La
encrucijada de la DC,
por Sergio Melnick.
Los partidos de centro siempre la llevan
difícil, porque ser de centro significa tener vínculos con ambos lados del
espectro político. Pero los partidos en ambos flancos normalmente tienen
posiciones irreconciliables y lograr acuerdos es muy difícil. Por eso estos
partidos suelen ser mal entendidos y criticados. Además, se dividen cuando el
segmento que conversa con un lado ya no se entiende con el segmento que
conversa con el otro.
La DC se ha dividido una y otra vez, el Partido
Radical igual, y hoy le ha ocurrido a RN con Amplitud y Evópoli, todos partidos
que se definen de centro. La DC ha perdido cerca de un millón de votos en su
romance con la izquierda desde los 80 y se encuentra nuevamente en una
encrucijada histórica.
“La historia no se repite, pero rima”, dicen
los sabios.
El segundo Gobierno de Bachelet se ha
radicalizado más allá de lo prudente. Las
reformas que ha propuesto son claramente improvisadas, mal construidas, llenas
de problemas técnicos, y por ello han generado un rechazo público y de expertos
que en la Nueva Mayoría no se esperaban. Aun así, arrasaron en la Cámara
con un genuflexo Lorenzini a la cabeza, sin siquiera discutir el detalle de la Ley,
que ahora todos reconocen como llena de problemas.
Lagos Weber ha prometido un comportamiento más
republicano en el Senado y le quiero creer, pero el Ministro Arenas sigue sin
responder las preguntas y señala informes que no existen, incluso uno del ex Ministro
Larraín, quien le dice públicamente que lo que su estudio sostiene es
exactamente lo contrario a lo que afirma Arenas. Así están las cosas. Lo
concreto es que todos los economistas serios señalan que esta reforma afecta la
inversión, el crecimiento y el empleo, y eso perjudica finalmente a la clase
media, las pymes, el emprendimiento, etc.
La reforma educacional que han propuesto es
lamentable. Se comprometen literalmente miles de millones de dólares y aún no
se ha dicho una sola palabra sobre la calidad, que es lo único que realmente
importa. Es una lucha ideológica contra fantasmas que la propia Nueva Mayoría
ha inventado, como el lucro, los ricos, la segregación, el mercado o el
imperialismo. En esencia, parte desarmando lo que funciona, en vez de arreglar
lo que anda peor, que es la educación pública. Una gran improvisación que
responde a eslóganes ideológicos y no a criterios técnicos.
Otra reforma improvisada es el cambio del
binominal, con un aumento de 30% de Parlamentarios y el infantilismo
inaceptable de decir que no tiene costos para el Estado. Una reforma que, así
como está, claramente perjudica a la DC y a RN.
Y todo se justifica diciendo que “estaba en el
programa”.
En ese marco, la polarización está creciendo,
las puntas ya no se entienden, el centro entonces tiene la palabra. La pugna
Pizarro-Walker es sólo comparable con las de la derecha, que ya sabemos cómo
terminó en las elecciones.
La DC
tiene nuevamente una responsabilidad histórica de centrar al país antes de que
la polarización avance demasiado. Y para ello deberá saber enfrentar la
incomprensión.