Se llama Eduardo Jesús Espinoza, tiene 18 años, está detenido en dependencias del OS-9 y en sus declaraciones reconoce haber disparado un arma de fuego (Calibre .9) la fatídica noche del martes 11, en los incidentes que costaron la vida al Cabo de Carabineros Cristián Vera Contreras. El abogado defensor del inculpado dice que su cliente disparó, aunque no tiene certeza de que su bala haya sido la que quitara la vida del valeroso Suboficial. Los peritajes aclararán las sospechas.
Sin duda, como dijo Piñera esta fue una muerte que pudo ser evitada, pero los responsables intelectuales, los que llamaron a las protestas y quienes desde el oficialismo siguen sembrando odios, son perfectamente identificables. Quien percutó el arma es solo el autor material, los que se esmeran por mantener abiertas las heridas nacionales, son a no dudarlo los autores intelectuales del crimen.
Después de los sucesos todos rasgan vestiduras, a sus exequias asistieron Ministros, como Bolisario Velasco y Lagos Gueber, el Presidente de la Cámara de Diputados, el Director General de Carabineros y otras autoridades. Creemos que todos ellos debieran hacer un examen de conciencia, pues estos sucesos son el resultado esperable de sus acciones y de la manga ancha que han fomentado las autoridades gubernamentales durante los últimos 18 años.
Lamentamos la muerte del Cabo Vera, hacemos llegar nuestras condolencias a sus familiares como a la Institución, pero no pedemos dejar de meditar sobre la inmensa responsabilidad que cabe en los hechos a las autoridades superiores de Carabineros, que en defensa de sus cargos personales, no han dudado en impedir que los defensores del orden puedan defenderse al ser atacados, siendo corrientes los despidos o las desautorizaciones, como las disculpas a Navarro.
El occiso, Mártir de Carabineros y héroe del combate contra la delincuencia, sea del tipo que sea, deja una viuda y 5 hijos, además de un acongojado grupo de compañeros, que le despidieron en las ceremonias de su velatorio. Sus funerales se realizarán mañana en Lebu. Los familiares solo piden que se haga justicia, para que sucesos de esta naturaleza no vuelvan a enlutar a una humilde familia de un servidor público.
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Lamentablemente las noticias económicas siguen desmintiendo, en los hechos, a nuestras autoridades. El cierre del dólar, que apenas superó los $513 causa extremas preocupaciones en las PYMES que ya no pueden subsistir. Las alzas, casi diarias, de los productos de primera necesidad agobian a la familia chilena. Los índices extranjeros, que tanto exhibe el Gobierno cuándo le conviene, comienzan a mostrar caídas importantes, informe del J.P.Morgan dice que dejamos de ser el país más estable de América Latina, lugar que ahora ocupa México. La concentración de capitales sigue viento en popa, la compra del Banco del Desarrollo, por parte de Scotiabank, crea preocupación entre los trabajadores, que reclaman que nadie les escucha y amenazan con paro de actividades para octubre. El costo de los créditos, que tienen tasas de interés usurarias, en especial los de las tarjetas, asfixian a las clases medias y ahogan a los sectores más débiles de la población, situación que se verá agravada por el alza de intereses acordada ayer por el Banco Central
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Ayer se lanzó el libro “El fin de la Concertación” de Rodrigo García Pinochet, donde el autor desmenuza, en un lenguaje simple, el fracaso concertacionista. Entre las conclusiones queda claro que la Alianza, o se pone las pilas o será barrida por la irrupción de la lacra del populismo. Recomendamos la obra, es el inicio de de una necesaria discusión, que clarifique el ambiente político.
En el lanzamiento se encontraban la abuela del escritor, Lucia Hiriart Vda. De Pinochet y su madre, Lucia Pinochet Hiriart, la que confirmó su postulación a Diputado por Las Condes, lo que a no dudarlo pondrá un condimento especial a la campaña, que puede transformarse en un homenaje póstumo al ex Presidente Pinochet.
Tal vez siga vivo hoy, por Hermógenes Perez de Arce.
Es martes 11 y mi mujer me prohíbe ir al centro, pues estará en poder de los comunistas. "Te van a reconocer", dice. Pero no obedeceré. Un grupo de ex colaboradores civiles del gobierno militar me convidó al club a celebrar la efeméride, y no puedo fallar.
