Ni tan tontos ni cobardes.El 2 de Abril de 1952 el segundo Gobierno del General Carlos Ibáñez del Campo, al que llegó con una aplastante victoria sobre sus rivales, entre los que se encontraba Salvador Allende, se vió enfrentado a serias convulsiones sociales provocadas por las alzas que afectaban a la ciudadanía, en especial por la subida de 20 centavos en los pasajes de la locomoción colectiva.
La victoria de Ibáñez fue de “aplastamiento” de sus rivales, logrando la mayoría absoluta con el anuncio de que “barrería” a la politiquería con la escoba que fue su símbolo de campaña. Posteriormente bajo el eslogan de un Congreso para Ibáñez obtuvo las mayoría necesaria de 74 diputados, uno más del 50%, lo que le hizo muy fácil durante un tiempo la legislación.
Ese 2 de Abril, en que ya el ambiente se respiraba tenso hubo saqueos, incendio de buses y carros, bloqueo de la vías de circulación y violentas manifestaciones que amenazaban con llevarse en su accionar toda la institucionalidad del país. Ibáñez decretó el Estado de Sitio, sacó a los Militares a la calles y en una fuerte represión, en la que cayeron casi 30 personas, se logró tranquilizar la situación al día siguiente.
Creemos que es importante recordar la fecha y los sucesos, porque estamos ciertos que el no recordar los sucesos, o intentar disfrazarlos o falsificarlos, tarde o temprano nos llevaría a repetir situaciones que han sido de suyo traumáticas y que a tantas familias de nuestro pueblo han enlutado, lográndose solamente el éxito momentáneo de aquellos que usan las necesidades populares.
Este suceso, es cierto ocurrido hace más de 50 años, contrasta con la pasividad cercana a la inercia con que hemos reaccionado a las humillaciones, falta de respeto, trasgresión insoportable a nuestros derechos humanos, que ha implicado la deficiente, ineficiente y poco estudiada, entrada en vigencia, hace ya 14 meses, del nuevo sistema de transportes llamado TRANSANTIAGO.
Pensamos que la autoridad ha “estirado” mucho de la cuerda, quizás por considerar que nuestro pueblo es pusilánime, cobarde y falto de reacciones, además de tener la seguridad, que por la vía del sobre endeudamiento inorgánico, simplemente sientan que nos tienen “atados” y sin posibilidades de protestar contra los actos injustos y arbitrarios de nuestras autoridades.
Si el anterior fuera el diagnóstico que hacen en La Moneda creemos que están cometiendo algunas “locuras”, pues nuestro pueblo aunque lento de reacciones no es cobarde y tarde o temprano se levanta contra situaciones evidentemente indignas, claro que, arrasando con los culpables. No subestimen a los chilenos, no somos ni tontos ni amedrentables.
Hasta el momento hemos sido extremadamente racionales, con una tolerancia inmensa, pero nos parece que abusar mas de los nuestros implica el riesgo de desbordes sociales, de consecuencias graves e impredecibles, que nadie quiere, pero, que entre la incapacidad del gobierno y la explotación de los problemas populares, que hacen cercanos a el, están incentivando.
