Centenares de
miles de peregrinos llegaron el
fin de semana a Lo Vásquez a rendir
su homenaje,
orar y asistir a las misas, en honor
a la Virgen María en la conmemoración de la
bula del Papa Pío IX, que estableció el dogma la
Inmaculada
Concepción.
El Diputado Iván
Moreira, UDi, miembro de la
Comisión de Relaciones
Exteriores de la
Cámara sostuvo
que la demanda formulada por
Perú ante la
Corte de La Haya, se
construyó en
base a una ‘’mentira histórica’’.
El ex Canciller
Hernán Felipe Errázuriz sostuvo
que "Los argumentos peruanos son todos
fabricados o
inconducentes" criticando la estrategia
de Perú ante La Haya y aseguró que la demanda
marítima limeña "afectó la
confianza" de Chile en
las relaciones con el país vecino.
Miles de chilenos
se agolparon, el 10 de diciembre
de 2006, en la Escuela Militar para despedir al
General
Pinochet y agradecerle haber cambiado a nuestro
país del estado
miserable en que lo recibió a una
nación pujante
y progresista con una fuerte proyección
al desarrollo.
Luego de que el
dictador venezolano, Hugo Chávez
Frías, anunciara el sábado que deberá volver
a operarse por
la reaparición de células cancerígenas,
los chavistas
realizaron multitudinarias oraciones
en plazas
públicas.
La principal
coalición opositora egipcia rechazó ayer
el proyecto de Constitución que el Presidente
islamista
Mohamed Mursi quiere someter a referendo el 15
de
diciembre, y
llamó a manifestarse el martes.
Cumbre del
clima en Qatar terminó sin compromisos en
temas medioambientales,
al menos los 194 países
reunidos en
Qatar acordaron extender Protocolo de
Kioto, que expiraba este año, hasta 2020.
Programa
espacial ruso vuelve a fallar al no colocar en
órbita un satélite, el bloque acelerador
Briz-M
se desenganchó antes de tiempo desde el cosmódromo
de Baikonur, sumando un Nuevo traspié para el centro
espacial Jrunichev.
Cumbre del
clima en Qatar terminó sin compromisos en
temas medioambientales,
al menos los 194 países
reunidos en
Qatar acordaron extender Protocolo de
Kioto, que
expiraba este año, hasta 2020.
En electrizante
final Huachipato dio vuelta el
resultado que
favorecía a Unión Espala y en los
penales se alzó
como el ganador de la Copa de
Clausura, provocando el delirio de sus parciales
en el Estadio CAP
de Talcahuano.
"Quod erat demonstrandum",
por Axel Buchheister.
Así es, ha quedado demostrado en los alegatos
ante la Corte Internacional de Justicia -como sentenció en latín el jurista
James Crawford- que nuestro país tiene la razón, la verdad y el derecho de su
lado. Existen tratados que fijan la frontera marítima con Perú, que fue
reiteradamente reconocida por el vecino del norte antes de empezar a fabricar
un caso y asumida por las partes durante decenios.
Si no se ha informado sobre el asunto y alberga
algún temor recóndito sobre la solidez del caso nacional, le sugiero leer el
libro La defensa de Chile en La Haya (Luis Winter, Ediciones LyD). De modo
sencillo, pero erudito, expone en apenas cien páginas en qué consiste la
posición chilena y por qué tenemos incontestablemente la razón. Lo lee y queda
como avión en el tema.
El único que parece no estar como avión ha sido
el ex Senador Carlos Ominami. Puso en duda nuestro planteamiento al decir que
el de Perú no es un caso artificial, porque si fuera inventado no estaríamos en
un pleito. Flor de sofisma. No sólo eso, también puso en duda que sea un
tratado la declaración de ambos países denominada “Convención sobre Zona
Especial Fronteriza Marítima” (nombre sugerente, cuando no dirimente), porque
tiene sólo una página y no posee cartografía ni precisión técnica. Que se haya
registrado por Perú y Chile como tratado en la ONU, y que obedezca a la
definición que para éstos da la Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados, no es suficiente para él. No, tienen que ser gruesos y con anexos.