Es que anoche vimos en la TV cómo a un sujeto rubio y de pelo corto lo declararon "neonazi" y lo persiguieron para lincharlo, pero corrió muy ligero y se ocultó. Tranquilicé a mi mujer diciéndole que no soy rubio ni de pelo corto, y con miedo puedo correr fuerte.
Los comunistas, es verdad, se adueñan del centro y son violentos. Su jefe, Guillermo Teillier, fue a La Moneda, donde es bien recibido, a advertir al Gobierno de los riesgos en que incurre. Él era el encargado militar del PC cuando organizó el Frente, internó armas y entrenó guerrilleros en Cuba. Venidos a Chile, mataron a muchas personas en atentados, entre ellos, en conjunto con el MIR, a 47 uniformados, entre 1978 y 1985, a los cuales se rindió homenaje en dos páginas de "El Mercurio" (26.05.86) que cité la semana pasada. Pero, por supuesto, a nadie se le ha ocurrido jamás procesar a Teillier por su autoría intelectual ni ninguna otra razón. Al contrario, los comunistas se querellan contra los militares, pese a haber sido ellos los que declararon la guerra subversiva. Y hoy el país encarcela militares y pide perdón a los comunistas. Lo hizo entre lágrimas don Patricio Aylwin y un comandante en jefe les prometió "nunca más" usar las armas contra ellos.
Dicho sea de paso, en esas dos páginas de homenaje a los "Caídos por Dios y por la Patria" se informaba que casi todos los terroristas procesados por las muertes eran defendidos por la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago. Yo protesté, porque mi dinero del culto podía estar financiando la defensa de terroristas, pero se me dijo que corría peligro de excomunión y preferí callar. Poco después, cuando el Frente asesinó al carabinero Vásquez Tobar, tras atraerlo a la panadería Lautaro simulando un asalto, otros carabineros hirieron a un frentista. Éste acudió a la clínica Chiloé, por cuenta de la Vicaría. La justicia descubrió que ésta tenía las fichas de atención de frentistas en esa clínica y conminó al titular de la misma, monseñor Valech, a entregarlas, cosa que no hizo. Nadie habló siquiera de "obstrucción a la justicia". Pero sí se procesó a un abogado de la Vicaría por encubrir a los frentistas. Hoy, él dirige la oficina de inteligencia del Gobierno, lo que debe tener muy tranquilo al Frente. Éste sigue activo, como lo probé citando una declaración policial, también en mi columna pasada.
Y, por supuesto, no voy a incurrir en la mala educación de citar pruebas de la cercanía, en los años a que me refiero, de la actual Presidenta con el Frente, pero todo cuadra. Incluso a la guerrilla comunista-mirista y su entorno se le han pagado mil 386 millones de dólares en indemnizaciones y compensaciones, para remediar algo tan horrible como lo que se le hizo (impedirle tomar el poder por las armas.)
Bueno, como soy el único que irrita, y no sólo a los comunistas, recordando estas cosas, mi mujer me veda ir al centro cuando queda en manos de ellos. Pero yo lo tengo todo pensado. Si me van a linchar, les diré lo mismo que el español Muñoz Seca, antes de ser fusilado por los comunistas durante la República, y que siempre he encontrado genial: "Me habéis quitado mi cartera y mi reloj, pero hay algo que no me vais a poder quitar jamás: el miedo que tengo".
Claro, a lo mejor es pura alharaca mía, "paso piola" y sigo vivo hoy
Esas lealtades perdidas, por Gonzalo Rojas Sánchez.
En lo profundo de la tradicional Ñuñoa santiaguina, una bandera chilena, grande y añosa, colgaba ya el lunes 10 a media tarde del balcón de una casa, grande y añosa. A su lado, escritas con cuidado, sólo dos palabras: Gracias Pinochet.
La escena, aunque aislada, recordaba esas multitudes que acudieron a mediados de diciembre pasado a decirle lo mismo al General, todavía de cuerpo presente en la Escuela Militar. Seguro que esas personas celebraron este 11. Saben perfectamente porqué hacerlo y tienen el derecho a hacerlo. Y que nadie invoque a sus muertos para
desvirtuar su alegría, porque si de muertos se trata, una miradita a la historia del marxismo en el mundo lo dice todo. Fue de la posibilidad de haber figurado como unos números más en esa historia que se salvaron. Por eso celebran.
