, que además cumplía las
funciones de campo de entrenamiento y la Fuerzas Armadas chilenas,
que ocasionaron bajas en ambos grupos contendientes.
Se
ha ocultado sistemáticamente que una gran cantidad inocentes
civiles, de bajas que tuvieron los miembros de la Policía y de
las FFAA cayeron en atentados terroristas de los grupos de la
izquierda y que centenares de miembros de las fuerzas de seguridad
cayeron heridos o muertos en enfrentamientos ocurridos es la época y
que por preparación y profesionalismo debían ganar nuestros
soldados y policías.
Creemos
que la caricaturización que se ha hecho maliciosamente del Gobierno
Militar, junto a la glorificación y endiosamiento de sus
adversarios, ha cumplido plenamente con lo planificado por los
cerebros rojos, lo que por un lado les dio dividendos electorales
importantes y por el otro les permitió que abusar de la
ingenuidad chilena asaltando, por concepto de “reparaciones” la
Caja Fiscal.
Consideramos
que no es menos monstruoso el “cambio” que han hecho de la
realidad, presentándose algunos personajes como los luchadores que
recuperaron la democracia, en circunstancias que el año 1980 la
Junta Militar sometió a plebiscito la Constitución y se ajustó
completamente al cronograma en ella planteado para el proceso
que condujo a la reinstitucionalización del país y a la
democracia.
Pensamos
que el Gobierno de Piñera, que apeló al patriotismo de los
uniformados retirados para ser elegido, y que ofreció que a los
procesados de todas las ramas de la Defensa, de la Policía
uniformada y civil, y a los funcionarios de Gendarmería, que los
procesos no se eternizarían y que se les aplicaría todas las leyes
y beneficios vigentes en nuestra legislación, debe cumplir sus
promesas.
Lo
anterior no lo pedimos como gracia personal del Mandatario, lo
exigimos como una promesa que le permitió llegar a la Primera
Magistratura, además, pensando en la necesaria unidad nacional que
resulta imposible cuándo a uno de los bandos del conflicto se les da
todos los beneficios mientras al otro se le niega hasta los derechos
amparados por las leyes, como la clave para desarmar los espíritus.
Después
de plantear nuestra postura frente al falseamiento de nuestra
historia reciente, nos recordamos de un sabio planteamiento de la
antigüedad que previene que aquellos pueblos que aceptan el
falseamiento de realidades vividas precedentemente es casi seguro que
repiten los errores del pasado y vuelven a pagar nuevamente elevados
costos que la experiencia les debiera haber evitado.
Consideramos
inmoral que algunos de quienes provocaron la terrible situación de
los años 70 del siglo pasado sigan avivando la misma hoguera que nos
llevó al desastre, y, después de intentar conducirnos por los
mismos caminos de antaño, intentarán hacer “perro muerto”
nuevamente, haciendo de los costos los paguen los más frágiles,
para ellos, ponerse otra vez en la fila de los beneficios.
Un
comentario para revisar:
La
torre de Eiffel,
por
John Biehl del Río.
En
el año que se fue, comenzó la erupción abierta del sistema
económico. Eufórico, había encontrado mil maneras de crear dinero
libre de la dirección política y el control de los Estados, sumidos
en decadencia y extasiados con los beneficios populares que recibían
gratuitamente del espectacular crecimiento del consumo. De él
disfrutaban tranquilamente los estratos medios, endeudándose, y los
más poderosos, concentrando riqueza.
En
el año que se fue, miles y miles murieron en luchas por derrocar
dictaduras eternas, hijas del tribalismo y de acuerdos «convenientes»
para asegurar el tránsito del petróleo a las naciones más
industrializadas. Hechos conocidos como la «primavera árabe», así
como si se tratara de un feliz despertar a la libertad y al respeto
de los derechos humanos. Sabemos que se trata de una estación sin
flores, que no verá sus frutos en el horizonte por largo tiempo y
donde la incertidumbre se hará más grande mientras el motivo
central de los apoyos siga siendo, principalmente, que fluya el
petróleo.
En
el año que se fue, miles y miles de niños, mujeres y hombres
murieron de hambre. Su símbolo, el Cuerno de África. Ese es un hito
claramente en movimiento. En sociedades del mundo entero, incluyendo
nuestra América Latina, mueren sin razón ante el reinado del
egoísmo que muestra alegremente su abundancia. Sin siete pestes, sin
necesidad de celebrar los «no cumpleaños» de las aventuras de
Alicia en el País de la Maravillas, sólo con la sumisión de la
política a la economía, ésta se hizo amoral y tenemos hoy un mundo
de corazón duro, sin vislumbrar un despertar genuino de los valores
que legitiman la política.