Entonces, cuando se traza un límite mediante una línea imaginaria en el mar
siguiendo un paralelo, no basta con decirlo así, hay que escribir y dibujar
harto para tener la razón. Vaya teoría.
En el juicio ya todo está dicho. Aunque resten
alegatos de réplica, la artillería pesada ya fue descargada, y fue demoledora.
Si los fallos de la CIJ, como han remarcado los expertos, se basan en el
derecho, el que se dicte deberá favorecernos sin ambages. Eso creyó también Colombia
que sucedería. Los expertos corrigen: no había tratado y nosotros sí lo
tenemos. No es tan exacto, porque lo había (Esguerra-Bárcenas). La diferencia
estaría en que el nuestro trata específicamente sobre el límite marítimo y no
de la soberanía en una zona. Difícil desconocerlo entonces, aun para Tribunales
que les tienta ser salomónicos.
Lo bueno del fallo Nicaragua-Colombia fue que
sacudió la desaprensión de la calle sobre la causa chilena. Y no crea que eso
no importa, porque los Jueces internacionales son más impresionables de lo que
se cree. Sucede que las Cortes internacionales se basan en la adhesión de los Estados
que se someten a su jurisdicción para resolver sus conflictos con las armas de
la Ley y no con las otras. Pero si sus Jueces creen que la juridicidad la hacen
ellos y que los derechos que asisten a las partes valen poco, entonces ya no
interesa estar ahí. Si naciones con creciente prestigio se salen del sistema,
como Colombia -que ya se retiró- y luego sucediera con Chile, que tendría que
considerarlo si no se respetan sus derechos, eso no será indiferente para la
CIJ, simplemente porque se puede quedar sola. Y todo comienza con lo que la
ciudadanía demanda a sus líderes, que por cierto, han estado a la altura.
La mejor foto de Piñera,
por Andrés Benítez.
Hay momentos que retratan a la gente. Que las
muestran tal cual son, sin las máscaras propias que todos llevamos para
aparentar algo, ya sea debido a que es bien percibido -lo que otros esperan que
uno sea- o para cumplir un rol que la sociedad asimila como natural a un cargo
o a un individuo. Porque las personas tienen algo de personajes, de andar por
la vida siguiendo un guión preestablecido por otros, lo que es más patente en
aquellos que tienen cargos o vidas públicas, porque están más expuestos al
escrutinio social.
Pese a ello, pese al fuerte control de la
opinión pública, hay contados momentos en que aparece la esencia de las
personas, las que son de verdad. Son pequeñas rebeliones, muchas veces
inconscientes, que de tanto en tanto dejan al desnudo al personaje y cuyo
resultado siempre es inesperado. Porque estos arranques de sinceridad pueden
decepcionar al resto, como también entusiasmar.
De alguna manera, el caso de La Haya ha
significado uno de esos momentos para el Presidente Piñera. Verlo encerrado en su
oficina, siguiendo los alegatos durante toda la semana, lo refleja tal cual es.
Una persona estudiosa, matea más bien, preocupada de los detalles de manera
obsesiva, tomando notas que sólo él entiende y sacando conclusiones que
sorprenden incluso a los abogados del caso.
Esta imagen, más bien rara para cualquier Mandatario,
agranda a Piñera. Primero, porque le sale natural; es lo que más disfruta. Por
otra parte, es un escenario que le acomoda. Aquí, las sonrisas y la buena onda
tienen poco o nada que decir. Se trata de un asunto donde sólo valen la solidez
de los argumentos. Y eso lo motiva por sobre todas las cosas. Se podría decir,
entonces, que el caso de La Haya está casi diseñado para el Presidente. Algo
que se notó claramente en su entrevista el pasado domingo en televisión, donde
se lo vio serio, informado, seguro. En definitiva, a cargo de la situación, que
es lo que la gente espera de un mandatario en estas situaciones.
Interesante también es que, en este caso,
pareciera que la política comunicacional de La Moneda se tuvo que adaptar al
Presidente. Da la impresión de que no fue una situación construida para
mostrarlo de una cierta manera, sino todo lo contrario. Simplemente tomaron lo
que había, porque, de seguro, Piñera se encerró en su oficina, sin pensar si
era bueno o malo para su imagen. Y, entonces, no les quedó otra que mostrarlo
tal cual, en mangas de camisa -sin la chaqueta que parece aprisionarlo-,
sentado en su escritorio, con el televisor al frente, lleno de mapas y papeles.
