Irreflexivamente el país le entregó a la izquierda el control
del Poder Ejecutivo y del Legislativo, ya manejaban a su antojo el Judicial,
ahora es necesario llamar a los chilenos a reflexionar y a oponerse a medidas
que serán simplemente desastrosas.
21 de Mayo:
La contienda es desigual,
por Sergio Melnick.
Nadie puede dudar de las intenciones y
sensibilidad social de la izquierda, pero sus Gobiernos suelen tener resultados
distintos a los que se buscaban. El éxito de la Concertación estuvo dado por el
elemento moderador de la DC. La Nueva Mayoría de hoy desprecia a la
Concertación, pero yo la echo de menos.
La izquierda es maestra del discurso, pero
tiene un voluntarismo ideológico que le impide reconocer la naturaleza humana,
que opera más allá de las intenciones. Bachelet ha obtenido una victoria
electoral legítima, pero hay que recordar que sacó menos votos que en su
elección anterior, un hecho político que no se puede desconocer. Quintana
estableció la doctrina de la retroexcavadora, que fue ratificada por Lorenzini
en la Cámara, lo que le valió una felicitación de la Presidente en su discurso.
Mal precedente. Bachelet debe Gobernar
para todos, no sólo su sector. Su Ministro del Trabajo, por ejemplo, parece
delegada de la CUT.
El tono del discurso de Bachelet fue moderado,
no así su contenido, que parece decir que todo lo que ha ocurrido antes de ella
estuvo mal y debe ser reformulado. Esto incluye 20 años de Concertación, en la
que ella misma fue Gobernante. De manera
muy poco republicana, trata de borrar del mapa todo lo hecho por el Gobierno
anterior, sólo porque era de centroderecha.
En el extenso discurso nuevamente escuchamos
muchas intenciones, poco compromiso con cosas concretas, sin plazos ni
definición de objetivos medibles. Ni una sola palabra sobre empleo, ni una sola
palabra sobre inversión, dos pilares del crecimiento y el progreso. La reforma
tributaria sí perjudica a la clase media y a la empresa mediana. Afecta el
ahorro, la inversión y el crecimiento, y por ende a las pymes. El Ministro
Arenas critica a Piñera por el error de proyecciones (de 4,9% a 3,4%), y se
olvida de que cuando él fue Director de Presupuesto, en 2008, proyectó un
crecimiento del 4,5% para el año siguiente, pero el real fue menos de 1,5%.
Critica el déficit de 0,5% del PIB que recibió, pero olvida que él dejó uno
seis veces peor. Lo que hay, entonces, es mucha ideología, voluntarismo,
tozudez.
El Gobierno reconoce que la educación pública
es mediocre, pero su solución es destruir la que funciona mejor y que es
preferida por la clase media. Así va a disminuir la diversidad en educación,
pilar fundamental de la sociedad libre, y va a nacer una nueva burocracia cara
e ineficaz que le quitará recursos a la educación, y que funcionará con
programas únicos y adoctrinadores. Hasta la fecha el Ejecutivo no ha dicho una
sola palabra sobre qué se entiende por calidad de educación en el siglo 21 y
por ello la reforma será un fracaso tremendo, porque es ideológica, no técnica.
Al final, la Presidente hace un guiño a los estudiantes con el pase escolar
—aunque es difícil que los coopte con ello— a un costo de US$ 50 millones al
año, que podrían ir a campamentos, postas, ancianos, etc.
En salud anuncia 20 nuevos hospitales. Ojalá
los haga, pero personalmente dudo que sea posible en cuatro años. En el tema
del aborto terapéutico, un debate necesario en una sociedad libre, propone tres
causales, y creo que eso merece una discusión abierta y tolerante.
Sobre la Constitución, nuevamente vaguedades y
discurso ideológico, mientras avanza aceleradamente en el cambio del binominal,
pasando nuevamente la aplanadora con una mayoría circunstancial.
El
discurso fue básicamente para la izquierda, no para el país. La DC seguirá
sufriendo las humillaciones públicas que ha venido recibiendo de la izquierda y
es probable que más temprano que tarde una parte de ésta se escinda del
Gobierno.
Para entonces habrá una cuantiosa cantidad de recursos disponibles para 2017:
la economía irá aún más a la baja, el desempleo subirá y el redistritaje
garantizará el poder por muchos períodos más. Con ese diseño estratégico, el
próximo Gobierno es probable que sea aún más de izquierda, como el de
Argentina, la primera visita oficial de Bachelet.