El problema no son los leales, los que ayer celebraron. El problema son los que se
gozaron aquel 11 de septiembre de 1973 pero que ayer, burda o barrocamente, volvieron a criticar. Sí, el problema son los desleales aquéllos, los de todas las clases y estirpes.
Hasta 1981, casi nadie había abandonado el buque. La consulta de enero del 78 había
arrojado un apoyo del 77.47% al Gobierno Militar (si quiere, sáquele un 7%, si de votos duplicados se tratase) y en cada pueblo y ciudad de Chile, Pinochet era aclamado como el segundo libertador. Creer y divulgar lo contrario es engañarse y mentir.
¿Porqué se perdieron entonces las lealtades, de ahí en adelante? En realidad las primeras se perdieron ya el día 12, cuando uno que otro figurín quedó fuera de los circuitos del poder; tan combativo él durante la UP, no pudo aguantar que la Secretaría de la Juventud quedara en otras manos. Y con él, tantos de los suyos, que decidieron
dejar la tarea ingrata a los militares, porque no les ofrecieron ni Hacienda ni Interior (y esos despechos se repitieron durante 16 años y medio, como si el auténtico servidor de la Patria tuviese derecho a un cargo concreto y de duración indefinida).
Otras lealtades se fugaron por inconstancia en la propia tarea: fueron simplemente tipos flojos, que buscaron después motivos rastreros para ocultar su desidia. También hubo tránsfugas por incapacidad de análisis: fueron aquellos que decían ver más a
fondo y mejor que Pinochet lo que había que hacer en seguridad interior del Estado, claro, en beneficio de sus propias parcelitas preopositoras; una manga de incapaces de entender la dificultad de la tarea antisubversiva en el contexto de la guerra fría.
Hubo otros que no le creían nada de nada a los marxistas hasta el Once, pero ya el 12 les creían todo de todo. No les da para desleales: simplemente tontos; pero su obligación era, al menos, recordar sus propias palabras previas. Afortunadamente sus videos están en la red. Un grupete más detestable es el de los que fueron leales y duros, leales y antisubversivos; pero vieron su futuro en peligro, quisieron blanquearse, y pidieron perdón por lo que hicieron, supuestamente, otros. Ellos, bien gracias.
Una sola categoría merece respeto profundo: los que se toparon con esos abusos
reales, dramáticos, cometidos por algunos agentes estatales perversos. Esos, casi con toda seguridad, se fueron sin decir ni pío en público (y quizás agotaron también las instancias privadas de corrección). Dejaron las lealtades, pero no han sido desleales.
¿Y si se dan de nuevo circunstancias parecidas para Chile? ¿Imposible? El 4 de febrero
pasado, de visita en Venezuela, el senador socialista Alejandro Navarro expresó una vez más su admiración por la administración que lidera Hugo Chávez, país donde -aseguró- "es claro e irreversible que el sueño de Salvador Allende se hace realidad". Gustito que le daría traer esos sueños a nuestra realidad.
Pero si de dan de nuevo circunstancias parecidas, que cada palo aguante su vela, porque no parece que haya suficientes leales como para pedir ni exigir sacrificios.
Huevo ético, por Álvaro Bardón
Ya no me convidan a nada -embajadas, ministerios, transnacionales-, ni siquiera a las comisiones de la Presidenta, y menos aún a la última, de la "equidad", "caridad", "ética", o algo así.
Al parecer, se trata de una cura colectiva para gente que, por décadas, viene sufriendo de esa especie de enfermedad de denunciar que los pobres no pueden esperar. Lo cual estaría muy bien si no fuera porque los pobres siguen igual, por las políticas socialistas de décadas de derroche estatal en mala administración de ministerios, hospitales y colegios, ferrocarriles y "transanlagos", superintendencias y subsecretarías, elevados pagos a ministros (sobres brujos incluidos), becas, agregadurías y premios nacionales para "progresistas", embajadas, sernacs, indígenas, mideplanes, las como 30 clásicas comisiones de innovación (más un reciente consejo, ávido de "royalties") y una veintena de programas "sociales" y antidelincuencia, de todos los cuales no más de un par son rescatables.