En pocas palabras: en su hábitat natural.
Y así, sin pensarlo, resultó ser su mejor foto.
De alguna manera la gente vio, como pocas veces, a Piñera en todo su potencial.
Apareció la mejor cara del Presidente. Pero, ojo, que de esto no hay que sacar
conclusiones rápidas, porque el Mandatario tiene otras facetas naturales, como
sus salidas de libreto -las ya famosas “piñericosas”-, que a la gente no le
gustan. Digamos, entonces, que esta vez el verdadero Piñera fue un activo, algo
que no es menor si se piensa lo que está en juego en La Haya para Chile.
Porque, al final, siempre se agradece que las personas saquen lo mejor de sí en
los momentos importantes.
Debilidad social de la democracia
por Pablo Rodríguez Grez.
La democracia en Chile atraviesa por una etapa
de soterrada inestabilidad. Los partidos políticos, que deberían ser sus
mayores custodios y sostenedores, parecen no advertir que cada día aumenta la
anemia que padece. El problema es muy profundo y, me temo, no se quiere develar
en toda su magnitud. Comencemos por recordar que en el ámbito de la democracia
liberal, la plenitud del poder la detentan los partidos políticos, concebidos
como depositarios y promotores de diversas ideologías (hoy se habla de "relatos").
A partir del siglo XIX estas colectividades comienzan a identificarse con las
clases sociales, asumiendo, cada una de ellas, la defensa de intereses
perfectamente definidos. La división tripartita -derecha, centro e izquierda-
no hace más que reconocer esta realidad, que tiende a acentuarse a medida que
se agita la contienda política y, con ella, la "lucha de clases",
tónico del que se nutre el extremismo. No es difícil descubrir que la mayor
parte de los dirigentes ven en los tradicionales tres tercios la fórmula ideal
para conquistar el poder y estimular los resentimientos y rencores. De aquí la
constante hostilidad que desata el sistema binominal, que impide la
reconstrucción del modelo que colapsó en 1973.
Las últimas elecciones Municipales dejaron en
evidencia que la democracia carece de sustento social, puesto que la
participación ciudadana, a la hora de hacerse voluntaria, se expresa
minoritariamente, revelando una indiferencia que mientras predominaban los tres
tercios movilizó a las grandes mayorías nacionales. A la apatía anterior debe
unirse el desarrollo económico que se ha logrado en los últimos 30 años (el
cual atenúa el descontento) y, sobre todo, la expansión de los medios
tecnológicos que han permitido que se expresen, organicen y movilicen las
fuerzas sociales que confluyen en la base de la comunidad.
La receta que se nos ofrece para superar esta
falencia no pasa de ser un utópico reencantamiento ciudadano capaz de resucitar
los anhelos y sueños del pasado, manteniendo en manos de los partidos políticos
la plenitud del poder, sin contrapeso alguno.
La única forma de corregir las debilidades de
la democracia del siglo XXI es ensanchar los cauces de participación,
permitiendo que el poder social, sin contaminación ni manipulación política,
pueda expresarse y ejercer, al menos, una cuota de poder. Mientras esto no
ocurra, todo esfuerzo por fortalecer el régimen democrático será vano, porque
no se expresa en él aquello que gravita en lo más hondo de la comunidad
ciudadana. Tarde o temprano, Chile deberá encarar esta realidad y modernizar
sus estructuras políticas para que tengan expresión en ella las todavía
invertebradas corrientes sociales, que se hacen sentir por medio de un caudal
cada día mayor de juicios y opiniones espontáneas y libres. No es fácil
construir nuevas instituciones capaces de ampliar la libertad de las personas y
que no sean subterráneamente dominadas por los nostálgicos del pasado. No es
suficiente, tampoco, sólo oír a los trabajadores, a los profesionales, a los estudiantes,
a la familia, a los grandes y pequeños empresarios -como ha sucedido hasta hoy-
sino construir los canales que les permitan una participación real y efectiva
en la marcha de la Nación.
