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Los políticos arrellanados en sus cómodos sillones se dedicaron a hacernos las mismas promesas de siempre y el viernes aventuraron sus vaticinios sobre los resultados que tendría la justa electoral de ayer con un optimismo que sugiere una falta de realismo impresionante y un gran desconocimiento de la problemática popular.
Pareciera que estos dirigentes no han constatado que su falta de seriedad, planteamientos difusos, ideas poco claras, roles totalmente distorsionados, descalificaciones permanentes, vergonzosa farandulización de la actividad y engañosas promesas no cumplidas han hastiado a la gente.
Los chilenos quisiéramos una coalición oficialista que se dedique a solucionar los problemas de la población, de acuerdo a lo comprometido en sus ofertones electorales, y una oposición fuertemente fiscalizadora, que no transigiera con una administración deficiente ni le prestara ropa cuándo quedan al desnudo.
Nuestros dirigentes en cambio, perdiendo la brújula de sus obligaciones democráticas, nos han dado en ejemplo extraño de una verdadera cohabitación, en la que es muy difícil distinguir quienes son los representantes del oficialismo y quienes han sido designados por el pueblo como contralores de los actos del Ejecutivo.
Los pronósticos de nuestros “gurues” de la política resultaron como siempre excepcionalmente erróneos, por ejemplo el oficialismo daba como carrera corrida al demócrata cristiano Ravinet en Santiago y resultó abatido por Zalaquett, o Estación Central en que nadie esperaba que Delgado de la UDI entrara a la pelea.
Todos podrán acomodar las cifras para demostrarse ganadores, lo cierto es que Chile ha dado una demostración maciza de cansancio con nuestra manera de hacer política, con las indefiniciones permanentes, con las posturas oportunistas de muchos y con un pragmatismo que lleva a la vergüenza.
Hoy parten las presidenciales, lamentablemente con un Gobierno que hace ya tiempo muestra el síndrome del pato cojo, con un oficialismo desmotivado, que anuncia, como dijo Bitar, que tendrán que cambiar la manera de hacer las cosas y convertirse en más inclusivos si no quieren ser derrotados.
En la vereda del frente encontramos a un Sebastian Piñera, pletórico de energía y saboreando este primer triunfo que puede conducir al país a un cambio positivo y a una nueva manera de enfrentar los problemas que afectan a la gente, en especial a los más humildes y a nuestros abandonados ancianos.
Es cierto que la Alianza perdió la Municipalidad de La Florida, seguramente por el cambio de Zalaquett a Santiago, pero ganó Santiago, San Bernardo, Buin, Cerro Navia, Valparaíso, Temuco, Recoleta, y otras Comunas emblemáticas en las que la concertación se la jugo completamente, incluso con amorales acusaciones, para reconquistarlas.
En las votaciones a Alcalde, Resulta claro, que a pesar de las demoras en la entrega de los cómputos, la oposición saco más Alcaldes que el Oficialismo, más votos que la coalición gubernamental, en la elección unipersonal, es decir en la que se jugaba el partido grande, además, de la emergencia de fuerzas nuevas.
Cifras interesantes de recordar y comparar indican que la concertación, en las elecciones de Alcaldes de 2004, sacó 2.827.514 votos, en las elecciones de ayer, sumando las dos listas en que se presentaron, lograron reunir la cantidad que escasamente supera los 2 millones 400 mil votos.
La Alianza en la misma comparación que hemos hecho en el párrafo anterior, el año 2004 alcanzó una votación de 2.443.381, llegando para las elecciones de ayer a un caudal electoral muy similar, de 2.445.506, situándose por primera vez sobre el conglomerado oficial.
Entre las curiosidades de este acto electoral, que fue bastante tranquilo excepto un par de agresiones a personeros de la UDI, resultó electa como Concejal independiente por Vitacura, casi sin hacer propaganda, Lucía Pinochet, la hija mayor del ex Presidente Augusto Pinochet Ugarte, sacando la segunda mayoría individual.
Las cuentas darán para todo, pero creemos que los grandes ganadores, como lo demostraron las largas filas de ciudadanos excusándose de cumplir el derecho a sufragar, en todas las Comisarías del País, han sido la indiferencia y la falta de representatividad que los votantes sienten en los políticos.
La Presidente Bachelet, rodeada de Ministros y dirigentes políticos, con caras más bien de funeral, afirmó que el pueblo había sido concluyente para darle su apoyo a la coalición oficialista, que tanto bien ha hecho a Chile y la llamó a la unidad, aprovechando de llamar a los jóvenes a inscribirse para los próximos comicios,
Una vez más creemos que la Presidente esta viviendo en un mundo de fantasía que no le permite ver las realidades de lo que sucede en el país ni el desastre social que ha ocasionado su Gobierno y la coalición de la que se ha convertido el jefa de campaña y promotora.
Mañana haremos un análisis más acabado de los resultados, pues al momento de escribir estas líneas, cerca de las 10 de la noche, el Ministerio del Interior todavía no entregaba las cifras definitivas de los resultados del proceso, que según las proyecciones consideramos malos para la administración.
Queremos hacer un llamado a nuestros compatriotas a no bajar la guardia, debemos comenzar a trabajar desde ya para evitarle a Chile el calvario de una quinta mala, y corrupta, administración de la concertación oficialista, poniéndonos a trabajar desde ya para convencer a los jóvenes a inscribirse y a los ciudadanos para elegir un cambio.
Nota de la redacción:
Lo que más nos ha llamado la atención es que en Comunas en que el oficialismo utilizó campañas sucias muy intensas, como en Ñuñoa, Santiago, Providencia, Huechuraba, Viña del Mar, Recoleta, entre muchas otras, los resultados en contra del Gobierno fueron simplemente aplastantes y sus postulantes sepultados por la ciudadanía.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, hoy debe ser el primer día para lograr sacar de La Moneda a quienes han banalizado los problemas del país, a quienes lo han corrompido y han utilizado las necesidades de los más humildes como trampolín para encaramarse en el poder.
Las reuniones sociales, los clubes deportivos, los centros de madres, las reuniones de curso, los sindicatos, los compañeros de trabajo, los amigos, los parientes, deben ser concientizados sobre la imperiosidad de producir un cambio, no solo por cambiar, por relanzar al país en una senda de progreso y justicia.