Los éticos socialistas nunca propondrán terminar con el derroche fiscal, para redirigirlo hacia los pobres en un chequecito mensual. Para curar sus males mentales y dormir bien, propondrán, en cambio, subir los impuestos, partiendo por el IVA comepobres, y gastar más en educación, salud y unos 10 mil "servidores públicos" de pobres, algo que ahora sí funcionará.
Para los socialistas, se trata de quitarles a los ricos y no de ayudar directamente a los pobres con cheques y oportunidades. Esto último suena a "neoliberalismo", satanización con la que pretenden descalificar al liberalismo, de gran éxito reciente, después de la ruina socialista-comunista y el éxito del capitalismo.
Nuestros intelectuales no propondrán concluir con la falta de libertad de trabajo y emprendimiento. Al revés, acentuarán los controles, sin abrir verdaderas oportunidades sanas de empleo. Así, continuarán marginados y sin pega unos dos millones de chilenos pobres, fenómeno que se acentuará con las restricciones y costos estatales y municipales ligados a la iniciación de actividades, baños separados, patentes de alcoholes, restricciones ambientales, de salud, de fumar y de facturas del SII, no más taxis ni "micros libres", persecución de vendedores ambulantes y quiosqueros (ya vienen los malabaristas), dirigismo del manejo de playas, islas, árboles y bosques e impedimentos insoportables para formar colegios, universidades, centros de salud, etcétera.
Este etcétera daría para reformas microeconómicas interminables, que los políticos e intelectuales consideran picantes e indignas. A ellos no les preocupan las políticas proteccionistas que gravan a los pobres en favor de los ricos y del fisco, al encarecer el azúcar, el trigo, la harina, el pan, la bencina, el alcohol, los refrescos, autos y ropas usadas, el crédito popular y otros bienes como la carne argentina o la leche. Menos les importa el costo de las casas populares, inflado por las restricciones al tipo de vivienda, el límite a las ciudades y a la altura de los edificios o los costos de notarios y conservadores.
Hace falta un obispo que proponga incentivar, al menos tributariamente, la caridad, el trabajo de niños pobres y la educación en la casa. Esto, además de los 10 mandamientos y la pareja a la antigua, cuyo debilitamiento explica buena parte de la pobreza moderna, en especial de infantes.
Para que me vuelvan a convidar, voy a hacer una proposición ética imposible de rehusar: todo chileno, vivo o muerto, percibirá de por vida 500 mil pesos mensuales, sin trabajar. El huevo ético de Colón.
CARTAS
Señor Director:
Ante la muerte del Carabinero cobardemente asesinado, echo de menos en el funeral la presencia de el abogado Hugo Gutiérrez, de Derechos Humanos, también de gente de la Comisión de Detenidos y Desaparecidos, de Ejecutados Políticos y cuanta organización hay. Menos se les ha oído hablar o referirse al tema del asesinato, o dar pésame a la familia, silencio absoluto. Esto demuestra una vez mas que este tema de los derechos humanos es solo para un lado, pues al parecer las victimas de la delincuencia no tienen derechos humanos, desgraciadamente los Gobiernos ha sido los impulsores de esta Política de Estado de fomentarlos Derechos Humanos solo para un lado, asi ganan votos y pagan favores a sus compañeros de ruta.También es hora para que se revise la sangría de más de 1.200 millones de dólares que le cuesta a los chilenos anualmente las reparaciones a victimas de D.D.H.H., que más parece un negocio para algunos abogados que son como buitres y viven del dolor ajeno, que no siempre es tal.
Sergio Correa H., C.I. 4.499.505-0
Señor Director
CAOTICA Y TRISTE ES LA REALIDAD CHILENA
Caótica es la situación que enfrenta el país. Irregularidades al montón en las entidades publicas, aumento triplicado en el gasto fiscal, desconocimiento del impacto-beneficio en los programas sociales, falta de una verdadera fiscalización, incremento de la inflación que ha afectado severamente el rubro alimenticio, graves trastornos causados por el Transantiago , reformas laborales que implican nuevos obstáculos al crecimiento económico, el impuesto negativo al ingreso que se transformara en otra reforma tributaria generando mayores tasas impositivas, violencia y delincuencia generada por pequeñas minorías , mala calidad en la educación , etc.