Las recientes elecciones han demostrado que
cuanto proponíamos en el pasado y calificábamos como el gran desafío institucional
que debía enfrentar el Gobierno militar, apuntaba a lo medular del problema.
Sin embargo, se optó por el restablecimiento de la democracia liberal con
resguardos -bautizados peyorativamente por los adversarios del régimen como
"enclaves autoritarios"- los que han ido desapareciendo, uno a uno, a
medida que se han ido reconstituyendo las mismas estructuras del pasado.
Con todo, lo que no puede desconocerse ni
menospreciarse es la voluntad, cada día más resuelta, de conquistar el
desarrollo económico, lo cual, si tenemos éxito, extinguirá muchas tensiones y
provocará un respaldo significativo en favor de quienes ejerzan el poder. Un
crecimiento equilibrado, y sobre todo compartido, probablemente sea el antídoto
más eficiente contra el descontento y el inconformismo. A largo plazo, si no
equivocamos el camino, se irán abriendo nuevas fórmulas de participación, tanto
en lo económico como en lo político, dejando atrás los desencuentros históricos
que aún nos dividen.
Temas económicos: ¿Avanza o retrocede nuestra
productividad?
La PTF mide básicamente la parte del
crecimiento que no se explica por el crecimiento de los recursos productivos,
trabajo y capital. En otras palabras, corresponde a un residuo, y es
precisamente así cómo se calcula. Según el estudio preparado por la U. Adolfo
Ibáñez y financiado por Corfo, nuestra economía creció 5,5% durante el segundo
trimestre de 2012. En ese mismo período, el crecimiento del capital (corregido
por la intensidad de su utilización y ponderando debidamente su relevancia en
la producción agregada) alcanzó a 1,8%, explicando el 32,7% del crecimiento
total de la economía. Del mismo modo, el crecimiento del trabajo, ajustado por
su calidad y ponderado por su relevancia, alcanzó a 0,5% (9,1% del 5,5). Esto
explica que en el segundo trimestre del 2012 la PTF haya experimentado un alza
de 3,2% (5,5 menos 1,8, menos 0,5).
Esta variación es positiva en el contexto de
nuestra historia económica reciente. Los estudios que han analizado la
evolución de la PTF para Chile identifican el período 1990-1997 como el de
mayor aumento en nuestra productividad, con crecimientos anuales superiores al
3%. Sin embargo, los efectos de la crisis asiática significaron un
estancamiento en esta materia durante los últimos años de la década de 1990 y
primeros de la siguiente. La PTF sólo se recuperó a partir de 2004, para luego
volver a retroceder desde 2008 en adelante (en 2009 cayó 2,2%), de acuerdo con
el estudio de la U. Adolfo Ibáñez. Los datos recientes sugieren que el país
está retomando la senda del crecimiento.
Metodología y datos: se discuten no sólo en Chile.
Sin embargo, entre los expertos no existe
unanimidad respecto de la metodología para medir los cambios en productividad.
Este problema no afecta solamente a Chile, sino que se discute en la literatura
especializada. La naturaleza residual de lo que entendemos por PTF hace que su
cálculo sea usualmente objeto de críticas, revisión y debate. Asimismo, los
ajustes que se realizan sobre los factores productivos, capital y trabajo,
pueden crear dudas sobre la precisión de las estimaciones. De hecho, un
análisis detallado de las cifras que explican el crecimiento del 3,2% en la PTF
para el segundo trimestre de 2012 sugiere que un porcentaje importante se
explica por una caída de 1,4% de la contribución de la utilización del capital,
la misma que había aumentado en 1,3% en el trimestre inmediatamente anterior.
Esto demuestra la importancia de contar con una clara y precisa descripción de
todos los supuestos utilizados por los expertos al cuantificar los avances en
productividad.