En
el año que se fue, distintos y muy distintos fueron los problemas de
África, Europa, Estados Unidos de Norteamérica, Asia o
Latinoamérica. Así como el gobierno global era hasta hace unos años
bipolar, también se intentó el unipolar, con un fracaso rotundo. En
las Naciones Unidas, que continúa siendo la mejor opción de un
gobierno global para el bien de todas las naciones y los continentes,
está claro que los imperios de ayer no están por ahora dispuestos a
ceder ninguno de sus privilegios. Esa es quizás la mejor
demostración de la falta de voluntad para reconocer cambios y
robustecer el principal instrumento de una democracia mundial, que no
es otro que el diálogo, la participación en un contexto de respeto
irrestricto de los derechos humanos.
No
contribuimos tampoco al gobierno global si confundimos las cosas.
Aquí una líder estudiantil partió a París, como si se tratara de
los mismos problemas en Chile y en la Torre de Eiffel. Meses de
huelga estudiantil versus millones de desempleados. Su pololo, novio
o compañero fue el presidente anterior de la principal universidad
del país y ella trató de reelegirse. ¡Nada nuevo en la política!
Una de las grandes virtudes de la democracia es cambiar el poder en
paz. Hoy vemos en nuestra América y otros lugares del mundo cómo
distintas triquiñuelas del propio sistema democrático son
utilizados para perpetuarse en el poder. Sólo que no sabíamos que
éstas prácticas comenzarán en el futuro en la educación primaria.
En
la última elección chilena, ganó el presidente Sebastián Piñera
y se empató en el Congreso de la manera en que estamos condenados
por el esquema binominal. Sistema que, además, limita el diálogo y
los acuerdos para un buen gobierno. Le tocó ver los primeros
síntomas de un orden que mundialmente iba por mal camino.
Probablemente se han dado los primeros pasos para que la política
logre controlar una economía superpuesta a la gente.
Se
está dando una señal clara de que la política dirige, que la
economía necesita a todo innovador e inversionista y que socialmente
tenemos una oportunidad de aprovechar el momento para generar una
mejor sociedad en todo sentido. Deben ser políticas de Estado la
seguridad ciudadana, la educación, la creación de empleos seguros y
bien remunerados, la política exterior y otras. Si la Concertación
tiene la misma generosidad que tuvo para gobernar, hay razón para
que sea Chile uno de los lugares donde la política recobre
plenamente la confianza entre gobernantes y gobernados. Podemos hacer
algo grande.
A
nuestros queridos amigos y amigas:
Debe
haberles extrañado nuestra silente ausencia, desde el jueves 5 de
enero, la que no se ha debido a que hayamos abandonado la lucha ni es
el resultado de un estrés laboral severo, la “desaparición” de
nuestra página informativa y noticiosa fue provocada por el duelo
que afecta a nuestro Director, Mario Montes Tagle, por el
fallecimiento de su señora madre.
Vivió
humildemente, nunca le sobraron riquezas ni bienes materiales, pero,
siempre estuvo dispuesta a ayudar al prójimo, lo que quedó
demostrado por las decenas de personas que asistieron a su funeral,
los miles de mensajes y llamados telefónicos que hemos recibido
dando cuenta del dolor que muchos sintieron por su partida.
Doña
Lucía Tagle, fallecida a los 84 años, fue una mujer valiente, que
defendió sus ideas con apasionamiento y a sus dos “cachorros”
con la fuerza y el vigor de una leona, dejó este mundo
tranquilamente, con su hermosa faz llena de serenidad, tranquilidad,
paz y un rictus de satisfacción, quedándose en el sueño de manera
plácida.
La
muerte de doña Lucia Tagle Ureta fue un golpe demoledor para Mario
Montes, que en un periodo de tan solo tres años ha perdido a
casi toda su familia, un corto lapso en el que han fallecido a
sus padres y a una de sus hermanas, lo que sumado a problemas propios
de salud, nos obligan a adelantar nuestra vacaciones que teníamos
programadas para febrero.
Estaremos
de vuelta en los primeros días de marzo, aunque de existir noticias
que consideremos de vital importancia las consignaremos trabajando
desde el lugar de nuestras vacaciones, en las que haremos un alto
para referirnos a los asuntos más trascendentales y para comentarlos
desde nuestro particular punto de vista.
Nos
despedimos con un hasta pronto, porque si Dios lo permite pronto
volveremos es estar con ustedes desenmascarando las falsedades que
han construido las izquierdas sobre nuestra historia reciente y
luchando por la liberación de nuestros presos políticos, condenados
por el único delito de haber salvaguardado nuestra libertades.
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