Ante esta lamentable realidad el gobierno ha preferido por una parte resguardar la seguridad de la casa de gobierno en lugar de proteger y cuidar la seguridad pública, dejando a la gente humilde a la suerte de delincuentes y extremistas. Por otra, ha creado una inmensa cantidad de comisiones a la medida de cada una de las contingencias del momento en lugar de reconocer los errores y solucionarlos.
El ejecutivo esta llamado a establecer una agenda clara sin improvisaciones, con tiempos determinados y con medidas tendientes a disminuir la inflación que es un impuesto adicional que perjudica con mayor intensidad a los que tienen menos, a otorgar el bienestar y seguridad a todos los chilenos, a mejorar la calidad de la educación, a terminar con el estancamiento económico y a dar un transporte publico adecuado a los santiaguinos.
Atentamente,
Viviana Matus Rodríguez
Señor Director:
Etico es bajar el IVA al 11%
Etico es suprimir el Impuesto Especfico a los Combustibles
Etico es bajar o mantener las Tasas, no subirlas al lote endeudando por decreto a los ciudadanos
Etico es informar a los ciudadanos cuanto son y donde están depositados los millonarios excedentes
Etico es tener a los delincuentes en Colonias Penales y no en cárceles urbanas y vulnerables
Etico es que los delincuentes que ataquen a servidores públicos sean sancionados con una pena a lo menos 5 veces a la correspondiente al delito.
Etico es declarar a guerra al Narcotráfico y aplicar la legislación de excepción en caso de guerra
Etico es pasar la ONEMI y CONAF a las FFAA
Etico es suprimir los Gobernadores
Etico es elegir en elecciones libres a los Intendentes
Etico es suprimir los Diputados
Etico es que los Senadores sean elegidos por los Alcaldes para que representen a sus regiones y no a las cúpulas partidistas.
Etico es tener Educación Garantizada
Etico es tener acceso a la Salud Garantizada
Etico es que los funcionarios públicos que hacen mal la pega se vayan para la casa.
Etico es que los Agitadores aunque sean Senadores sean sancionados
Carlos Kinast Feliú.
Señor Director:
La violencia, la delincuencia, el matonaje, la droga y los robos, son la principal imagen del Chile 2007. La falta de eficacia en los métodos aplicados, la carencia de especialistas enfocados al estudio de nuevos métodos y procedimientos, y la falta de herramientas legales más dinámicas, que permitan un resultado efectivo en el corto plazo para reducir esos males, es el esquema actual, que no necesita de ninguna comisión para ser abordado de inmediato.
No se avanza, si se fortalece un sector como La Moneda, porque eso no es practicable para todos los barrios, y menos en forma simultanea. Resulta necesario y urgente, dotar a los sistemas de seguridad y policiales, de una legislación adecuada a los tiempos y a los tipos de delincuencia y vandalismos que hemos visto. La legislación no solo debe hacer responsables a los padres de las conductas de los hijos menores de 18 años, sino que en determinadas fechas, simplemente llegar hasta prohibir la circulación de menores en calles y avenidas después de las 20:00 hrs.
Nadie podría alegar falta de garantías en dichos casos, pues como sabemos, hasta en Washington se ha practicado tal medida con buenos resultados.
Pero con solo aquello no se va a terminar con la delincuencia y el vandalismo. Se hace indispensable modificar la legislación, en el sentido que exista una prevalencia en las garantías de las víctimas por sobre las garantías de los inculpados. Esto suena casi como grotesco, pero hoy se cuida más al delincuente que a las víctimas. Hay que reconocerlo.
Finalmente, me indigna ver cómo muchachos roban a diario, con y sin violencia, roban en oficinas y viviendas, y repiten una y otra vez las mismas conductas, y los vemos libres. Lo que estamos haciendo es decirles que sigan robando porque el costo para ellos, los delincuentes, es muy bajo o nulo. Esto que puede ser catalogado como una obviedad, no lo es cuando asistimos a los tribunales y se deja en libertad, justamente a esos delincuentes.
Sin un acuerdo entre los poderes públicos (ejecutivo, legislativo y judicial) para actuar con eficiencia y rapidez en los cambios que se necesitan, pasaremos muchos años sufriendo los mismos males y esperando que el próximo gobierno de turno, arregle lo que no han podido los pasados.
Mario Pérez.