El análisis de estas cifras también confirma la
importancia de contar con estadísticas sólidas y de calidad. Si bien Chile goza
de una reputación internacional en esta materia, principalmente por la labor e
independencia del Banco Central y del Instituto Nacional de Estadísticas, es
determinante poder asegurar la comparabilidad de las series en el tiempo, como
lo aprendimos durante 2009 y 2010 con los cambios en las series de empleo. En
esa oportunidad, la modernización de los cuestionarios implicó una modificación
significativa en el concepto de empleo, y si bien se han realizado esfuerzos
para poder empalmar las series, ellos no han sido del todo satisfactorios. Es
de esperar que los avances en materia de institucionalidad del INE eviten que
se repitan situaciones como esa, y sea posible un análisis estricto y
desapasionado de los avances o retrocesos de nuestra economía.
En todo caso, urgen reformas pro productividad.
Por su naturaleza, los cambios en la
productividad (PTF) no son fáciles de cuantificar. Se pueden producir por
múltiples razones -avances tecnológicos, cambios en la eficiencia de la
estructura productiva, y factores estructurales, tales como políticas de
estabilización macroeconómicas o reformas microeconómicas-.
¿Qué explicaría entonces los datos recientes
respecto a aumentos en la productividad? Probablemente, los avances de la
Agenda de Impulso Competitivo han contribuido. Una mayor confianza en la
economía también puede haber incentivado el desarrollo de actividades de
innovación y desarrollo, lo que afecta directamente el uso eficiente de los
recursos y la productividad. Esto permite pensar que la agenda a desplegar en
2013 en el marco del Año de la Innovación puede consolidar los avances
recientes observados en este campo.
Pero no cabe dejarse estar. Chile necesita
cambios estructurales apremiantes en varias materias. Urge una modernización
del Estado, en el sistema de educación básica y media y en el mercado laboral,
así como un impulso resuelto a la cartera de proyectos energéticos. Se han
realizado avances en los dos primeros temas, pero preocupa cuán poco se ha
avanzado en los dos últimos. Implementar una agenda integral y transversal de
reformas pro productividad será lo que nos asegure el crecimiento de la
productividad y, en definitiva, alcanzar el desarrollo.
Nuevos alcaldes, nuevos desafíos.
Con variadas ceremonias, en las 345 comunas del
país asumieron los alcaldes electos el 28 de octubre pasado. Es interesante e
importante notar que la mitad de ellos son figuras que no estaban ocupando
anteriormente ese cargo. De hecho, ésta es la elección Municipal de los últimos
20 años con la menor tasa de reelección, rasgo indicativo de una sana mayor
incerteza en los resultados electorales, que probablemente seguirá repitiéndose
en el futuro y que -es presumible- debería producir efectos en la forma en que
los nuevos Ediles enfrentarán su gestión.
Las causas de este fenómeno tienen relación,
desde luego, con el cambio del sistema electoral: no se previó la abstención
que el voto voluntario provocó en la masa votante ya inscrita -también por
decisión voluntaria-. Pero otro aspecto que asimismo influyó fue el sostenido y
creciente nivel de fiscalización que las personas ejercen hoy sobre las Autoridades
locales y nacionales, apoyados por las herramientas tecnológicas que facilitan
su capacidad de organización y de presión sobre aquéllas.
En este sentido, hay casos decidores en Comunas
muy importantes, que son indiciarios de la demanda ciudadana por renovación que
impera en el país, y no sólo en cuanto a rostros, sino también a ideas y
estilos. Y, por cierto, éste ha sido un llamado de atención para Alcaldes que
llevan varios períodos en el cargo y que, pese a haber ganado en octubre pasado
con mayor o menor holgura, advierten que hacer más de lo mismo puede no ser ya
suficiente para seguir en el mismo. De hecho, lo probable es que el proyecto de
Ley que ahora se discute en el Congreso, de aprobarse el cual se limitaría la
reelección de los Alcaldes a un máximo de tres períodos, sea sobrepasado por la
realidad, con una ciudadanía más demandante que antaño, que haga eventualmente
improbable la tercera gestión consecutiva de una autoridad Edilicia.
Por eso mismo, los Alcaldes recién asumidos
tienen nuevos retos que enfrentar. El cambio que deben asumir es considerable,
y tiene su raíz en lo que hoy espera la ciudadanía de sus Autoridades, en
especial las locales. Involucramiento y participación son hoy expresiones que
los Alcaldes no pueden soslayar (de hecho, no pocos subrayaron este último
concepto al tomar posesión de sus cargos), como tampoco el buen aprovechamiento
de las redes sociales para facilitar y dar cauces útiles a esa inédita
comunicación constante. Así, más allá de lo que sean sus resultados en la
práctica, las nuevas propuestas planteadas por muchos alcaldes en el acto de
asumir tendrán seguramente numerosas réplicas en la misma línea, con variadas
manifestaciones. Eso será predeciblemente demandante en un comienzo, y
naturalmente habrá aciertos y errores, pero son positivos el mayor contacto,
cercanía e interacción con los ciudadanos. Idealmente, debería redundar en una
mejor gestión Alcaldicia, con mayores grados de transparencia, eficiencia y
responsabilidad compartida.
Nivel de corrupción en Chile.
El reciente informe sobre Percepción de
Corrupción -que mide a un total de 176 naciones- elaborado por Transparencia
Internacional ubicó a Chile como el país menos corrupto de la región, subiendo
dos espacios respecto de la medición anterior, para situarse en el lugar 20, justo
por detrás de Estados Unidos. Se trata de un avance que aparece relevante,
especialmente si se considera que a nivel latinoamericano la corrupción sigue
siendo un fenómeno muy extendido. Venezuela, por ejemplo, se ubica en el lugar
165, Paraguay en el 150 y Argentina en el 102. No resulta alentador constatar
que a nivel mundial el cuadro sobre corrupción adquiere ribetes inquietantes,
pues el informe indica que dos tercios de los países medidos obtuvieron
puntuaciones que los sitúan en la condición de “muy corruptos”.
La buena ubicación que obtiene Chile debe ser
un aliciente para perseverar en un estricto control de la probidad, y es señal
del funcionamiento de la institucionalidad. Por lo mismo, es importante que la
sociedad y las autoridades consideren el combate contra la corrupción como una
de las grandes prioridades nacionales.
Algunas señales inquietantes conocidas en el
último tiempo deben llamar a la preocupación. La existencia de casos bajo
investigación en ámbitos tan dispares como las instituciones policiales,
reparticiones de gobierno en situaciones relacionadas con el narcotráfico o el
sistema de acreditación universitaria -por mencionar los más recientes-
constituyen alertas que no pueden ser desatendidas. Uno de los peores enemigos
de la lucha anticorrupción es la autocomplacencia. La favorable comparación con
nuestros vecinos y el avance en rankings como el publicado esta semana son, sin
duda, buenas noticias que tienen que motivar a todos para perseverar en una
sana actitud fiscalizadora que enfrente una amenaza que es constante y ubicua.
Valor del título universitario.
Una grave denuncia realizada por estudiantes de
la U. del Mar contra uno de sus directivos ha desencadenado una investigación
con resultados sorprendentes. La ex directora del Área Salud de esa entidad
habría alcanzado ese puesto luego de falsificar certificados de títulos de la
U. de Chile, al parecer en connivencia con otros directivos del cuestionado
plantel viñamarino.
El alto valor del título universitario, tanto
para los estudiantes que lo consiguen como para la sociedad en general, fue el
factor determinante para crear un sistema de acreditación que tenía por
finalidad asegurar la calidad de la educación superior en Chile. Dicho sistema
está ahora en tela de juicio, en parte por situaciones como las que se han
conocido en la U. del Mar, y en parte porque se ha comprendido que el diseño
global que se estableció hace seis años tiene serias deficiencias que hacen
imposible cumplir la tarea que se impuso el Estado, de asegurar a los jóvenes
que tendrán una educación universitaria de calidad.
Cada cierto tiempo se descubre algún caso de
falsificación de título profesional, por lo general por delincuentes de menor
envergadura. Son sin duda situaciones graves, porque defraudan la fe pública y
pueden tener serias consecuencias para quienes, como víctimas directas, confían
en los servicios de un falso profesional. Pero nunca se había visto que en una
universidad, reconocida por el Estado y acreditada por el sistema, se llegara a
utilizar títulos falsos con el propósito de engañar a los estudiantes para
ofrecer servicios educacionales que culminaban en nuevos títulos profesionales,
que hoy pueden haber quedado desprestigiados.
Aunque se trata de un hecho aislado, que afecta
a un área de una sede de una sola universidad, plantea preguntas inquietantes
de orden general. El sistema de acreditación descansa en la idea de que el
Estado puede crear un sistema que dé seguridades acerca de la calidad de los
procesos educacionales que recibe más de un millón de jóvenes chilenos. Pero
pareciera que quien actúe de mala fe tiene mejores posibilidades de engañar a
ese sistema que la que tendría de engañar a la sociedad o a las familias
interesadas si no existiera ninguna garantía estatal. Argumentos de esta clase
ya se habían planteado cuando se discutió el proyecto en el Congreso durante el Gobierno del Presidente Lagos, y la experiencia de lo ocurrido tiende a mostrar
que estaban en lo cierto quienes fueron escépticos respecto de la creación de
un sistema de acreditación. Antes de persistir y endurecer o no las
consecuencias de la acreditación, convendría examinar la filosofía del sistema,
quizá abriéndose a acreditaciones internacionales o a otras fórmulas para
reconocer los títulos universitarios.
Acuerdo de Vida en Pareja: los tres nudos del
debate.
Tras estar más de un año paralizado en el
Congreso, el proyecto de ley que crea el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) podría
volver a la discusión legislativa la semana entrante. Presentado en agosto de
2011, esta promesa de campaña le valió en ese minuto fuertes tensiones al
Gobierno de Sebastián Piñera con parte de su coalición política y con la
Iglesia Católica. Pese a que las agrupaciones, como Movilh e Iguales,
estuvieron presionando todos estos meses para que avanzara esta iniciativa, aún
está en el primer trámite, en el Senado.
En pocas palabras, el AVP es un contrato, que
pueden celebrar dos personas, del mismo o distinto sexo, con el propósito de
regular los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común. En la
versión presentada por el Gobierno, el AVP no altera el estado civil (es decir,
no es un matrimonio con otro nombre), pero sí otorga beneficios en temas
patrimoniales y hereditarios.
Un 67,8% de los chilenos piensa que el Gobierno
no logrará sacar adelante el proyecto que crea el Acuerdo durante su período,
según una encuesta realizada en agosto pasado por Imaginaccion, pese a que en
la misma encuesta sólo el 16% rechaza de plano legislar sobre la materia. Esta
percepción refleja la complejidad legislativa del tema, que es objeto de fuerte
presión a favor y en contra, con el fuerte rechazo de las iglesias Católica y
Evangélica y de parte de la coalición de Gobierno.
Moneda de cambio.
Como bien es sabido, aquellas definiciones
complejas a las que los legisladores prefieren "hacer el quite" se
van dilatando a través de prolongados períodos de audiencia. El llamado a
exponer ante las comisiones de diversos actores sociales puede fácilmente
estancar por meses (y hasta años) proyectos polémicos (recordemos que la ley
antidiscriminación se tramitó 7 años y el divorcio, que fue presentado en 1995,
sólo se aprobó en 2004).
Y si bien ha sido la UDI la que ha levantado
públicamente sus reparos desde el principio de este debate, recientemente pasó
a la acción, pidiendo que se realice un cambio en la Constitución que explicite
que el matrimonio sólo puede realizarse entre un hombre y una mujer. Este
proyecto de reforma constitucional fue originalmente presentado en mayo del
2011 por los entonces Senadores Andrés Chadwick y Pablo Longueira, pero fue
posteriormente retirado. Al reponer, esperan al menos tener una garantía de que
el AVP no sea el primer paso para legislar sobre el matrimonio homosexual y la
adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo. Quedará por ver si esta
moneda de cambio que ofrecen logra sobrevivir en un ambiente político
sensibilizado con la causa antidiscriminación tras el caso Zamudio,
especialmente porque el quórum para las reformas constitucionales es mucho más
difícil de conseguir que el necesario para el AVP, que se podría aprobar por
mayoría simple.
Prudencia en candidatos de la Alianza.
El
lanzamiento de los precandidatos de la centroderecha, que se enfrentarán en
primarias en junio próximo, debutó con un acento en temas valóricos. Los matices
sobre el aborto llenaron varias portadas, pero a poco andar perdieron fuerza.
La conveniencia de legislar sobre el AVP genera consenso entre Andrés Allamand
(uno de los impulsores del proyecto desde el Senado) y Laurence Golborne, lo
que permite descartar que sea un tema diferenciador entre ambos. En la
oposición hay también acuerdo en avanzar, aunque para la izquierda este sea un
primer paso de un proceso que en el largo plazo se encamine hacia el matrimonio
homosexual.
Pese a que las posturas públicas no difieren,
ambos candidatos de la Alianza deberán manejarse con prudencia al interior de
los partidos que los apoyan. En la UDI, un grupo de Parlamentarios públicamente
se ha opuesto a esta medida, pero en Renovación Nacional, más sigilosamente
también hay focos de recelo. Sin ir más lejos, Carlos Larraín, el Presidente
del partido, dijo hace unos días que "la discusión por el AVP causa
división en nuestro sector y nos pone en una disyuntiva". Cercanos a ambos
comandos aseguran que lo más probable es que los candidatos mantengan sus
posiciones, pero con la prudencia de no entrar en pasos más allá donde habrá
más rechazo.
Los debates técnicos que vienen. Los puntos de
debate principal, ya en el terreno del debate legislativo, serán principalmente
tres. Primero, hay presiones desde la génesis del proyecto porque cambie el
estado civil, lo que hoy no contempla el proyecto. Los detractores aseguran que
esto lo equipararía a un matrimonio y que además implicaría dejar fuera parejas
de diferente sexo que quisieran usar esta alternativa. Quienes insisten en este
punto, aseguran que el AVP debe mirarse no sólo desde los asuntos patrimoniales
sino que desde lo afectivo, reconociendo el nuevo compromiso con un cambio de
estado civil y el nacimiento de una nueva familia.
Segundo, el proyecto de AVP permite
alternativas para oficializar el acuerdo (ante el Registro Civil o ante una
notaría). El Movilh y otros grupos plantean que debe ser con las mismas
formalidades de un matrimonio, en la práctica, ante un oficial del Registro
Civil y que no sólo se regulen los bienes muebles, sino que también los
inmuebles.
Finalmente, hay dudas sobre cómo se regularán
los asuntos posteriores a un quiebre en una relación de AVP. Además del término
por muerte de uno de los contratantes o el matrimonio de uno de ellos, se
considera el fin por mutuo acuerdo, la voluntad unilateral o una declaración de
nulidad. En el caso del matrimonio se ha perfeccionado en el último tiempo el
mecanismo del divorcio, pero quedan dudas sobre si las alternativas que da el
proyecto serán suficientes para zanjar las tensiones propias del fin de la vida
en común.
A este proyecto le queda largo camino por
recorrer y una muestra de lo complejo que será son los invitados a la sesión
del próximo 12 de diciembre en la Comisión de Constitución, Legislación y
Justicia. Desde la Ministro Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez; el
ahora precandidato Andrés Allamand y representantes del Movilh y movimientos
como Acción Familia e Idea País.
Hace 6 años…
Hace seis años falleció el General Augusto
Pinochet Ugarte, con el que Chile ha sido sumamente injusto y absolutamente mal
agradecido… Pinochet y la Junta militar nos salvaron de una dictadura de tipo
cubana, reconstruyeron el país, que había sido arrasado por la hordas
marxistas, lo reinstitucionalizaron y nos devolvieron la democracia en un país
proyectado al desarrollo.
Creemos que la obra del Gobierno de las Fuerzas
Armadas, que encabezó el General Pinochet, no puede ser descrita en el pequeño
espacio del que disponemos, su obra fue de una gran magnitud y de carácter refundacional,
el Chile que dejaron los uniformados no tiene nada que ver con la destrucción económica,
moral e institucional que heredaron del Gobierno de Salvador Allende.
Se encuentre donde se encuentre, nosotros como
católicos sabemos que se encuentra en el Reino de los Cielos, saludamos a este
gran hombre, ejemplar patriota y valeroso soldado, al que hacemos llegar, en
una época en la que muchos parecen haberse olvidado de lo que le deben, nuestro
agradecimiento por salvar a nuestro país y legar a nuestros hijos una Nación
con futuro.